"Debes aburrirte mucho aquí. Solo espera a que salgas, los niños son muy dulces y nunca dan paz. Uno de nuestros cazadores empezó a darles clases a los que recién se presentaron, deberías verlos... No tienen fuerza en sus patas para correr."

Podía imaginarlo, y no le generaba ternura. La amargura destilaba de ,los recuerdos que como espiral se volcaban frente a sus ojos. "Podrías trabajar con ellos cuando mejores y necesites un oficio..."

"¿No te han dicho? No voy a quedarme," su voz sonó ronca por el desuso.

Taehyung dejó salir un suspiro, sus labios abultándose en una mueca que claramente iba dirigida hacia él. Su voz delató el tartamudeo inminente que se adueñó de toda la presencia del omega. Quizás era típico de su casta, o quizás solo era un chico nervioso. "Sobre eso... Bu- bueno..."

Jimin tensó su mandíbula, hallándose reflejada toda molestia en sus rasgados ojos oscuros. Era un hombre terco, bastante tozudo en sus cosas y las presencias que le molestaban nunca eran bien recibidas ni por educación. Fueron factores circunstanciales lo que lo llevaron a ello, puesto que no podía decir que sus padres le habían criado de mala manera.

Para nada. Habían sido los mejores padres, entre lo que se podía. "Si lo que quieres es convencerme a hablar y quedarme, viniste por mal camino. Dije que no."

Estupefacto, el omega mantuvo una confusión que transicionó a un fruncir de ceño. Sus labios delgados se vieron arrugados en una firme línea que templó su mentón hacia arriba.

"Esa actitud va a matarte."

"Parece que no me importa. Qué cosas," elevó sus hombros, restando una importancia que era imprescindible tener, pero después de tanto ya no existía y aquello parecía enervar al joven muchacho frente a él. Era curioso para Jimin, cuyas interacciones con lobos de su misma edad siempre fueron nulas. No sabía cómo proseguir una conversación que ni siquiera quería tener, aunque entre tanto fue Taehyung quien habló antes de que pudiese abrir la boca.

"¿Entonces qué haces aquí? ¿Para qué vas a curarte si no quieres vivir? ¿No es eso ser egoísta?

"Tal vez, pero no es una decisión que yo tenga... Aquí /nadie/ me la dejó tener."

Taehyung inhaló, su pecho embestido en pieles pesadas y finas moviéndose de manera sincronizada a la postura de su cabeza firme en ahora mirar el techo. Era amargo lo que se ceñía a su lengua al ver a omegas bien cuidados, llenos de regalos de su alfa y pieles hermosas regaladas por los mismos.

Su anhelo se alzaba ante sus ojos y no había nada que pudiera hacer. Ni siquiera intentar alcanzarlo con la yema de sus dedos, puesto que se escurriría... siempre lo hacía.

"No sé cuál sea tu situación. Ni siquiera se si eres una buena persona. Pero si quisieras morir, ya lo habrías hecho, no habrías esperado a que pasaran los días porque... El estado en el que estabas... no se llega a eso en dos o tres días," Taehyung negó con la cabeza, sus mechones ondulados y negros moviéndose de la misma forma y revelando un encanto que ni siquiera Jimin iba a negar. "Además... la luna juega de maneras extrañas. Estas aquí por alguna razón, espero que lo veas antes de que te vayas."

Lo vio levantarse, manos en los bolsillos de su pantalón de algodón. "No sé qué decirte. He vivido en esta manada toda mi vida, y no somos perfectos, pero se que no conozco la violencia que hay afuera. Soy solo un omega, al final," sus palabras lo hicieron parpadear, su expresión suavizandose quizás demasiado pronto. Por una extraña razón lo que Taehyung decía no le desagradaba, y más bien lo sumía en un confuso estado de desorientación. ¿Qué quería? ¿A dónde iría? Más importante, ¿Quién era? Jimin había dejado de ser muchas cosas en los últimos días. "Pero aquí vivirías bien, te lo aseguro. Mejor que en cualquier otro lado."

Predestinado | kookmin.Where stories live. Discover now