Jazmines En El Pelo - Amanda Sanh

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“Su padre no se cansaba de repetir que la unión familiar era la piedra angular de la felicidad, y que la felicidad era la clave de la vida, que vivir no tenía sentido si no era compartida.”

“—¿ Y qué hay de malo en hacerse daño? El amor duele —dijo él, finamente, sin apartar la mirada—. Tiene que doler para que sea amor verdadero.”

“El amor tiene que ser como las flores, si se daña se marchita.”

“Los días se hicieron más brillantes, los humores ardientes se volvieron más frescos, las lunas más de miel y los soles más de dicha, las flores parecían seguir con su mirada a la pareja, cual girasoles siguiendo el arco del sol en el cielo.”

“Luna Belmonte nunca se cansó del amor, nunca se acostumbró a él en el sentido de que las cosas ya no parecían tan nuevas y ya todo dejaba de sorprenderle, no, cada sorpresa era asombrosa, cada gesto era único, cada plática en la noche era mágica.”

“Bailaban sin música, se veían sin necesidad de abrir los ojos, sentían su calor sin que se tocaran las pieles. Se amaron con locura y sin cordura, se amaron con cada molécula del cuerpo, se dedicaron cada pensamiento producido por sus cerebros.”

“…su novio le había dicho una y mil veces que era la mujer de sus ojos y que nunca habría nadie más.”

“Dicen que el amor entra por los ojos, y la apariencia física es el primer filtro en todos los seres humanos que poseen el don para ver.”

“Recordó cuando B. le dijo que el amor dolía, tenía que doler, y le dio la razón, como muchas otras veces: dolía.”

“Un accidente. Y se lo terminó creyendo, terminó sucumbiendo ante el encanto de las flores, ante el encanto de lo que había sido todo aquello que la había hecho sentir viva, aquel chico guapísimo e interesante, aquella vida loca y excitante, aquellas noches de pasión y aquellas mañanas de ternura.”

“…no podía saber que el corazón tiene sus propios argumentos que por lo general hacen más ruido que las razones del cerebro.”

“Cuando la marca desapareció, Luna Belmonte sintió que con ella habían desaparecido todos los problemas y los fantasmas de antes, el sol volvía a sonreír, las flores volvían a adornar el apartamento y las vidas de los dos jóvenes amantes.”

“…estaba muerta en vida y moría un poco más con cada hora que pasaba, con cada día que pasaba, con cada semana que pasaba y que decidía postergar la confrontación…”

“Me forzaste a buscar en otras personas el cariño que tú no me dabas, me forzaste en buscar en otras camas el calor que a nuestras sábanas le faltaba.”

“No fui a la universidad por ti, dejé a mi familia por ti, perdí amigos por ti. ¡No soy tu mujer, soy tu juguete!”

“Era peligroso, muy peligroso, tenía ese no-sé-qué que se metía en la cabeza de la gente y hacía lo que se le antojara con las neuronas, o quizá eso sólo le pasaba a ella.”

“Ella misma se encargó de ahogar esa confusión detrás de una sonrisa fingida que cada vez se volvió más genuina, hasta el punto de que sonría de verdad. Todo estaba bien.”

“Y ella no decía nada, ella no hacía nada.”

“—El amor tiene que doler para ser verdadero.”

“En casa nadie iba a ayudarla.”

“Fue así como Luna Belmonte supo que podría sobrevivir, que podía manejarlo, que podía vivir de ese modo tan extraño con él, que era alguien a quien ella amaba, pero también alguien al que le temía con toda su alma.”

Frases del Olimpo. Vol2Where stories live. Discover now