Capítulo 7

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Tras meses de trabajo, reuniones y retoques finales, el libro se dio por terminado. Y un viernes de primavera, por fin, se puso a la venta en las librerías de todo el país. Anunciado como el libro del año, se empapelaron las ciudades con grandes carteles. La novela no tardó en escalar puestos hasta la cima, en la lista de los más vendidos. Los grandes almacenes, tiendas y librerías se peleaban por conseguir una sesión de firmas con el autor, en sus locales. La editorial, encantada con el asunto, reservaba las fechas conforme a su calendario promocional. Ya tenía cerrados la totalidad de los meses de primavera y verano. 

El periodista bajó del coche y contempló el cartel que anunciaba el evento:
                                          Sesión de firmas
                                   Esta tarde a las 18:00
                                        Miguel Laguna
                        Autor de "La Venganza del ilustrador"
A pesar de llegar con una hora de adelanto, la cola ya daba la vuelta a la esquina. Su agente editorial lo acompañó al interior de la tienda hasta la sala de espera que habían habilitado para tal propósito.
—Volvemos a ser número uno una semana más —comentó sonriente el agente.
—¡Estupendo! —contestó eufórico el periodista mientras se servía una copa de cava para celebrarlo.
Lo había conseguido, se había convertido en un autor de éxito. Y, aunque solamente tuviera un libro en el mercado, su cuenta corriente ya poseía un par de ceros más y la cifra iba en aumento.
Se terminó la copa y se acomodó en el sofá.
—Ya puedes ir pensando en la siguiente novela —le comunicó su agente entre sorbos de alcohol—. ¿Qué te parece escribir sobre la "World Revenge Ilustrated"?
—¿Cómo? Ni loco, esa gente es peligrosa —protestó el periodista, asustado con la idea de entrevistar a uno de esos individuos.
—¿No me dijiste que se pusieron en contacto contigo?
—Sí, pero para amenazarme.
—Poco o nada se sabe de ellos —comenzó a explicar el agente—. Sería interesante saber cómo se organizan, cómo comprueban la veracidad de las denuncias, cómo planean la ejecución de sus venganzas y demás. ¡Sería otro éxito asegurado!
—Sería mi muerte asegurada... Conmigo no cuentes para ello —afirmó rotundamente el periodista—. Yo había pensado en otro enfoque, ¿qué tal sobre la perspectiva de las víctimas de la asociación?
—Eso son tonterías, lo realmente interesante es la asociación en sí. ¿Cómo va tu nivel de inglés? —volvió a insistir el agente.
—Ya te he dicho que conmigo no cuentes para entrevistar a unos sádicos psicópatas. No pienso meterme en la boca del lobo, y menos ahora que empiezo a ganar dinero.
El agente rió descaradamente.
—No puedes vivir eternamente del éxito de un libro —le explicó—. El éxito es pasajero, y lo sabes. O escribes cosas nuevas o la gente se olvidará de ti. Dentro de unos años, a nadie le interesarán los crímenes de Alejandro.
—Lo sé, pero no hace falta jugarse la vida para escribir una nueva novela —protestó de nuevo el periodista.
—Está bien, pero si no la escribes tú, la escribirá otro... y habrás perdido miles de millones de euros y la oportunidad de consagrarte como el autor más vendido de todo el país —insistió de nuevo el agente, haciendo énfasis en los puntos que más le interesaban al recién estrenado escritor.
El periodista se quedó pensando si debía o no aceptar aquella oferta. Por una parte, podría ser la consagración como autor que tanto había soñado pero, por otra, podía ser el fin de sus días.
—Ni siquiera he podido ver hasta el final el maldito video de venganza. ¿Cómo voy a ser capaz de entrevistarles? —confesó tras pensar en la idea.
—Tú, por si acaso, ve mejorando tu inglés. Ya volveremos a hablar de esto más adelante. Ahora prepárate para la sesión, salimos en cinco minutos.


Los lectores guardaban pacientemente a que sus ejemplares fueran firmados. La mayoría de ellos eran estudiantes y profesionales del diseño gráfico así como pintores, fotógrafos y futuras promesas del arte. La mayoría sentían curiosidad por saber cómo empezó todo; Cómo le robaron la ilustración, cómo consiguió averiguarlo y lo más importante, cómo fue su venganza. La novela se había convertido en un referente, un ejemplo a seguir. Y aunque muchos recurrieron a la World Revenge Ilustrated para denunciar sus casos, otros decidieron ir por la vía legal denunciándolos ante la justicia.

Los lectores dejaban su ejemplar sobre la mesa, decían su nombre y esperaban con recelo su copia dedicada por el autor. Mientras, éste se preguntaba si le compensaría escribir sobre la asociación de vengadores y jugarse la vida en ello. O arriesgarse con una historia de ficción como las que siempre quiso contar, pese a sus dificultades creativas. Eso era algo que no podía decidir en un día, debía pensárselo bien. De momento, aprovecharía al máximo el ansiado éxito editorial.
Y mientras el periodista firmaba los ejemplares, el mundo se convertía en un lugar más justo en el que vivir.

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⏰ Última actualización: Dec 09, 2014 ⏰

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