16.

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para d;
por haber sido y ser la persona
correcta en el momento equivocado,
y porque a veces el amor no es
suficiente.
te amo y te voy a extrañar.



querida eleven:
perdón una última vez.




will byers.
— t-tú sabes que lo siento en serio, ¿verdad? — lucas repitió, levantando una de las cajas con la mano derecha y limpiando las lágrimas que seguían cayendo por sus mejillas con la izquierda.

la brisa se coló una vez más por la ventana, levantando ligeramente las cortinas, e invadiendo el ambiente con una nostalgia inexplicable.

— lo has dicho unas cinco veces. — sonreí, rodando los ojos. — lo entiendo, lucas. al menos lo sientes. y te perdono, otra vez.

— sólo desearía no haber perdido tanto el maldito tiempo. — resopló. — ¡quizás nunca vuelva a verte y voy a recordar los últimos días que estuviste aquí como los días en los que fui una mierda de amigo, joder! ¡me siento tan estúpido!

— está bien lucas, en serio. — respondí, apilando un par de cajas junto a la puerta. — además, ¿quién dice que no vas a volver a verme? me voy de hawkins, por el amor de dios. no me voy a mudar a otro planeta.

— pero no es lo mismo, will... todo va a ser tan malditamente diferente. no vas a estar aquí y eso ya es suficientemente malo. ¡qué va, ni siquiera es malo, es una mierda!

— no seas idiota. — reí, arrojándole una de las cajas que logró atrapar sólo por buena suerte. — siempre voy a estar ahí, lucas. esté aquí o no. nosotros siempre vamos a ser mejores amigos... los cuatro.

— ¿l-lo prometes? ¿lo juras?

— lo juro. — hablé, sintiendo sus brazos envolviéndome de un momento a otro y escuchándolo sollozar sobre mi hombro. — vamos lucas. — tragué saliva, sintiendo el nudo aparecer una vez más en mi garganta. — para ya de llorar.

— l-lo siento, will. ¡es que voy a extrañarte tanto!

— yo también, lucas. — suspiré. — yo también.

•••

— se siente tan extraño — dustin habló, caminando en círculos por la sala y deteniéndose ocasionalmente para mirar a su alrededor. — verlo todo tan... vacío.

— lo sé.

— tantos buenos momentos. — esbozó una media sonrisa, sentándose sobre el sofá. — siempre me gustó este sofá. excepto cuando ese día el imbécil de lucas tropezó y dejó caer el plato de cereal sobre mí, ¿recuerdas, lucas?

— no. — la risa de lucas se escuchó desde la cocina. — no recuerdo nada de eso.

— claro que lo recuerdas. — dustin frunció el ceño, mirando hacia mí. — ¡maldita sea, hay tanto aquí todavía! tantas mañanas, tardes, y noches juntos. ¡mierda! ¿qué es lo que más vas a extrañar de la casa, will?

— eso. — sonreí de vuelta, soltando un suspiro. — justo eso.

— ¿viene mike? digo, no creo que deje que te vayas sin antes despedirse de ti.

querida eleven ; bylerKde žijí příběhy. Začni objevovat