02. El cóndor ígneo

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—Ja, ja, ja. Gracias Marisol y no te preocupes, creo que conseguí que ustedes se relajaran un poco, ya que cuando los vi parecían algo estresados.

Max y Marisol se quedaron callados, no querían decirle que ambos estaban en una persecución organizada por los terroristas. Marisol quería decir algo, pero.

—Es que el viaje ha sido muy pesado —hablo Max—. Es cierto, hace poco vi en la entrada una imagen de un cóndor con cuatro alas, ¿qué significa? Ya que no tengo conocimiento de ese animal mitológico.

En ese momento Elías, se dio cuenta que Max sacó un tema diferente para que pueda cubrir lo que iba a decir Marisol. Sin objetar botó un suspiro y responde:

—Tengo muy poca información de ese cóndor, aunque solo sé de una pequeña historia que me contó papá hace años, se llamaba: el legado de los tres dioses.

Max y Marisol se quedaron atentos y dijeron al unísono: "¿Cuál es ese legado?".

—El cristal carmesí, se dice que el cóndor tetra alado legó el poder del fuego curativo a tres guerreros, estos fueron: Ometéotl, Hunab Ku y Viracocha.

Muy interesados, Max y Marisol rodearon a Elías, este con entusiasmo dijo que ese cóndor mitológico era un guardián que viajaba por el cosmos y el cristal de fuego fue un regalo para los tres valientes jóvenes que solo querían salvar sus tribus de una plaga mortal. Años después, ellos fueron ascendidos a líderes.

—Debido a eso, mis padres pusieron el nombre 'Nina Kuntur' al museo, que en idioma quechua esas dos palabras significan: fuego y cóndor, en honor a ese guardián y al cristal de fuego —la conversación siguió estando tranquila, mientras disfrutaban del paisaje ensoñador.

Cambiando de escenario hacia la misma ciudadela; Luna y Solimán, estaban caminando en una calle ya poco transitada de personas, la pelirroja se puso a estirar los brazos hacia arriba, ignorando que su pulsera emitía una luz azul que titilaba con demasiada frecuencia, y Solimán con una expresión muy exhausta, no tuvo de otra que advertirle a su hermana que tenía un mensaje.

—Luna, revisa tu pulsera, lo dejaste sin sonido.

¿Eh? ¡Oh vaya, gracias! De seguro es Elías, a ver cómo le fue —salió el texto en un cuadro holográfico y Luna lo leyó—.'Objetivo logrado, estaban algo tensos alprincipio, pero los dos nuevos estudiantes ya están bien'... ¡¿QUÉ?!

Solimán también se quedó sorprendido por el mensaje, tanto él como Luna se miraron preocupados entre sí y al mismo tiempo dijeron: "¡Deberían ser tres!".

Regresando de inmediato al museo, por el vestíbulo; el enmascarado estaba levitando a la altura de los tres murales, agita sus brazos hacia los extremos y las tres imágenes de las deidades caen al suelo, la pared donde estaba la del Dios Viracocha empieza a agrietarse, la ronca voz del encapuchado empieza a elevarse, como si estuviera conteniendo el grito. Las luces que alumbraban la sala estaban fallando, todos los objetos de la sala tiemblan ante el poder cinético que emanaba ese intruso, y al final, su voz gutural dio un gran aullido que llegó hasta la azotea espantando a los tres jóvenes.

—E-escucharon eso —dijo Elías, pero vio como su pulsera irradiaba una luz roja y salió un mensaje con letras del mismo color—. ¡Personal no registrado!

El enmascarado después de gritar se calmó, y al hacer un chasquido de dedos con su mano izquierda; la pared del centro explotó creando un enorme agujero donde una brillante luz carmesí alumbraba toda la sala.

Cuando se despejó el poco polvo que había, dentro de ese agujero, se veía un altar y encima un cristal en forma de prisma pentagonal que comenzó a vibrar.

—¡AAAARGH! —Elías gritó tocando el lado donde se ubicaba su corazón.

—¡Oye Elías! ¿Qué te pasa? —Max trato de sostenerlo, pero cuando voltea para ver a su amiga, esta tenía una cara espantada alejándose del balcón—. O-oye Marisol, ¿qué es lo que viste?

—Max —la chica cayó de rodillas y suelta una voz quebradiza—, tampoco estamos seguros aquí, los terroristas... están ahí afuera. ¡Nos han seguido!

La explosión que hizo el enmascarado era la señal para que los terroristas, con sus armas invadan el lugar, ya estaban por romper la puerta. Sin embargo, el de la máscara echó un último vistazo al luminoso cristal antes de huir.

«El plan, comienza ahora».

Pensó el encapuchado de negro, dio unas leves risas y como si fuera un espectro, se dirige por el lado izquierdo de la sala desapareciendo al mezclarse en la oscuridad de ese pasadizo que eligió como ruta de escape.

Max comenzó a abrazar a Marisol, sus rostros estaban llenos de enojo y fatiga, es ahí donde Elías pudo entender la causa de su estrés. Como ya podía respirar mejor debido al extraño dolor en su pecho, se levanta y les dice a ambos.

—Por favor esperen aquí si es posible —comenzó a flexionar sus brazos, y al ver que no estaban tranquilos, dijo—. No se pongan así, aunque no lo crean, ya estoy acostumbrado en sacar a esa clase de gente.

Guardianes de MitosWhere stories live. Discover now