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— bien, tu tiempo ha terminado —, dice alexby abriendo la puerta de la celda, luzu se puso de pie inmediatamente —. ¿qué cojones? ¿qué hacen esos dos a fuera?

— le hacemos compañía al psicópata —, menciona lolito dándole una probada a su helado de fresa que había ido a comprar un rato atrás.

— todos en este pueblo están locos, ¡locos! —, exclama alexby saliendo de la celda.

sin dudarlo, luzu salió de la celda y se encaminó a las a fueras de esta para ver a auron y lolito sentados en el suelo uno al lado del otro, por su lado, auron miraba en su dirección esperándole mientras que lolito tomaba de su helado de fresa con la mayor tranquilidad del mundo. en cuanto auron vio a luzu, se levantó de un salto y le sonrió, parecía que había recuperado toda la energía y que sus heridas mágicamente sanaron.

— vale, ¿qué haremos ahora? —, pregunta lolito devorando su helado, auron le miró con el ceño fruncido y lolito le estiró el helado —. ¿quieres?

— venga —, dice encogiéndose de hombros y dándole una probada al helado.

— vale, tontos —, asiente luzu sintiendo una pizca de envidia dentro de sí —. auron debería ir a descansar.

— ¿qué va? ¡si estoy de maravilla, hombre!

no era cierto y lo notaba en los ojos marrones de auron, cada movimiento brusco que hacía le dolía y lo notaba en las muecas que hacía pero sabía que no se volvería a mostrar débil, no después de haber estado una semana frente a él luciendo vulnerable, por alguna razón, auron tenía la manía de parecer siempre fuerte y que nada le importara aunque por dentro sabía que era sensible y bastante.

— tío, yo propongo que vayamos a dar una vuelta por karmaland a ver si encontramos al interesante —, dice lolito acabando su helado, auron apoya la idea con entusiasmo —. además, no puede ser posible que vuestro alcalde aún no tenga un chocobo.

— ¿iremos en busca de chocobos entonces? —, pregunta luzu con confusión, ambos chicos asienten —. auron, ¿estás seguro que puedes ir?

— hostia, que pesado con auron —, brama lolito sin dejarle hablar —. toma, que te doy la llave de karmaland si les dejas tranquilo, joder, que es mi mano derecho y me pongo celosisimo.

— hombre, lolito —, ríe auron a carcajadas —. que no tienes de que ponerte celoso.

vaya puñalada fue esa. luzu miró a lolito con expresión de pocos amigos pero lolito no pareció percatarse. comenzaron a caminar en dirección al portal que llevaba al desierto y luzu no pudo evitar sentir desplazado, la conexión que lolito y auron tenían era tan profunda que a veces pensaba que él jamás conseguiría eso con auron, ni siquiera algo similar. cuando auron estaba con lolito había una perfecta sinfonía entre los dos, las conversaciones fluían y auron, que generalmente parecía ser alguien muy serio y difícil de penetrar, con lolito era alguien sumamente afable y reía de cada cosa, se veía tan feliz, como nunca lo había visto. él quería hacer sentir a auron así, quería que auron se sintiera tan cómodo con él como lo hacía con lolito pero, ¿cómo podía hacer eso?

— hombre, luzu, ¿estás bien? —, pregunta auron llamando su atención, luzu se voltea para mirarle.

— sí, sí —, asiente desganado.

se detuvieron frente al portal y, antes siquiera de pensarlo, lolito brincó dentro desapareciendo de la vista de ambos chicos. el portal era un arco inmenso moldeado de arena solidificada, tenía varios detalles que le daban textura al borde del portal, justo en el centro parecía haber un cristal morada, tal vez algo menos sólido que un cristal, pero, si te fijabas muy bien, podías ver las siluetas desdibujándose del desierto a través de él.

— eh, luzu —, menciona auron antes de brincar, luzu le observa expectante —. dime qué pasa.

no sabía que tan buena idea sería hablar de auron con eso, por una parte, no quería oír a auron decir que prefería a lolito antes que a él, eso lo destrozaría, pero también le gustaría arriesgarse a que pudiera decir que luzu era especial para él aunque dudaba que esa fuera su respuesta.

— es que... —, suspira —. no lo sé, siento que actúas distinto con lolito que conmigo.

con una sonrisa, auron le miró de una manera que jamás pensó le que le miraría era una expresión tan suave y delicada, como si hubiera algo que le causara ternura y, a su vez, un poco de gracia, pero sus ojos brillaban de una manera que jamás había visto antes.

— es que con lolito solo somos amigos —, le regala una amplia sonrisa y a traviesa el portal.

¿qué cojones...?

wrong number; luzuplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora