Parte 14

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Paraíso de papel

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Im Yoona sintió una ola de vergüenza cubriéndola, así de arrebatador y triste, tanto que trato de mirar a un lado y a otro, tanto que bajó un mechón de su cabello para ocultar el rostro aun magullado por los golpes y evitó su mirada, esa mirada de Jung que ahora la contemplaba con desconcierto o pena. Yoona en realidad no tuvo el valor para ver esos ojos por más tiempo.

Solo volvió a encogerse, mientras Namin se sentaba junto a ella y le preguntaba si estaba bien, la voz de la mujer no aplacaba las ganas de salir corriendo que ella tenía, pero Yunho habló, dominando la situación en menos de un minuto: Namin abandonó la habitación y Yoona, luego de un par de minutos más, solo echó a llorar.

Fueron por los menos diez largos minutos en los que las manos de Yunho en algún momento tomaron las suyas y el llanto amargo en el que había caído presa lentamente se detuvo, notando entonces la manera en que Yunho acariciaba sus manos y casi hasta las contemplaba.

—No han cambiado —habló el hombre— Siguen siendo igual de suaves.

La referencia a sus manos logró capturarla un instante, Yunho le sonrió como cuando eran jóvenes y su rostro radiante la consideraba la mujer más hermosa que sus ojos habían contemplado. Yoona hace tanto que no sentía una mirada como esa.

—Yunho...

—Namin me habló de tu caso —trató de sonar suave a pesar de todo— Pero nunca imaginé que en realidad fueras tú.

Otra vez sintió ese malestar en la boca de su estómago, los cortos que se repetían y se sacudían en su cabeza vertiginosamente, los golpes, los gritos, su rostro, su orgullo y su dignidad heridos por igual. Yoona suspiró. Y Yunho levantó la mirada herido, el brillo de Yoona se había apagado, y a pesar de todo, cuando le sonrió, Yunho apretó sus manos un poco más.

—Necesitas ayuda Yoona.

Sin embargo, como si un relámpago hubiera atravesado frente a ella, Yoona alejó sus manos, y sacudió la cabeza de inmediato. No necesitaba ayuda. Ella no estaba mal, solo había sido un incidente, que se les salió de las manos.

...

...

—¿Qué sucede?

Yoochun habló muy cerca de su oreja, tanto que Jaejoong se tomó su tiempo para cerrar los ojos y tratar de relajarse ante la impresión de tener al otro prácticamente respirando cerca de su cuello, pero apenas apretó el papel entre sus manos y luego se alejó un par de pasos, protegiendo un poco de su espacio vital.

—Es otra carta de la militarizada.

—¿Otra? —Yoochun frunció el ceño un poco, rascando su nuca y haciendo un mohín con sus labios— Creo que sería bueno ir haciendo las pruebas hyung. A mí también me están solicitando lo mismo, no podemos evadirlo más tiempo.

Jaejoong tenía motivos, muchos motivos que lo detenían a la mitad del camino entre sus pensamientos y lo que ocurría mientras apretaba el papel entre sus manos y respiraba profundo.

—Estamos a punto de terminar la serie —Murmuró para sí mismo— Quizá va siendo hora de pensármelo.

—En fin —Yoochun estiró su cuerpo, soltando un largo quejido —Si te decides me avisas, a lo mejor yo también me animo.

La palmada suave en la espalda acompañada por esa sonrisa carismática que solamente su compañero podía tener lo hizo sentir relativamente relajado. Sin embargo Jaejoong respiró hondo de nuevo y miró por un rato más, el pequeño papel entre sus manos y los sellos correspondientes que lo hacían pensar más allá de lo adecuado.

Odio {YunJae} (TVXQ)Where stories live. Discover now