Cntrl Z (Ducktales 2017)

Tres Cucharaditas De Azucar

¡Muy buenas a todos! lamento la larga espera, pero muchas cosas han pasado en todo este tiempo, la primera es que ¡me he graduado de la universidad! la segunda es que se han estrenado capítulos de DT desde mi primera actualizacion y me han movido un montón de hilos dentro de la historia jaja por ahora espero mantenerme un poco más activa con las actualizaciones, para facilitar su lectura les haré un pequeño resumen del capítulo pasado.

En el capítulo anterior: Huey, Louie y Dewey parecen festejar haber logrado algo en el exterior de una playa que no parecen reconocer, el mal clima hacen una extraña reacción en Dewey que parece ahogarse, Donald llega a tiempo para meterlos en casa y ayudar a Dewey en ese extraño episodio de falta de aire; Huey y Louie contestan una llamada de un extraño preguntado alterado por un José que ellos no parecen reconocer, Donald rompe el teléfono, y al ver la pérdida de luz en una pulsera de los niños pregunta furioso y agresivo por el mismo sujeto que pregunto el tipo del telefono,  el cual resulta estar atado en un almacén de la casa con un peligroso collar vudú.

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Lo primero que José escuchó al despertar fue el chispoteo suave que hacía la lluvia, mientras más recuperaba la conciencia esa tenue llovizna se convertía en un aguacero intenso, frunció el ceño, el barco se estaba moviendo y no ayudaba al sentimiento de mareo que ya sentía, además de la lluvia y el murmullo de los muebles al moverse junto al bote no había más, no había gritos, risas, voces, nada, y eso lo alarmó; la casa nunca estaba en silencio, nunca, pero no hizo un intento por sentarse, oh no, su cuerpo mando una oleada intensa de dolor, gimió levemente, estaba muy debilitado para intentar cualquier clase de movimiento.

Cuando abrió los ojos se encontró con el techo de su habitación compartida con Donald, parpadeo confundido sin recordar qué fue lo último que pasó ni cómo había llegado aquí, inclinó la cabeza a la derecha, un dolor se extendió por su cabeza, una mueca se formó en su cara, y ahí estaba, Donald, de rodillas mirando un punto muerto entre la cama y la cara de José, claramente sin verlo, su brazo se extendió aún débil y tocó a Donald, este se sobresaltó por el toque y lo miró con los ojos muy abiertos, pero su mirada estaba completamente vacía. 

— despertaste — una afirmación bastante boba a su parecer, cualquier indicio de burla murió en su garganta pues la inexpresión en Donald lo alarmó, tomó su brazo intentando obtener alguna reacción. 

— O que aconteceu? — volteo su cabeza hacia él, pero aún no se sentó, su cuerpo ardía ante la magia perdida y la que se había retenido quemaba en sus huesos por intentar forzarla, la cara de Donald no se inmutó y eso lo asusto más. 

— yo... — Donald parecía tener una verdadera lucha mental para ordenar sus pensamientos. 

— yo — sus facciones se endurecieron, como si tratara de meter sus emociones al final de su mente, teniendo verdaderas dificultades para lograrlo, y José aún no sabía que estaba pasando, no podía usar su magia para cerciorarse del estado de los niños, ¡los niños! Una nueva alarma se activó en su cabeza, no podía recordar todo lo que había pasado, pero el sentimiento de estar atado en el almacén era muy vivido, vino como un borrón de recuerdos que hicieron doler más su cabeza. 

— yo ya no puedo con esto — a José le partía el alma verlo así, porque siempre era lo mismo, nunca fueron una prioridad sus propios problemas, los embotellaba y almacenaba en una parte de su mente y sabía que estaba mal no hacer nada por él, pero siempre había sido tan terco, nunca fue él mismo una prioridad, sabía que Donald estaba tratando de sobrellevar la situación a su manera, pero no sabía que había ocurrido, se forzó a colocarse en una posición hacia la derecha para verlo mejor y tratar de llamar su atención, entonces Donald volvió a hablar