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Los días restantes, habían pasado volando, la joven hibrida ya estaba en el mismo lugar que antes, a la misma hora, la castaña esta vez, veía el musgo de cuclillas, como una niña pequeña, ella era alguien muy curiosa, e inocente, a su manera, a pesar de todo por lo que paso

-pareces niña pequeña –dijo el rubio, observando a la castaña, que al escuchar esa voz de repente, soltó un chillido exaltándose, y resbalando, golpeándose el rostro

-ahhh dolió –exclamo sentándose, con pequeñas lágrimas en sus ojos, tocando su nariz con sus manos, ya que fue la parte más afectada, esta estaba un poco roja- ¡no me asustes así, tonto! –chillo, apuntándolo con su dedo, de manera acusadora

La situación, le pareció tan graciosa al demonio, que no pudo evitar soltar, una gigante carcajada divertido, por la reacción tan infantil de la hibrida

-¡¡no te rías!! Ahora por tu culpa me duele la nariz –espeto molesta

-no seas exagerada Alcira –dijo, mientras que se sentaba en el suelo, como un indio

-Mmm –la híbrida soltó un bufido, dando a entender al demonio, que aun estaba enojada con el

Las reuniones de este par, siempre eran tranquilas y relajadas, con un toque cómico, el demonio y la híbrida, hablaron por un rato divirtiéndose, y aclarando, algunas cosas del plan para irse de sus clanes, los dos veían como amanecía lentamente

El par estaba tranquilo, uno al lado del otro, como si fueran una pareja, no decían nada, había un muy agradable silencio, algo que les gustaba bastante, era tan simple, pero también lindo, no todos los días puedes apreciar el alba, con unos de tus mejores amigos

Ya había llegado la hora, de que el par volviera cada uno a su hogar, sino podrían alguien sospechar, eran entre aproximadamente, las ocho y treinta y siete, temprano la verdad, pero no habían comido nada, y sería extraño, que ellos, no aparecieran por esas horas

Los preparativos, para escapar, cada vez estaban más listos, ya habían conseguido una casa, la cual consiguió el demonio, por conocer a un hombre al pasar, resultando que él estaba vendiendo su casa, porque se iba de la ciudad, algo muy oportuno

Dos semanas pasaron rápidamente, y los encuentros del par eran seguidos, pero no por mucho tiempo, más tardar estaba juntos, solo una por las medias noches, o en las madrugadas para, que nadie se diera cuenta de sus ausencias

Ya todo estaba listo, solo faltaba poder irse al día siguiente, los dos estaban felices, de que su trabajo y esfuerzo pudiera ser efectivo, tenían que tener cuidado, eso lo sabían perfectamente, un cambio en sus actitudes, y todo podría irse al carajo

Eran las dos treinta, Alcira estaba volviendo a su hogar.  sabía que no habría nadie, pero para su sorpresa, alguien había aparecido frente a ella, Alcira estaba sorprendida

-¿Dónde estaba Alcira-san? –pregunto ludociel, viendo a la más baja ella, trago pesado

-solo paseaba un poco, es bueno estar lejos de la madre que tengo, luego de una pelea –murmuro tranquila, y en realidad no mentía, había vuelto a pelear con su madre en la noche, antes de dormir

-¿a estas horas? –dijo arqueando una ceja, desconfiado

-peleamos como a las siente veintisiete, trate de dormir un poco, pero no pude, decidí salir hace un par de minutos, y ya iba de vuelta

-Mm, muy bien entonces vuelva lo antes posible, puede ser peligroso para usted

-ah si –dijo, esbozando una dulce sonrisa- adiós

-adiós –dijo sin más el arcángel, siguiendo con su camino, Alcira hizo lo mismo, no podía creer, que ludociel le haya creído esa mentira, pero era mejor así

el peso de un pecado que no es mío (meliodas y tu) (TERMINADA)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt