Día 2 ; Jefe x asistente

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Llevamos varios años trabajando juntos, la familia de Kirishima decidió darme el puesto de asistente, ya que después de su hijo, yo era en quien más confiaban.

Tras la muerte de los padre de Kirshima, Eijirou fue heredo el puesto de Jefe en la famosa empresa de saco de boxeos; Red Riot, ellos eran patrocinadores de distintos tipos de eventos del dicho deporte.

En un principio le costó lidiar con tantas personas, pero con el paso del tiempo aprendió como hacerlo, haciendo a la empresa de su difunto padre, proliferar.

¿Y cómo no hacerlo? Si me tiene a mí como mano derecha, aunque mi personalidad no sea la más adecuada en este tipo de empleos tan formales, me sé comportar en las juntas y soy un maestro en llevar a cabo proyectos.

Llevamos casi dos años de pareja, pero decidimos mantenerlo en secreto, sólo nuestro padres, y personas cercanas saben de aquello, el mayor motivo por el cual mantenemos esto en secreto, es para que no se vea perjudicado su trabajo ni el mío, sería una mierda si los extras pensaran que tengo este puesto por chuparle el pene al jefe, no es que no lo haga, pero prefiero que se ahorren ese tipo de comentarios.

Nuestras oficinas están separadas por una sola puerta, hemos estado muy tentados a hacer cualquier tipo de travesura, pero prefiero hacerlo en nuestra cómoda cama, además, no quiero causarle problemas, mi novio puede estar todo lo jodidamente guapo que quiera, pero sé mantener mi compostura.

Pero Dios, tan sólo mírenlo.

La puerta se encontraba abierta y podía ver como tecleaba rápidamente en su ordenador, tan serio, ver a Kirishima es un deleite que me puedo permitir.

Así son básicamente todos nuestros días, nos aguantamos las ganas de comernos la boca durante todo el día, y nos descargamos de noche.

Una rutina realmente perfecta.

Claro, era una rutina perfecta hace 6 días, llevaba seis días sin besar a ese estúpido, por unos problemas de la empresa tuvo que realizar un viaje de una semana, y como no tenía a nadie que supervisara la sucursal principal, el idiota me dejo a cargo a mí, teniendo que lidiar con cualquier extra. Jodida mierda.

Soy un adulto joven que gozaba de una activa vida sexual hasta que un imbécil metió la pata, y mi adorable novio tenía que ir a salvar el día.

Es como un héroe, aunque si fuéramos héroes, yo sería el número uno, obvio.

Supuestamente debería regresar este día por la noche, quería ir a recibirlo con una deliciosa cena, obviamente preparada por mí, mientras que veíamos una serie juntos en el sofá.

 Que utopía.

Pero como a la jodida vida le gusta reírse en mi cara, aquí me encontraba yo, a las 23:50, en la oficina del estúpido pelopincho, realizando su estúpido trabajo, ya que el muy estúpido no se encontraba por aquí.

Como no me ha mandado ningún mensaje, supondré que sigue en el avión, Kirishima cree que si usas el celular durante un vuelo, automáticamente ocurrirá una tormenta eléctrica, jodidamente adorable.

Estaba por guardar los archivos en la carpeta, de no ser por golpe en el piso de abajo.

No es que sea supersticioso o alguna de esas mierdas raras, pero a esta hora se supone que no hay nadie. ¿Será un ladrón? Ni muerto permito que hagan un destrozo en el trabajo de mi pareja, no señor, si es un ladrón, correrá sangre.

En una inhalación reuní las fuerzas necesarias para marcar a Kirishima y dejarle una nota de voz.

"Si no te contesto, quiero que sepas, que yo rompí tu taza favorita de All Might, eso es todo, te amo."

Ahora si,se encaminó a la salida la oficina, el pasillo tenía las luces prendidas, pero de todas maneras prendió la linterna de su celular, había visto bastantes películas como para saber que algo malo podría ocurrir, por el mismo motivo, prefirió las escales antes que el ascensor, aunque fueran 10 pisos, bajaría esos 10 pisos vivo, no muerto.

