Prólogo

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En algún lugar de América.

El hedor de la sangre, la tierra y el Humo se mezclaban, era horrendo y la vista no era menos, cadáveres por todos lados, fuego abrazador; los gritos de dolor y de batalla se oían incesantes por todos lados.
Intentaba correr por el campo de batalla, mis pulmones ardían con cada una de mis inhalaciones; mi pierna izquierda dolía y sangraba por una profunda herida pero aun así no me detuve, no podía detenerme. Tenía que llegar, tengo que detenerlo, mi tiempo se había agotado. Tropiezo con lo que asumo es un cadáver, cayendo al instante, estoy cansada y adolorida...necesito cerrar mis ojos por un segundo.

—¡Cassi! — se escucha gritar. Lo ignoro, ya no me quedan fuerzas, debo dejarme ir.

El mundo se irá a la mierda por tu culpa, eres débil.
Una voz susurraba en mi mente, una y otra y otra vez.

—No.— gimotee saliendo un momento de mi dolor y cansancio.

Sí, así será, él habrá ganado y tú serás castigada en el infierno. Millones de vidas se perderán por tú culpa, recuérdalo cuando tu alma esté ardiendo en las llamas del averno.

No, no, no. Debo ponerme de pie, debo levantarme. Mis ojos se abren, veo
el cielo azul y las nubes humo en el aire. Quito mi capa y vendo con ella mi pierna para que deje de sangrar.

—¡Cassi!— gritan de nuevo, suena desgarrado. —Cassi, por favor despierta. ¡Alguien ayúdame!

Achico mis ojos tratando de ver, a pocos metros diviso a un muchacho, esta sobre un cuerpo. Me levanto y me acerco un poco más, una niña cubierta de sangre, sus ojos se encuentran cerrados y su boca entre abierta, está muerta.

El estómago se me revuelve, contengo las inmensas ganas de vomitar y comienzo a caminar lentamente hacia el este con dirección al bosque.
Ignoro a las personas que corre en la dirección contraria, debí hacerlo desde el inicio. Tengo que ponerle fin a esta masacre

—James, ¿me oyes James?— lo digo en voz baja, deteniéndome justo en el inicio del bosque y recostándome de uno de los árboles. El dolor en mi pierna me resulta abrazador.

Inclusive hasta acá se logran escuchar los sonidos de estallidos, junto con los gritos doloridos y desesperados de las personas.

Como si estuvieras a mi lado, lindura.—escucho su voz en mi mente.

Agradecí en silencio a Dios por esta conexión que compartíamos.

Te siento muy cerca, voy por ti; debemos reunirnos con los otros para planear el próximo ataque, no le daremos el gusto a ese bastardo de acabar con nosotros.

—No. Nada de reunión y nada de otro ataqué, esto debe terminar ya.

—¿A qué rayos te refieres?— Sale de entre las brumas del bosque, su cabello negro está lleno de barro y tiene motas de sangre en su cara, sus ojos verdes me ven confundidos.—Te ves horrenda, la guerra no te favorece en nada.

—No me hace gracia. —la molestia me abraza al escuchar lo que dice.— Muchas personas han muerto, James. Ella nos lo dijo, no podemos alterar el futuro, lo que va a pasar está escrito desde el inicio de los tiempos. Para detener a ese desalmado yo debo morir. De otra manera no se detendrá.

—Él no es indestructible Aelin, podemos detenerlo.— toda gota de humor en su voz había desaparecido. Se acerca lentamente a mi hasta estar a pocos centímetros de distancia—No tienes que morir para que otros vivan, ya lo habla...

—¡Es un Demonio! — grité.—¡Es un malnacido demonio que quiere llenar el mundo de caos y destrucción!. Sabes perfectamente la solución a este problema.

—¡Ya lo sé!, pero simplemente no voy a dejar que lo hagas, maldición. — grita de vuelta.— No voy a dejar que la única persona que me queda muera  ¿entiendes?

—Pues no te queda opción. Si no hago igual moriré pero llevándome conmigo al resto del mundo.—suelto en voz baja, él me mira con tristeza, sabe que tengo razón. —No voy a dejar que más personas mueran por mi culpa.

—Entonces hagámoslo.—dice con voz rota.

Lo mire como si estuviera loco y antes de que cualquier palabra salga de mis labios me toma de ambas mejillas para luego besarme.

Lo hace lentamente, en sus labios pruebo el sabor de la sangre pero ese hecho no lo hace desagradable.  Es un beso lleno de amor, dolor y añoranza, por ese futuro que no tendríamos... por lo menos no en esta vida.

ReincarnatedWhere stories live. Discover now