La noche de Yule

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—Stark, buenas noches.

—Cuernitos.

—¿Alguna vez dejarás de llamarme así, mortal irrespetuoso?

—¡Ja! —Tony se repantigó en el sofá y tomó un trago de lo que sea que estuviese bebiendo. Loki arrugó la nariz y agitó la mano desdeñando su mera presencia mientras salía del ascensor.

La Torre Vengadores estaba decorada con lucecitas de Navidad por todos lados, incluso en la gran A de afuera. Un abeto (de verdad, cortesía de Thor) estaba en una esquina de la sala de estar, adornado con objetos brillantes y coloridos, y una estrella en la punta. Incluso desde ahí se olía el jengibre, las frutas secas y el chocolate que estaban usando en la cocina pisos más abajo.

Loki se sacó el yelmo y lo hizo desaparecer con un movimiento de sus manos. Con los dedos entrelazados tras la espalda caminó con pasos felinos alrededor de la habitación, deteniéndose junto al gran ventanal. Toda la ciudad iluminada estaba a sus pies, como cuando había traído a los Chitauri. Eso había sido muchos años antes. Ahora estaba de nuevo ahí, si no como amigo (él nunca sería amigo de esos tarados de los Vengadores), al menos como aliado. Como compañía. Había llegado de Asgard junto con Thor hacía unos días, y Stark era el primero que se había alegrado de su presencia, así fuera para fastidiarlo con su apodo favorito (favorito de Tony, hay que aclarar).

—Yule —dijo como para sí mismo.

—¿Ah? ¿Andas hablando solo, Operación Reno?

—Esa película fue muy mala, y no, no estoy hablando solo. Te estaba hablando a ti, Stark —Loki le dio la espalda a la ventana y miró al millonario.

—Soy todo oídos —Tony hizo una floritura con la mano en la que sostenía el vaso, pero no se levantó del sofá.

—Dije Yule. La festividad que se celebraba el 25 de diciembre en Midgard, hasta que llegó el cristianismo —Como Tony sólo enarcó las cejas, Loki siguió hablando. Un poco de cultura general no iba a hacerle daño—. Era la fiesta del año nuevo para aquellos que nos adoraban. Bueno, los que adoraban a Odín y Thor. A mí sólo me hacían ofrendas para que no fuera a matarlos personalmente —torció el gesto.

Tony intentó ocultar una risa bebiendo de su vaso y casi se ahogó. Loki lo miró arrugando de nuevo la nariz y esperó que terminase de toser y boquear como un pez antes de seguir hablando como si no hubiese sido interrumpido.

—El año comenzaba el 25 de diciembre, en el solsticio de invierno en el hemisferio norte de Midgard, con una fiesta que se llamaba la Noche de las Madres. La Noche de las Madres coincidía con una vieja celebración llamada Yule, que significa "rueda", por una relación con la esfera solar —Loki estaba caminando ahora de un lado a otro con las manos tras la espalda como si estuviese dando una lección en el colegio—. En las primeras civilizaciones humanas la importancia de Yule era obvia. Como las noches se ponían más oscuras y largas, y los días más fríos y cortos, era importante que el Sol se sintiera atraído nuevamente por la Tierra. La festividad era importante porque los mantenía en sintonía con el ciclo de las estaciones, y lo festejaban como el inicio de un año nuevo reuniéndose con sus amigos y familiares para adorar a los dioses y las diosas con alegría y agradecimiento.

—Excepto a ti —Tony sonrió con suficiencia.

Loki lo fulminó con la mirada, y con un destello dorado, el vaso en su mano desapareció. Tony se levantó y fue a servirse otro vaso de whiskey. Cuando volvió al sofá, el vaso volvió a desaparecer. Ahora era Loki el que sonreía petulantemente mientras Tony veía desaparecer su tercer vaso. Cuando se le acabaron los recipientes, de pura rabia intentó tomar directamente de la botella de whiskey, la cual también se esfumó entre sus dedos.

La noche de Yule ✵ Loki & ThorWhere stories live. Discover now