¿Cuánto sabe tu narrador?

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Hay veces que nos lanzamos a escribir sin plantearnos previamente qué narrador es el más apropiado para nuestra historia. Existen muchos tipos de narradores y también distintas formas de clasificarlos. Te resumo rápidamente dos de ellas:

- Narradores según su participación en la historia. Pueden ser internos si participan en la historia, o externos cuando no participan, sino que narran desde fuera.

- Narradores según la persona verbal: primera, segunda, tercera persona... Se puede incluso narrar en plural en lugar de en singular, que es lo más lo más común. (En otro capítulo te hablaré de las posibilidades de la segunda persona, con ejemplos concretos). 

Para más detalles sobre estos narradores puedes consultar un artículo que me ha ayudado mucho en todas estas reflexiones. Este es el enlace:

https://www.escueladeescrituracreativa.com/teoria-literaria/tipos-de-narradores/

¡Ahora viene lo bueno! Hay una tercera forma de clasificar a los narradores que, bajo mi punto de vista, es la más importante y engloba las dos anteriores. Es la clasificación que responde a la pregunta que te he lanzado: ¿Cuánto sabe tu narrador? Te explico todo lo que puedes conseguir si te planteas la respuesta a esta pregunta. ;)

1) Narradores que lo saben todo.

Se trata del narrador OMNISCIENTE. Normalmente se trabaja en tercera persona, sabe del pasado, el presente y el futuro, y hasta se atreve a expresar sus opiniones de cara al lector. Conoce todos los hechos y lo que piensan todos los personajes. Es un tipo de narrador muy potente y que muchas veces se usa sin planificar. Sin embargo, si reflexionamos sobre sus posibilidades, nuestra historia tiene mucho que ganar.

2) Narradores que saben bastante. Aquí tenemos dos tipos:

a. El narrador CÁMARA. Es muy objetivo y observa absolutamente todo. Lo que no puede hacer (igual que una cámara de cine) es entrar en las cabezas de los personajes. Puede, eso sí, lograr que imaginemos sus pensamientos a través de pequeños gestos y detalles muy sutiles.

b. El narrador TESTIGO. Sabe mucho, pero solo de aquellas escenas que presencia. Otras partes de la historia las sabrá porque los demás personajes le cuentan cosas. Uno de los mejores ejemplos es el doctor Watson en las novelas de Sherlock Holmes (de Arthur Conan Doyle). Su punto de vista es, en mi opinión, lo que ha hecho tan grande y famoso al personaje de Sherlock Holmes.

3) Narradores que saben mucho de un personaje en concreto. También existen dos:

a. El narrador PROTAGONISTA. Obviamente, sabe mucho de sí mismo y se suele trabajar en primera persona. Si a esto se le suma la narración en presente (tendencia que he visto crecer en los últimos años) logra una gran inmediatez y cercanía con el lector. En este caso también te voy a recomendar un ejemplo para entenderlo a la perfección: la saga de Los juegos del hambre, de Suzanne Collins.

b. El narrador EQUISCENTE. Se suele trabajar en tercera persona pero completamente pegado al personaje, de manera que es capaz de saber o expresar sus pensamientos. Resulta muy intenso y lírico, sobre todo en relatos cortos. Funciona a la perfección también en las novelas, pero, al igual que con el narrador protagonista, debemos asegurarnos que nuestros lectores van a querer pasar mucho tiempo con él. Como he dicho, son muy intensos y cercanos. Si al lector le caen mal, tal vez no quiera seguir leyendo.

4) Narradores que saben muy poco. Se trata de:

a. El narrador DEFICIENTE. Sabe menos que el lector, lo cual da mucho juego, por ejemplo, en las historias de misterio ya que aporta datos que el lector podrá descifrar antes que nadie. Ese juego, puede resultar muy agradable para quien se sumerge de lleno en una historia.

b. El narrador EDITOR, que encontramos en las historias que usan el recurso del "manuscrito encontrado". Seguro que has leído historias en las que alguien empieza diciendo que ha encontrado unas cartas en el desván de sus abuelos y va transcribirlas. Este narrador no juega un papel en la trama, pero le da a nuestra historia un halo de veracidad que puede venirnos muy bien.

¿Alguna vez te habías planteado todas estas posibilidades? ¿Piensas que alguna de tus historias podría mejorar con un narrador distinto al utilizado?

Te propongo un juego: toma un fragmento de tu historia y reescríbela modificando el narrador. Observa cómo cambia. Fíjate en qué rasgos gana y cuáles pierde.

A veces una historia no funciona simplemente porque no hemos elegido el narrador adecuado. Un cambio de narrador puede enseñarnos el camino que buscábamos. 

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Gracias por leer hasta aquí :)

Me interesan muchísimo tus comentarios en este artículo, ya que es un tema muy complejo. Además, ¡es bueno debatir! Te espero.


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