Capítulo 5: la carta

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Dos días después...

Me desperté y, como todos los días, me di una ducha. Noah y yo no habíamos vuelto a hablar desde que ocurrió el incidente de las cosquillas. Mientras yo leía y dibujaba en mi cuaderno, Noah se encerraba en su habitación para estudiar el mapa que había logrado arrebatarle al secuestrador de Kemilly. Solo hablábamos cuando era estrictamente necesario, y yo ya me estaba hartando. Teníamos que hablar sobre lo ocurrido y así poner punto y final a la tensión que había entre nosotros. Tras desayunar un rico colacao con galletas me fui a la habitación de Noah para hablar con él. Llamé a la puerta y dije:

- ¿Puedo pasar? 

A lo que él contestó:

- Sí, claro. 

   Me estremecí al escuchar su voz. Sonaba frío y distante, como si se hubiese convertido en otra persona. Sus ojos azules carecían de sentimiento, estaban vacíos. ¿Por qué se habría vuelto tan frío? ¿Sería por mi culpa? Vacilando, comencé a entrar en su habitación. Noah estaba sentado sobre la silla de un viejo escritorio de madera, anotando algunas cosas en una libreta. A su lado, tapado por bolas de papel arrugado, se encontraba el mapa. Me senté cerca de él (concretamente, en su cama) y esperé a que él hablara. La tensión y la incomodidad se hicieron presentes en el ambiente. Comencé a ponerme nerviosa y me puse a jugar con los bordados de tul de la camiseta que llevaba puesta. Cogí aire y comencé a hablar.

- Creo que tenemos un asunto pendiente - le dije. 

-  Estoy de acuerdo contigo - dijo -. Mira, lo que pasó el otro día en el sofá fue... raro... Yo... No sé que decir, la verdad. No lo hice a propósito, tan solo...me dejé llevar y... al final acabamos así. Siento haberte hecho pensar cosas que no son verdad y bueno... que quede claro que para mí tan solo eres mi amiga, nada más.

   Sentí cómo mi corazón se hacía pedazos dentro de mí. Él tan solo me consideraba su amiga. Me empezó a doler la cabeza y no podía respirar bien. Amiga. Amiga. Amiga. Amiga... Esa palabra era en lo único en lo que podía pensar. Comencé a clavarme las uñas en las palmas de las manos. Me dolía, pero en ese momento el dolor no me importaba. No sentía nada. Era como si se hubiesen deshecho de todas mis emociones y hubiesen dejado en su lugar un gran vacío. Desperté de mi ensoñación al sentir cómo alguien me tiraba un vaso de agua a la cara. Confundida, me levanté y miré a mi alrededor. Vi a Noah de pies con un vaso de agua en su mano derecha. 

- Tienes que irte a tu habitación. Ya. - me dijo.

Me miré las palmas de las manos, ahora cubiertas de sangre. Se podían ver las heridas que mis uñas habían causado en ellas. Caí en la cuenta de que Noah me decía que me fuese porque mi sangre era como una tentación para él. Salí de su habitación y, nada más llegar a la mía, me tiré en la cama y hundí mi cara en mi almohada. Casi al instante, comencé a llorar. Sabía exactamente porqué, pero me negaba a aceptarlo. Parece que, después de todo, mis sospechas eran ciertas. Me estaba empezando a gustar Noah.

Noah's POV

- Estoy de acuerdo contigo - dije -. Mira, lo que pasó el otro día en el sofá fue... raro... Yo... No sé que decir, la verdad. No lo hice a propósito, tan solo...me dejé llevar y... al final acabamos así. Siento haberte hecho pensar cosas que no son verdad y bueno... que quede claro que para mí tan solo eres mi amiga, nada más.

   Tras decir esas palabras (las cuales eran una mentira de las gordas) vi como la cara de Emma adquiría una expresión triste. Vi que empezó a clavarse las uñas en las palmas de las manos mientras miraba a la nada. De repente, el olor a sangre fresca inundó la habitación. Emma se había hecho sangre en las manos, aunque no parecía sentir nada. Cogí un vaso de agua y se lo lancé a la cara. Emma pareció salir de su trance y me miró confundida. Luego se miró las manos, ahora llenas de sangre. 

Las cuatro estrellas (CANCELADA)Where stories live. Discover now