06: « ¿Estamos mal? »

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—No, no es eso.

—¿Entonces? —frunció el ceño.

—He estado pensando que cuando regreses de Chicago, podemos ir a terapia de pareja.

—¿Estamos mal?

Justin más que nadie sabe que su matrimonio está mal, en realidad, es un completo desastre. Un desastre que cuando comenzó, se fue haciendo tan grande que no sabe ahora cómo salir de ello.

—Siento que nos encontramos distantes.

—¿De verdad...?

—Sí, querido.

Miro su reloj, tiene que irse. Y si quiere salir corriendo de esa casa para tomar su avión, tenía que responderle de forma afirmativa:

—Lo voy a considerar, te llamaré para darte una respuesta.

—¿Lo prometes?

—Sí, sí, lo prometo...

—¡Gracias, querido! Gracias, gracias —Rose sonrío emocionada.

—Sí, sí, nos vemos.

Ella se acercó y beso su mejilla en un momento desprevenido, y él tuvo que controlar su mano para no limpiarse el rostro. Salió de la habitación, antes que su esposa lo detuviera más tiempo. Saco sus maletas corriendo y las lanzo al auto. Una vez listo, se marchó con la radio encendida, mientras se saca su anillo de casado del dedo anular, sintiéndose hombre libre otra vez. Pero lo que lo hace más feliz, es volver con su prometida y futuro hijo.

Mientras tanto, Rose está más que emocionada de que su esposo considere la terapia, sentía que eso los ayudaría mucho.

[...]

El avión aterrizo durante la mañana en Chicago. Justin se encuentra emocionado, incluso estuvo por bailar de felicidad cuando llego al apartamento donde se encuentra su hermosa novia. Introdujo las llaves en silencio, y vio los objetos en su lugar, todo igual, pero el ambiente está lleno de amor y paz. Dejo sus maletas a un lado, y fue en busca de su prometida.

Alissa se encuentra dormida en la cama que ambos comparten. Y Justin ingreso a la habitación, sintió derretirse a verla nuevamente. Se quitó su ropa, quedándose solo en bóxer, y entro en la cama, donde la abrazo con ternura.

—¿Cariño? —murmuro su novia.

—Sí, mi amor, soy yo.

—Oh, te extrañe mucho.

Alissa se acurruco en sus brazos, y sintió como su prometido dejo un beso en su hombro desnudo. Ambos durmieron tranquilos, sobretodo Justin, porque se siente de estar feliz en su verdadero hogar. Todo lo que no durmió en Nueva York, lo recupero. Horas después, la pareja se encuentra muy despiertos, riendo en la cama por las bromas.

—¡He ganado! —grito Alissa contenta—. Tú cambiaras pañales la primera semana.

—Hiciste trampa.

—Eso no es verdad... ¡Justin, no! Eres un mal perdedor.

—¡Lo sé! —empezó a hacerle cosquillas.

—Eres-s... —intento contener las risas—. ¡Eres un mentiroso!

—¡No es cierto!

Las carcajadas siguieron hasta que ambos se levantaron a desayunar. Alissa fue a dar una ducha, mientras Justin prepara el desayuno, con la radio sonando desde el murito de la cocina. Aprovecho para comerse una fresa, mientras coloca los platos en la pequeña mesa de madera.

—Oye, te robas mis fresas —lo abrazo su novia—. Ladrón de fresas.

—Y de tú corazón, mi amor.

—Tienes razón.

Ambos se sentaron a desayunar, mientras disfrutan de la compañía del uno al otro. Justin la observaba y ella hace lo mismo, ambos pueden demostrar su amor con tan solo mirarse a los ojos.

—Este niño hoy está muy movido —acaricio su vientre y sonrió llena de amor—. Quiero que Jeziel nazca pronto.

—Y yo —beso sus labios—, vamos a amarlo mucho.

—Después de esto podríamos tener una niña, ¿qué dices?

—Tendremos todos los niños que quieras.

Su novia no dudo en tirarse —con cuidado— a sus brazos, y le dio un beso de manera de inmediata. Está más que feliz de recibir esa respuesta, porque Alissa desea una familia grande junto a Justin. Él es su todo, lo ama tanto que no dudaría en gritarlo —otra vez— al mundo.

—Ojalá tu jefe te de vacaciones y haga que te quedes más tiempo en Chicago, odio que viajes tanto —murmuro.

—Yo también desearía viajar poco —«y estar divorciado», pensó Justin al último, pero retomo sus palabras—. Prometo que haré mi mejor intento para que mi jefe estar aquí más tiempo con ustedes.

—No quiero que te pierdas el nacimiento de Jaziel o su vida.

—No lo haré, lo prometo, ¿sí, cariño?

—Está bien.

—Te amo mucho, mi amor.

La volvió a estrechar en sus brazos, y suspiro en silencio, para mantener la calma. En su interior, Justin sabe que debe idear un plan para poder estar más tiempo con su prometida e hijo. Tal vez tendría que pedirle a su jefe que le diera a él y al equipo un proyecto difícil, y aunque Zayn tal vez quisiera matarlo, tiene que arriesgarse para cumplir su promesa.

Por Alissa y su hijo, hará lo que sea.

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