1

4.4K 411 102
                                    

Unos días antes de que las clases comenzaran, Gilbert Blythe notó que Anne ya no era tan delgada y que se había estirado un poco. La conocía desde que eran unos niños, Marilla y Matthew Cuthberth la habían adoptado cuando ésta tenía seis meses de edad y como los Blythe vivían cerca, la amistad entre ambos surgió por naturaleza. Habían pasado por toda clase de cosas juntos, incluso, cuando Anne tuvo su primera menstruación, Gilbert había sido la primera persona en saberlo. Pero cuando los años pasaron, su relación se volvió un tanto diferente. Ninguno de los dos lo notó sino hasta ese tres de septiembre que se encontraban a solas en la habitación de la chica. La lluvia afuera era torrencial, los hermanos Cuthberth se encontraban en Charlottetown haciendo las compras justas y necesarias para el mes, regresarían cuando todo eso pasara, probablemente en unas horas.

Sí, esto suena increíblemente conveniente, pero Anne tenía la idea de que había un momento en que las estrellas se alineaban, se ponían a favor de las personas, y esta no sería la excepción.

El chico miraba por la ventana el paisaje triste, mientras que ella encendía la lámpara de aceite para iluminar su oscura habitación.

-¿Cuando crees que pasará? -preguntó él sin voltearse.

-No tengo idea -respondió poniendo la lámpara en su tocador.

Gilbert se sentó en el suelo.

-¿Que ocurre? -preguntó Anne.

-Nada, solo estoy algo cansado.

-Acuéstate en mi cama, duerme un rato, ni que fuera la primera vez -volcó sus ojos.

Pero la sensación que el chico Blythe tenía no era cansancio. Era quizá una euforia acumulada en su pecho que tenía ganas de salir. No tenía el control, la vio quitando las ligas de su cabello y peinandolo frente al espejo, lamió sus labios porque sintió que estaban resecos. No era posible que eso le estuviese ocurriendo y que ella no se hubiese dado cuenta.

-Ruby me escribió otra carta -dijo tratando de cambiar el tema.

-Otra carta que no responderás -rió ella viendo desde el reflejo del espejo como se acostaba en su cama.

-Naturalmente -fue lo único que pudo decir sin quitar la vista del techo, volvió a lamer sus labios-. Me gusta una chica.

-¿Otra?

-Sí, otra.

A lo largo de su vida a Gilbert Blythe le habían gustado más o menos un millón de chicas. Era del tipo que conocía al amor de su vida cada semana, y cada semana terminaba en la friendzone. Anne, por su parte, era una experta en rechazar muchachos. Había rechazado a Charlie Sloane y Billy Andrews unas treinta veces. Día tras día los pretendientes iban creciendo al igual que sus senos, los cuales, su mejor amigo había notado más grandes hacía unos días.

-¿Y quién es? -preguntó sentándose en la cama.

-No te lo diré, tonta.

-¿Qué? -cuestionó ella cruzando los dedos mentalmente para que el deseo que llevaba en su corazón hacía unas cuantas semanas se volviera realidad- ¿Soy yo?

Por un momento se quedó paralizado, reaccionando después de unos segundos.

-Sí, tú -dijo con una ironía verdadera.

Ella se tiró a su lado, él tomó su mano y cambió de posición para que ambos se vieran a los ojos.

-Eres mi mejor amiga.

-Tú eres mi mejor amigo.

El suspiro que los dos dieron fue más que suficiente para dar a entender que querían ir más allá de una simple amistad. Solo que ellos no lo sabían.

----------------------------------
¿Comenzamos bien? Espero que les guste.
Amor y luz;
Cass🌻🌈🍑

「𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭𝐬 & 𝐬𝐭𝐚𝐫𝐬 ; 𝐀𝐧𝐧𝐞 × 𝐆𝐢𝐥𝐛𝐞𝐫𝐭」Where stories live. Discover now