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Danica sabía que en cualquier momento tendría que salir de su aldea para cumplir con lo que las estrellas querían, desde aquel mensaje que interpreto de la misma manera que su hermano, tenía lista una maleta con lo que ella consideraba como necesario para sobrevivir hasta que las estrellas pudieran guiarla en donde se encontraría con quien era el dueño de esos mensajes; sin embargo, nunca esperó que pasaran los días y el cielo solo mostrará mensajes sobre pequeñas decisiones para que en lo que trabajara, siguiera creciendo.

Fue hasta una noche, cuando había terminado de cuidar a todos los pacientes que requerían de sus dones, que pudo mirar hacia el cielo y vio el mensaje que, en algunas ocasiones quería ver, pero tampoco esperaba que fuera un mensaje que le avisara que pronto Eddie vivirá nuevamente un encuentro traumático que cambiaría su vida para siempre.

No dudo mucho en tomar su pequeña maleta y abandonar todo lo que conocía, dejó las cartas en su habitación para quienes consideraba cercanos y se fue, ignoró las miradas de las personas al verla caminando tan rápido y tan decidida; pasando por la antigua casa de sus padres, suspiro y se limpió las lágrimas, con esto, acepto el destino de abandonar su aldea.

No supo cuánto tiempo estuvo caminando entre los paisajes invernales, pocas veces se detenía a descansar debido a que el cielo seguía presentando el mismo mensaje y ni ella misma sabía cómo se encontraría con Eddie, pero no debía perder más tiempo para ayudarlo a convertirlo en la persona que debía ser; sin embargo, cuando dejo de ver la nieve y vio agua en frente de ella, supo que se encontraba en un obstáculo para cumplir lo que la había sacado de Lemaire; nunca había visto algo tan sorprendente y espero que los dioses la protegieran para que siguiera su camino.

—¡Hay una persona por aquí!— escucho que gritaron a lo lejos, Danica se sorprendió de lo rápido que trabajaban los dioses.

—¿Han sido mandados por los dioses de las estrellas?

—¿Cómo? ¿Dioses de las estrellas?— los hombres se quedaron viendo extrañados, sobre todo al verla tan tranquila en medio de una tormenta de nieve —¿De dónde vienes? ¿Cómo llegaste aquí?

—Tuve que salir de mi aldea para cumplir con el destino que las estrellas me pusieron— Danica sonrió tímidamente —¿De qué aldea son ustedes? ¿Por qué usan prendas tan grandes?

—¡Para no morir de frío!— contestó otro, pero al ver a Danica con prendas tan delgadas, se sorprendió que no presentara signos de hipotermia —¿De dónde vienes? ¿Necesitas ayuda?

—Vengo de Lemaire, una aldea pasando por las montañas de nieve.

—¿Hay más personas en esa aldea?

—Claro que sí, llevamos varias generaciones habitando en ese lugar.

Las personas a su alrededor no supieron qué contestar, se quedaron pensando de porque en los satélites no se mostraba alguna ciudad o porque no se habían atrevido a llegar más allá de lo que habían explorado; pero no tuvieron tiempo en reaccionar cuando se empezaron a escuchar disparos, Danica volteo al cielo para descubrir si eran los dioses mostrando su furia al ella abandonar su aldea; sin embargo, todo fue muy rápido, porque de repente veía como las personas con las que estaba hablando, yacían a sus pies con sangre saliendo de distintas partes.

Como cuidadora, poco a poco se acercó y con las manos temblando, intentaba rezar a los dioses para que ella fuera la herramienta necesaria para que las personas pudieran continuar con su destino; no sabía que era lo que buscaban con las armas que lastimaban a personas del mismo planeta, no sabía que tan salvaje se había convertido el planeta en donde nadie apoyaba a los otros.

—¿Quién eres tú?— escucho que la llamaban mientras se acercaba a otro herido, esperando poder ayudarle, no había tenido suerte de curar a las personas que habían sido más amables.

The Wrong Sky ⋆ Tony StarkWhere stories live. Discover now