—Buen día, señora Kim —saludaron al unísono.

—Buen día —contestó la mujer—. ¿Todo está listo?

—Sí, señora. Las habitaciones están preparadas tal y como lo ordenó, y la limpieza ya fue hecha.

—Excelente —las felicitó, sonriendo efusivamente—. ¿Y Sandara?

—La señora Park se encuentra durmiendo en su habitación. ¿Desea que la despierte? —preguntó una de las mujeres.

Minji suspiró, pero negó con su cabeza.

—No, déjenla dormir. ¿Podrían llevar estas maletas a nuestra habitaciones, por favor? La morada va en la habitación de Jisoo, la azul a la habitación de Chaeyoung y las otras dos en la habitación de huéspedes. Y no tienen que preocuparse por la mía, Seung ya se encargó de ella.

Asintiendo coordinadamente, las mujeres tomaron las cuatro maletas e ingresaron a la casa luego de hacer una reverencia.

«Un momento... Minji había dicho...»

—¿Mi habitación? —repetí de forma inquisitiva, levantándome de la hamaca y entreabriendo mis labios con sorpresa—. ¿Dijo que era mi habitación?

—Sí. Supuse que querías privacidad... ¿No es así? 

—No. Ahm, Sí, es decir... ¿Tengo una habitación aquí?

La mujer se echó a reír y Jisoo, quien ya se había levantado de la hamaca, se posó a mi lado con una sonrisa.

—Por supuesto que sí, Chaeyoung. Eres como una hija para mí, ¿qué clase de madre sería si no te doy tu propia habitación cuando puedo permitírmelo? 

Ante sus palabras, empecé a balbucear porque, joder, no podía creerlo. Primero nos invita a mi tía y a mí, luego a Lisa y Jennie, me da comida y nos sube a un avión en primera clase, y después dice que tengo una habitación en esta asombrosa casa... Me voy a desmayar en cualquier momento.

—Pero... Pero... Esta es su casa, y-y yo... Jisoo... Pensé que... 

Minji negó con la cabeza, aún sin borrar la sonrisa de su rostro.

—No, Chaeyoung. Esta es nuestra casa, no sólo mía. ¿Crees que la construí por un capricho mío? Sé lo mucho que a Jisoo y a ti les encanta el mar, así que quise complacerlas.

Nuevamente me dejó sin habla.

—Anda, pasta. Ya quita esa cara, parece que no conocieras a mamá —murmuró Jisoo, golpeándome ligeramente con su hombro en el brazo y riendo.

La madre de Jisoo se volteó hacia Jennie y Lisa.

—¿Ustedes están bien quedándose juntas? Porque si no quieren siempre puedo convertir la otra sala en una habitación, o encargar otra cama.

—Está bien, no se preocupe. No es la primera vez que compartimos habitación.

—De acuerdo —asintiendo, la mujer empezó a caminar—. Entonces vamos. Tengo que darles un tour para que conozcan el lugar, no se vayan a perder —musitó en broma.

—¿Habías estado aquí antes? —le preguntó Jisoo, avanzando hasta quedar a su lado.

—Sólo un par de veces mientras estaba en construcción, y por supuesto también cuando estuvo terminada —y finalmente, abrió las puertas de par en par.

Creo que las cuatro soltamos una exclamación al mismo tiempo cuando nuestros ojos se posaron en el lugar. Era una sala bastante amplia sin duda, con un televisor enorme y un sofá blanco lo suficientemente grande como para que se sentaran diez personas, también se veía muy cómodo. Una pequeña de mesita de madera y cristal estaba frente a él y también habían varias lámparas.

Promise┊ChaelisaWhere stories live. Discover now