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08.Proyectos y un perrito

Son casi las tres de la tarde cuando Louis sale de su casa. Pasará por los chicos y luego irán a recorrer el sendero del extremo norte de la ciudad. Lo habían estado posponiendo por meses, así que decidieron que era hora. Prepararon sus cosas, Louis hizo un bolso con comida y les dijo que pasaría por ellos al día siguiente e irían allí. Así que se encarga de tener todo en la cajuela del auto antes de irse.

Los chicos están esperándole en la entrada del colegio. Louis les sonríe y les hace un gesto con la mano para que se suban con rapidez. Una vez que todos están sentados y asegurados, Louis sale del parking.

—¿Cómo les fue hoy? —les pregunta a sus hijos, observando a su derecha, viendo que puede salir del recinto escolar sin problemas.

—Bien—contesta Saige—entregué mi proyecto y Gina me invitó a su fiesta de cumpleaños, el sábado.

—Perfecto y sí, tienes permiso para ir a la fiesta—dice antes que Saige diga cualquier otra cosa.

—¡Sí! —celebra desde el asiento trasero—gracias papá.

—Yo tengo examen el lunes, así que me quedará encerrado estudiando—comenta Kyler encogiéndose de hombros.

—¿Estás bien con ello? —Pregunta Louis acercándose hasta la estación de servicio—Puedes hacer algo más, no es necesario que solo estudies.

—Quiero hacerlo, sabes que me gusta mantener buenas calificaciones 

—Está bien—dice Louis orgulloso—lo que decidas está bien. —Le sonríe a su primogénito y acaricia su rodilla con cariño. — Bueno muchachos—habla, estacionando el auto en un lugar vacío—sus cosas están en la cajuela, todos a cambiarse.

Se meten todos a los baños de la estación, Louis ayudando a Cayden a cambiarse. Compran un bocadillo antes de volver a subirse al vehículo y esperar a que Louis cargue gasolina. Una vez todo listo, emprenden camino hacia el lado norte.

La entrada está vacía y el estacionamiento está básicamente de igual manera. Así que escogen uno que esté cerca de la entrada y van hacia la ventanilla para comprar sus tickets. El caballero que les atiende en la ventanilla es extremadamente amable. Les entrega sus tickets, un mapa y un Walkie-talkie para casos de emergencia. Les indicó también el camino adecuado y la entrada a un arroyo precioso.

No pierden el tiempo, hacen su camino hacia el sendero, luego de agradecer y caminan. Caminan muchísimo, les lleva casi dos horas llegar al lugar que les indicaron, pero vale totalmente mientras recorren las hectáreas de áreas verdes, llenas de vegetación, flora y fauna. Pero todo vale aún más la pena, cuando finalmente están en el arroyo, con el precioso paisaje frente a ellos y el sonido del agua al caer.

Sus hijos hacen un sonido de admiración y al voltear a verlo, Louis no puede estar más feliz de compartir estos momentos con ellos. Saca su teléfono móvil y abre la cámara.

—Pónganse para una foto chicos —Les dice. Inmediatamente Kyler ubica a Cayden en medio y luego Saige se pone al costado de su hermano menor.

Sonríen y Louis toma dos fotografías para el recuerdo.

—¡Ahora contigo papá! —dice Kyler acercándose a Louis y tomando el teléfono de sus manos.

Camina un poco y lo posiciona en el suelo, apoyado en bolso de comida que Louis trajo, toma a Louis de la mano y lo guía hacia donde están sus hermanos y dice.

—¡Sonrían!

Luego de un par de fotografías más, extienden una manta en un lugar seco y Louis les reparte los aperitivos que trajo. Mientras están ahí, observando el hermoso paisaje, conversando de sus días y comiendo los ricos emparedados que Louis preparó, escuchan tras de ellos un sonido.