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Jonathan tras ser encontrado fue trasladado hacia la baticueva, más específicamente en un cuarto de cuidados intensivos que era parte de esta.  A pesar de haber sido llevado a tiempo se encontraba bastante grave, sus signos vitales eran  lentos y no mostraba síntomas de querer despertar pronto.

En aquel lugar tan sólo se encontraban algunos miembros de la batifamilia, Lois y Superman, todos rodeados de un sepulcral silencio que no hacía más que crecer y volverse  incómodo con el paso de los minutos. Todos en el lugar permanecían afectados por la situación, y es que a pesar de que algunos no fueron cercanos al niño Jon, verlo de esa manera rompía el corazón de cualquier persona, pues todo lo que lo caracterizaba prácticamente se encontraba marchitado, desde sus sedosos cabellos  negros , hasta sus brillantes ojos azules, como si la vida lo abandonara a cada suspiro.

Y ustedes con que derecho vienen a verlo. - El menor de los Wayne se encargó de romper aquel silencio con unas crueles  y rudas palabras que iban dirijiras hacia los progenitores del niño Kent.

No me hables así, tu ni siquiera sabes que es lo que sentimos como padres. - Respondió con una voz demandante el hombre de acero, mientras intentaba no quebrarse ante la situación, sabía que tenía gran parte de la culpa en eso, sólo que no se sentía listo para aceptar aquel peso.

!No te atrevas a decir eso cuando te ibas por días sin siquiera darle explicación alguna, y ni hablar de ella!- Contesto exaltado y con gran molestia en su voz mientras dirijía su mirada a la mujer de mirar violeta.- tanto te costaba enviarle un simple mensaje, ¡sólo un jodido mensaje!

Damián ya es suficiente- Sonó la serena pero espeluznante voz del patriarca de la casa al notar como sus hijo pensaba lanzar más verdades dolorosas, y sobre todo cuando se dió cuenta de las expresiones de los padres, llenas de culpabilidad y dolor.

El árabe maldijo para si mismo, soportando las lágrimas que amenazaban con caer de su rostro, necesitaba poder gritarles, era la única forma de desahogar su sufrimiento.

Ignoro a todos y se dispuso a entrar a la habitación en dónde descansaba aquel niño que lo hacía sentir tan confundido.

Se quedó un buen rato mirando a la nada, hasta que el sonido de la puerta siendo abierta lo saco totalmente de su trance.

Sus papás son unos idiotas. - Dijo Jason dando su atención hacia el cuerpo, su mirada transmitía únicamente cansancio - Aunque claro, pudo ser peor, al menos no lo hacían matar desde los cuatro años, o lo dejaban en la calle a su propia cuenta.- Río amargo ante su propia broma de carácter oscuro.

¿Tú que haces aquí?- Le miro fastidiando Damián, no se sentía con el humor de soportar a su "hermano".

No eres el único que le tiene cariño al mocoso. Además, eras tú quien me enviaba a cuidarlo, supongo que se volvió una costumbre.-

El mayor no recibió respuesta alguna, provocando que el silenció volviera a reinamdo en la habitación, quedando sólo el sonido de signos vitales.

-¿Crees que despierte? - Pregunto Damián con inocencia que se creía perdida, pero que Jason dejo pasar de lado.

- Tiene que hacerlo... Uno simplemente no puede dejar este mundo sin pensar en los demás... Él no es así.-

Una pequeña lágrima se digno a salir de los ojos esmeralda del del sangre árabe.

-Me siento culpable- Dijo en un susurro y realmente sin haberlo pensado.

-Yo también.

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Mecoides.

Duelo Dulce Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon