Capítulo 21

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Duermo toda la noche, creo que las enfermeras entraron algunas veces pero los medicamentos que me están suministrando son muy fuertes y mantengo dormida, claro está que eso me sirve porque no pienso nada.

Me despiertan para darme el desayuno, a pesar que quisiera seguir durmiendo me lo como todo, me levanto a bañarme, siempre acompañada de una enfermera, me pongo una sudadera que me trajeron mi padres y me llevan a caminar al patio. Es la primera vez que salgo a tomar el sol desde que estoy acá, es un lugar aunque bonito lúgubre, las paredes son blancas y los pasillos son muy largos, cuando llegamos al patio veo una hermosa fuente, pero está seca, cuando le pregunto a la enfermera que me acompaña el porqué, me dice que es por seguridad.

Miro a todas las personas que se encuentran recluidas acá y me imagino que tengo el mismo aspecto, hace días no me pasó un cepillo por el cabello y lo llevo recogido en una cola baja, asumo que debo tener unas ojeras horribles y si me veo como me siento se que tengo un aspecto muy cansado.

La enfermera me lleva a una silla que se encuentra desocupada y me hace sentar, me advierte que si se me acerca algún paciente no me vaya a asustar, que los que acá habitan son bastante pacíficos, pero a veces sienten curiosidad por las personas nuevas, me da un libro que habrá sacado de la maleta que me dejó mi familia y me dice que cualquier cosa que necesite se los haga saber y se retira. Me distraigo un rato mirando los pacientes, nunca había estado tan cerca de personas con problemas mentales, se nota que viven en su propio mundo, algunos bailan alguna música propia de su mente, otros hacen dibujos al aire o actúan películas que solo ellos ven, me preguntó si pensaran algo cuando me ven o soy solo un objeto más en el espacio, cuando menos me doy cuenta una joven de aproximadamente mi edad se sienta a mi lado, se ve bastante normal.

– Hola ¿eres nueva?

– Ehhh… si… llevó unos días acá, tuve un ataque y mis padres me trajeron…

– ¿Qué tienes? Yo depresión con intentos de suicidios y algo de esquizofrenia paranoide, pero es asociada a la depresión.

Mientras me dice eso levanta las manos, mostrandome las cicatrices en sus muñecas.

– Humm, si… también… ¿Porqué?

– ¿Qué?

– ¿Has intentado suicidarte?... Ehhh, no, lo siento, no me compete eso.

– Ahhh, estás iniciando las terapias, no te preocupes, problemas familiares,mi papá me abandonó siendo muy pequeña y me dejó sola con mi mamá. Así que la vida no ha sido fácil, para ninguna y yo vengo y salgo con estas. ¿Y tú?

– … Soy adoptada y mis padres biológicos… bueno,no fueron los mejores.

– Sí claro. ¿Quién es tu terapeuta?

– La Dra Ximena.

– Wow, con razón la reina está por acá. Veo que eres una paciente importante, ella no viene muy seguido por acá.

– ¿La reina?

– Sí, ella es la directora, casi nunca viene porque se la pasa en su consultorio, solo está en las sesiones grupales y eso sucede una vez por semana, está allí y se va a seguir con sus pacientes de élite, pero no te preocupes está bien, no todos nacimos en cuna de oro.

– Yo no nací en una.

– Sí, lo siento, de todas maneras acá todos somos iguales. Bueno te dejo, tengo terapia de grupo ¿Vas a estar por acá?

– Sí creo que si, no sé a qué hora es mi terapia así que me voy a quedar por acá hasta que me llamen.

Y así como llegó, se fue. Cuando veo que está entrando al edificio caigo en cuenta que no le pregunté su nombre, bueno creo que eso acá no es muy importante, me alegra saber que no soy la única suicida.

Me pongo a leer mi libro, no se cuánto tiempo pasa, pero me cuando levanto la cabeza veo que más pacientes han llegado, todos están en su mundo, veo que se aproxima la Dra Ximena.

Se sienta a mi lado y me pregunta por cómo me siento, le digo que bien, y me dice que sí estoy lista para la terapia, me pongo nerviosa, pero le digo que si.

Entramos al mismo consultorio de la vez anterior, me acomodo en el diván y se repite la operación, cuando ya está todo listo me pregunta.

– ¿Estás lista? ¿Te sientes bien?

– Sí.

– Bueno, entonces retomemos… nos quedamos en que te dejaron sola y tirada en el piso, ¿qué pasó después?

– Creo que me quedé dormida de tanto llorar, no me podía levantar, me dolía todo el cuerpo, las piernas no me sostenían, así que que me quedé allí, toda la noche o no sé cuánto tiempo. Cuando ellos volvieron, venían riéndose y borrachos, se quedaron callados cuando me vieron, me imagino que pensaban que me había levantado o simplemente desaparecido. Mi papá se acercó y me dijo que me levantara o que si quería más, le dije que no me podía mover, así que se quitó la correa y me empezó a golpear diciéndome "te levantas o te levanto", como pude me levanté y me fui a rastras a mi habitación, pasaron como dos horas o más, cuando mamá entró a la habitación con un plato de comida, eso me hizo acordar que no había comido nada desde el día anterior, vio que todavía seguía desnuda y se enojó, tiro la bandeja lejos, me cogió del brazo y me metió a la ducha, me baño y me restregó con furia, diciéndome que porque era tan cochina, que tenía que estar lista, porque en la noche venían clientes y no iban a aceptar una niña asquerosa…

Tengo los ojos cerrados, siento que todo me da vueltas, tomó un trago de agua, quiero parar pero ya que abrí la puerta se que no la puedo cerrar.

– Valeria ¿estás bien, quieres que paremos?

– No, estoy bien… cuando terminó de bañarme, me puso un vestido infantil, me cogió el cabello y me llevo nuevamente a la sala, yo sentía que no podía caminar pero ella me llevaba a rastras, en el camino me dijo "vio, por cochina ahora se quedó sin comida, y le tocó trabajar con hambre, espero que se porte igual o mejor que la noche anterior, ya sabe lo que tiene que hacer, espero que esta vez no tenga que desnudarla yo, ayudese, que es más fácil para todos". Yo lloraba, tenía mucho miedo, no quería volver a pasar por eso otra vez, cuando llegamos a la sala, habían otras vez unos amigos de mi papá, está vez eran más… y volvió a pasar todo otra vez, como no me quise quitar la ropa, mi mamá me la arrancó, dejandome completamente desnuda y bueno…

– ¿Cuántas veces te sometieron a eso?

– Al principio todas las noches, iban varios hombres que tomaban turnos, como tres meses después, ya hacía lo que me decían, entonces no iban grupos, pero los hombres llegaban en el transcurso del día, así mis papás podían estar en la cocina, fabricando las metanfetaminas.

– ¿Te drogaban? Hiciste algún  comentario del síndrome de abstinencia, pero no sé si fue por asociación o porque ellos te las administraban.

– No todos los hombres iban a a estar conmigo, algunos  solo lo hacian por drogas, no solo era un centro de expendio sino también un lugar a donde se podían drogar fácilmente y si querían por un dinero adicional tener sexo, ya fuera conmigo o con mi mamá, al pasar seis meses, creo, ellos se dieron cuenta que los clientes no se divertían tanto conmigo, yo solo me dejaba hacer, no peleaba, no me movía, nada solo estaba ahí, los clientes se empezaron a quejar, entonces me inyectaron, eso les gustó porque yo hacía todo lo que ellos querían, como me sentía volar me reía y les decía lo que ellos querían escuchar, me volvi más "activa" y eso trajo más clientes.

– Bueno, creo que te vamos a dejar descansar por hoy, aunque tus niveles están bien, no vamos a presionarte, además quiero que descanses porque mañana temprano te tengo una sorpresa.

Eso me hace sonreír, me quitan todos los monitores y la Dra me acompaña a mi habitación en donde me espera mi comida y mis medicamentos, después de comer me cepillo los dientes, me pongo la pijama y me acuesto a dormir, otra vez sin pesadillas

Depresión Where stories live. Discover now