—¿Eres....uhhh —un chico pelirosa lee un papel doblado— Jeon Jungkook?

La figura menuda y bajita de un muchacho con la tez más pálida y brillante que Jungkook nunca había visto está frente a él, con un cabello rosa resplandeciente, sus ropas son blancas con azul pastel y una sonrisa tan dulce capaz de endulzar al café más amargo del mundo.

Jungkook carraspea, bajando un poco la mirada ante la belleza del muchacho para que este no vea su sonrojo, siente como su corazón late acelerado y la sangre corre por todo su cuerpo dejándolo un poco alterado ante la visión del muchacho.

—¿Quién eres tú? —pregunta el pelinegro.

La risa del joven muchacho suena como cascabeles.

—Primero debes decirme si eres Jeon Jungkook.

Él asiente, la suave sonrisa del joven se ensancha y Jungkook observa como su cabello ha dejado de ser rosa pastel a un rosa brillante, casi neón.

—Me da mucha alegría encontrarte Jeon Jungkook —dice, extendiendo su mano— mi nombre es Jimin y soy tú padrino mágico.

Jungkook parpadea un par de veces más, brillos de muchos colores parecen rodear la figura de Jimin, segundos después de que su cerebro analizara la información, él suelta una sonora carcajada que hace caer la mano del pequeño humano, los ecos de la risa empiezan a crispar al joven hada, tanto que su cabello ahora se ha vuelto casi blanco, de un tono rosa muy claro.

—Dile a Taehyung que patearé su culo por esta broma tan estúpida, adiós niño.

Luego de esa oración, él cierra la puerta en la nariz del muchacho para darse media vuelta y dirigirse a su habitación, con restos de la risa anterior se sienta frente a su escritorio para empezar a investigar sobre sus clases cuando la imagen de Jimin vuelve a su cabeza.

Chasquea la lengua al pensar en las palabras del muchacho soy tu padrino mágico.

—Padrino mágico... como si existiera esa babosada.

—¡Claro que existe, por algo estoy aquí!

La voz chillona de Jimin hace que Jungkook pierda el equilibro y caiga de su silla, el cabello del muchachito ya no es de color rosa ahora es de un suave tono de azul, tampoco hay brillos pero él está sentado cómodamente en la almohada del pelinegro.

Lastimado su rodilla con la caída, rápidamente se irgue y se enfrenta al joven, la cara de Jungkook está roja, pero de la rabia, el pequeño flechazo hacia el muchacho ha pasado como una brisa para dejar solo molestia.

—¿Qué haces en mi habitación? ¡Llamaré a la policía, esto es invasión a la propiedad privada!

Jimin frunce sus abultados labios ante el tono enojado con el que Jungkook se dirige a él.

—No puedo creer que un niño de diez años hable así, debes estar adelantado a tu edad, ¿verdad? —inquiere Jimin.

—No seas idiota, no tengo diez años.

El joven de rasgos delicados, se levanta de la cómoda cama, para pararse frente a Jungkook y examinarlo bien, tiene razón, no luce como un infante. El pelinegro se encuentra llamado al 911 desde su teléfono, este desaparece en el momento en que la operadora contesta.

—¡Oye!

—Lo volveré a repetir porque no estoy para juegos, fui llamado por la Estrella Madre para ser el guardián de un niño de diez años llamado Jeon Jungkook y no puedo perder tiempo —dice Jimin, con las mejillas encendidas y su cabello empezando a tornarse de rojo carmesí.

fairy godfather -kookmin {o.s}Where stories live. Discover now