Ep.13: 新家

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Escuchaba el suave ronroneo de un motor ignoto en la lejanía, casi era capaz de apreciar cómo las ruedas del vehículo aplastaban la vegetación de la cual estaba minado el campo donde residía en su no tan pequeña cabaña.

Apartó con delicadeza la fina tela de encaje blanco que cubría la ventana del salón en forma de cortina, tragando saliva al ver aquel carruaje, cada vez acercándose más, y más, y más, hasta hacerse grande y asegurarse de quiénes eran las personas que lo manejaban.

YeoSang sonreía apreciando cómo YunHo se mecía contra la ventana con el alma en un hilo, sentado en un pequeño sofá, con una taza de té verde en mano, removiendo el líquido con un par de movimientos en esta.

—¿Qué es lo que te inquieta, cielo?

Su voz resonó en el lugar, dejando a un lado el silencio y el agradable sonido del té al fluctuar en el recipiente de cerámica. El humano mordió su labio, dudando en qué responder.

—Son cuatro personas.

—Solo hospedarás a dos.— Aseguró con confianza.— El resto solo vienen de acompañantes, tienen una relación rarita con MinGi. A saber.— Terminó murmurando, poniendo sus ojos en blanco con cierta coquetería.

YeoSang era la única persona que YunHo conocía que podía mantener aquella actitud juguetona hasta en situaciones impensables. Aquella vez en la que tuvieron que salvar a un vampiro por haber sido expuesto a la luz del día. Un adolescente al que lo habían transformado sin consentimiento, y creía que el que le hubieran mordido en el cuello había sido cosa de un ritual para alguna secta satánica rara que no tenía ni el más mínimo sentido. En fin, YeoSang había mantenido la calma en todo momento mientras que YunHo se moría de los nervios pensando en si la vida de aquel demonio acababa, el brujo no hacía más que lanzar pullitas con fines sarcásticos.

 "Que no sean perros no significa que no te puedan pegar la rabia, si te muerden háztelo mirar, cariño."

Y siempre con aquellos apodos cariñosos que una vez le habían hecho ilusiones.

—¿Quiénes son?

—El alto de cabello negro y el más bajo pelirrojo. Tiene las alas ocultas.— De nuevo había utilizado los dones propios de su especie para admirar a los humanos (Y al no tan humano.) Sin que estos fueran capaces de darse cuenta.

El alto hizo una mueca con sus labios.

—El pelirrojo no sale del coche.— YeoSang frunció el ceño.

"Ah, eso no lo viste ¿Cierto?"

Vamos, hay que darle la bienvenida a tus invitados. No querrás ser un mal anfitrión.— Dijo levantándose, tomando un sorbo rápido de su bebida antes de dejarla sobre la pequeña mesita que decoraba el salón, importándole poco si estaba caliente o si le había quemado la lengua.

Se desabotonó el último botón superior de su camisa granate aterciopelada, dejando a la vista su cuello y algo de sus clavículas si no fuera por la cantidad de collares y cadenas que llevaba puesto. Al alto aquel gesto le pareció extraño. YeoSang le sonrió con fingida inocencia.

—Buena impresión.

Murmuró, abriéndole la puerta de la salida al propio poseedor del hogar.

—¿Es tarde para desconfiar?— Fueron capaces de escuchar una singular voz proveniente de uno de los chicos al lado del vehículo, con su piel bronceada y cruzado de brazos.

HongJoong no quería salir del vehículo, y MinGi estaba por tirarle de las piernas. Ya lo había hecho antes ¿No?

—Lo es, cariño.— YeoSang contestó, caminando hacia ellos. Los invitados fijaron su mirada en YunHo, quien, incómodo, apartó su vista.—¿Qué pasa?

𝐒𝐄𝐃 || MinJoong [CORRIGIENDO]Where stories live. Discover now