-No pienses en esas cosas—se reprendió a sí mismo.

La luna desapareció cuando el sol hizo su entrada por el horizonte.

0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0

Tanto Inners como Outters se enteraron pronto de que Rei había caído en el mismo estado de inconsciencia que Amy. Lo doctores permanecían desconcertados al no encontrar explicación alguna a su intensa debilidad. No era posible extraer la energía de cada célula en el cuerpo humano, simplemente esa tecnología aún no existía ¿Entonces, cómo era que precisamente eso le hicieron a las dos jovencitas que, además, eran amigas?

La policía comenzó a sospechar. Pero eran simples niñas y dudaban de que estuvieran involucradas en asuntos mayores. A distancia las espiaban, ninguna de había percatado aún de eso.

Darien no le contó a nadie sobre ese encuentro que tuvo con la mujer esa, Alexandra. Las Sailor decidieron reunirse ahora en el parque de la ciudad número diez, en vista de que el Templo Hikawa se había quedado sin sacerdotisa por tiempo indefinido.

-Siento que las cosas se nos están saliendo de control—admitió Mina, con rostro serio y pensativa expresión. Estaba recargada en el respaldo de una banquita, con los brazos cruzados y bajo la sombra de un árbol.

-No lo podemos negar, y lo peor es que no sabemos ni tenemos idea de lo que está pasando—concordó Lita, mirando a las demás scout que parecían sopesar algo.

-Setsuna—habló Haruka— ¿No tienes alguna información que puedas darnos?

-Para serles franca—respondió la mujer—No sé tampoco lo que está pasando. No recuerdo que algo como esto sucediera y la puerta del tiempo ha tenido fuertes temblores últimamente.

-¿Se ha afectado Tokio de Cristal?—preguntó Darien preocupado.

-No, para nada. Por eso es más extraño.

Michiru se movió sentándose en la banca al lado de Haruka, suspiró pesadamente antes de hablar.

-Mercury y Mars están inconscientes, la princesa ha estado en coma desde hace mucho tiempo y nuestros poderes van disminuyendo día con día. Este panorama no nos brinda ninguna ayuda.

-Dinos algo que no sepamos Michiru—la voz de Lita sonaba contenida, malhumorada como estaba eso solo empeoraba su genio. La delicada mano de Hotaru se posó sobre la de Júpiter y con una sonrisa le calmó.

-No debemos en estos momentos ser pesimistas—habló la menor de todas—Debemos mantenernos unidas si queremos vencer a este nuevo enemigo. Ahora es cuando más nos necesitan nuestras amigas.

-Tiene razón—Mina abrió los ojos y bajó los brazos—Pero no por eso resulta ser algo sencillo.

-Las cosas últimamente no lo han sido—Luna y Artemis, que habían presenciado todo sin decir ni pío, finalmente dieron su punto de vista:-Pero tómenlo como una experiencia nueva para fortalecerse, chicas. Ya saben que siempre resulta todo bien.

El ambiente se aligeró un poco pero no demasiado. Las Sailor estaban demasiado angustiadas y tensas como para relajarse lo suficiente. Sentían al enemigo pisándole los talones y ellas sin el poder ni la confianza suficiente para hacerle frente.

-Iré para ver a Serena. —dijo Darien, yéndose a paso lento sin esperar respuesta por parte de las demás.

-Pobre Darien—dijo Mina.

-El príncipe es quien más ha sufrido con todo.

La silueta del chico desapareció a lo lejos, pasaban minutos sin que nadie rompiera aquella esfera de silencio. Que, sin embargo, cedió cuando un estruendoso rayo cayó cerca de ellas y las tumbó en diferentes direcciones. Las personas que estaban en el parque gritaron de miedo y pronto el desorden y pánico invadió el lugar.

Sailor Moon: Hija de la LunaWhere stories live. Discover now