2

1.7K 36 1
                                    

Año 1990

Asturias, España

 

Nací en un cuchitril español hace veintisiete años. En una de las pocas espesuras vírgenes que quedaban en Asturias. Poco se podría decir de aquel lugar mugriento. Salvo que allí viví durante tres años, hasta que mis padres se vieron obligados a mudarse por las denuncias que recibían del vecindario.

Nos maltrataban, tanto a mi hermano como a mí. Pero especialmente a mí. No era raro verme encerrada en un sótano, comiendo del propio suelo las sobras de los cerdos. O ser mordida por las ratas, cuando estas no tenían otra cosa que comer.

Durante cinco años viví en muchos lugares diferentes, pero jamás disfruté de ninguno de ellos.

Hartos de huir de la justicia, mis padres decidieron instalarse en Graines, un lugar donde decían que reinaba la paz y bajo esa mentira construyeron una casa en medio de un bosque. Estar escondidos les permitiría no solo huir de la justicia sino también traficar con las drogas —trabajo que desempeñaba Joseph, mi padre— con total libertad. No traficaba a gran escala, pero si ganaba lo suficiente como para alimentarnos y permanecer escondidos.

Nuestra nueva estancia podría haber mejorado el humor de mis padres. Rodeados por la naturaleza, contacto directo con el aire puro… con los animales salvajes… ver nacer antes que nadie las tormentas… pero no. Aquello no calmaba la maldad de mis padres porque en realidad lo que les llevaba a golpearme no era otra cosa sino la facilidad con la que me recuperaba de tales golpes. Apenas me rompían un hueso, éste comenzaba a cicatrizar y a los cuatro días no se encontraban indicios de rotura.

En cuanto a mí, era una niña delgada y con aspecto enfermizo que apenas si medía metro y medio. Nadie creería que me podía curar con tanta facilidad de la brutalidad de mis padres.

Recuerdo que una tarde de verano —de esas que todos recordamos por la calidez con la que nos abraza— Joseph regresó a casa tras hacer una buena venta y pudimos oírle llegar por la canción que canturreaba e inventaba a medida que se acercaba a casa.

Aquella tarde podría haber sido normal, tranquila. Pero el ánimo de Joseph cambió cuando descubrió que alguien había tocado la vitrina donde guardaba las armas. Pude escuchar cómo se acercaba deprisa hacia el salón para aclarar el asunto.

La Cámara Oscura (Vol.1)Where stories live. Discover now