Dominik Evans es un joven introvertido, preso entre las paredes de su propio hogar. Maltratado por la persona que debería haberlo protegido, decide ocultar sus emociones y fingir indiferencia.
Pero las cosas se complican cuando su padre comienza un...
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Camino con rapidez hacia la casa de Fred, trato de controlar mi temperamento pero sólo empeora por cada segundo que pasa. No puedo creer que me haya bloqueado de Whatsapp, y además de eso terminó el proyecto sin consultarme absolutamente nada, ni siquiera tuvo la decencia de quitarle mi nombre. Básicamente hizo la parte más difícil solo, no merecía que me dieran la nota. Luego me ignoró sin disimular en lo más mínimo, traté de hablarle pero fue inútil.
¿Esa es la clase de amigo que tengo?
Bien, sé que soy un poco injusto con él, pero su actitud me parece fuera de lugar. Le dije que no sabía todo lo que ocurría entre Aaron y yo, aún así decidió juzgarme. No quiso escuchar, se quedó con lo que él creía que pasaba, por eso ahora está tan molesto conmigo. Tampoco entiendo su molestia, de hecho si estuviese en su lugar y pensara que un amigo está siendo maltratado por alguien... no me enojaría, sino todo lo contrario.
¿Por qué hay personas que hacen eso?
Sé que no es mi caso, pero existen muchos otros donde una persona está en esa clase de relación y sus amigos deciden apartarse. Entiendo que es porque se sienten preocupados, incluso dolidos porque su amigo no quiera escuchar y salir de allí, pero si no salen es por algo. Muchos, sobre todo mujeres (debido a que son más propensas a terminar en relaciones tóxicas gracias al mismo machismo), acaban generando una dependencia emocional e incluso económica hacia su pareja abusiva y no pueden salir de eso por más que quieran. Entonces no me parece correcta la actitud de esos supuestos amigos que sólo se alejan, no ayudan a nadie así.
— ¿Qué haces aquí? — la voz de Fred me saca de mis pensamientos, miro hacia el frente y me doy cuenta de que ya había llegado a su casa. Mierda, me distraje mucho. Él se encuentra parado en la puerta, mirándome desconcertado. Creo que estaba acostado porque su cabello parece un nido de pájaros y trae puesta ropa de dormir: un pantalón holgado y una remera lisa, ambos de color rojo.
Tan Gryffindor... joder, no es momento para chistes.
— Ah, ya sé a qué viniste. — dice cuando estaba a punto de hablar, enseguida entra en su casa dejándome solo. A los pocos segundos aparece con una bolsa negra en sus manos, me la entrega descuidadamente. — Aquí tienes la ropa de tu novio.
— ¿La ropa de mi novio? — repito frunciendo el ceño, agarrando aquella bolsa y mirando su contenido.
¡La ropa de Aaron!
Ni siquiera me acordaba de que él se la prestó a Fred, tampoco creí que el pelirrojo fuese a devolvérsela, con todo lo que pasó no me extrañaría que la hubiese tirado, o prendido fuego.
— Espero que eso sea todo, adiós. — suelta entrando nuevamente en su casa y cerrando la puerta con fuerza. Miro el lugar perplejo, de inmediato la furia comienza a apoderarse de mi cuerpo. Me acerco velozmente hacia la entrada, golpeo la maldita puerta con fuerza.