Bajó al noveno piso, recorrió oficina por oficina, no ocurrió nada.

Y así hasta el segundo piso, no iba a negar que su pulso estaba a mil por hora, o que no se encontraba sudando frío, porque si lo estaba, el suspenso en cualquier momento acabaría con él.

Decidió que cuando llegara al primero piso, si es que encontraba al sospechoso de los ruidos, llamaría a la policía para que le echaran una ojeada al edificio.

Cuando estuvo a punto de retomar las escaleras de emergencia, un ruido lo hizo retroceder. Sonaba como si estuvieran arrugando un papel, o abriendo alguna golosina, no podía ser algún ratón, habían fumigado el edificio hasta hace poco, quizás al ladrón le dio hambre.

Pasó la linterna por todo el lugar, una puerta blanca, una maceta con una planta artificial, el extintor de gas, un Kirishima comiéndose una barrita de cereal, un escritorio, la silla, un teléfono, todo normal.

Que normal ni que mierdas.

-¡¿Qué mierda haces ahí, jodido pelo de mierda?!- estaba furioso, el miedo inicial se había esfumado y fue reemplazado por una rabia, el muy estúpido de su pareja lo hizo recorrer piso por piso, habitación por habitación con tal de resguardar el bien de su compañía, pero el muy estúpido al parecer estaba jugando a las escondidas, Bakugou lo había dicho, correrá sangre.

Porque enfrente de él, estaba el ladrón que le robó el corazón.

-¡Es-espera! ¡Tengo una explicación para esto! ¡BAKUGOU BAJA ESE ZAPATO!- Kirishima se escondió detrás de la planta artificial, su novio era muy amenazante con ese zapato en alto.

-¡¿QUÉ MIERDA HACES A ESTA JODIDA HORA AQUÍ PELOS DE MIERDA?!- Su orgullo estaba herido, nunca se había asustado tanto, tuvo que morder su labio para no exclamar un grito para nada masculino ante tan sorpresiva intromisión.

-¡Era una sorpresa, déjame explicarte!- la barrita que se encontraba en sus labios ahora estaba en el suelo.

-¡¿Y qué mierdas esperas para hablar?! ¡¿Uh?!-

-Denki me dijo que seguías en la oficina, así que decidí sorprenderte, pero cuando estaba en el noveno piso, me caí, y justo enviaste ese audio diciendo lo de mi taza, y ¡Oye, yo debería ser el enojado aquí! ¡Era mi taza favorita!-

-No jodas Kirishima, fue un accidente, hace un año-

-Pero es mi favorita...-

-Como te detesto- el rubio procedió a ponerse su zapato, y encaminarse al contrario, joder, como lo extrañó, recostó su rosto en el hombro del contrario, inhalando su aroma,acercando su boca a la oreja del pelirrojo y en un casi inaudible susurro un suave- Bienvenido -

-Estoy en casa, Katsuki- feliz por la muestra de amor del contrario, lo abrazó por la cintura, y lo besó.

En su inicio fue un beso tranquilo, lleno de amor. El rubio rodeo sus brazos por el cuello del contrario, sus lenguas danzaban de manera lenta y deliciosa en sus bocas, llenos de deseo, podían sentir como su respiración se agitaba cada vez más, las piernas del rubio se sintieron flaquear, el contrario lo notó, así que descendiendo sus manos hasta los glúteos de su pareja, los acaricio y agarró de una manera descarada, de una manera que enloquecía a Katsuki, lo tomo del trasero, apretujando su cuerpo contra sí, el rubio exclamo un gemido de sorpresa ante tan repentina acción, haciendo que sus labios se separaran.

-Creo que es un buen momento para estrenar mi oficina, ¿no crees, Katsuki?- susurró con los labios de su amada pareja, sus ojos reflejaban deseo, y él estaba dispuesto a cumplir con ese deseo.

-Ya era hora, Eijiro- 

KiriBaku week! 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora