Arrivo.

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Querido lector:

Los siguientes relatos han sido puestos a su disposición con el fin de aclarar los rumores que giran en torno a nuestra querida hija Victoria Gray, que Dios tenga en su gloria, sin caer en los sensacionalismos propios de la prensa, quienes se han empeñado en desprestigiar la imagen de nuestra Vicky, llamándola esquizofrénica y atribuyendo lo sucedido a una sobredosis.

Lo que está por leer querido lector, son extractos de las últimas vivencias de Vicky antes de la fatídica mañana de otoño, así como de algunas personas que desde la bondad de su corazón nos han brindado apoyo con sus testimonios, a fin de que la verdad tras esto sea revelada. No cabe duda que fuera lo que fuere, se trata de algo siniestro oculto bajo las calles del pueblo de Sorel y que, sin duda, aun se encuentra ahí.

Henry y Leonore Gray.

Diario de Victoria Gray Septiembre 29.

¡Hola, soy Vicky! -me siento algo tonta con este saludillo, pero la verdad es que no se como empezar- he comprado este diario con el fin de mejorar mis habilidades de escritura, ya que, en palabras de mi padre "la escritura es como un músculo, hay que entrenarlo día a día a fin de que crezca y se desarrolle con fluidez". Ahora mismo me encuentro en la terminal de autobuses de mi ciudad natal, esperando el autobús que habrá de llevarme a la firma de libros del señor Howard E. Barker; me ha costado algo de trabajo, pero, al fin pude convencer a mis padres de que me dejaran realizar mi primer viaje sola; me siento libre e independiente, pero al mismo tiempo algo nerviosa, sin embargo, estoy convencida de que todo saldrá bien, a fin de cuentas ¿Qué podría salir mal?

Diario de Victoria Gray Septiembre 29.

Es algo difícil escribir en un autobús en movimiento, pero he llegado a la resolución de documentar todo lo que pueda este viaje, un rayo de Sol algo intenso se cuela por la ventana a pesar del frío que hace dentro del autobús y mi compañero de viaje - un viejito de, diría yo, 63 años - ronca profusamente, he tenido una conversación algo inquietante con el hace unos momentos, intentaré escribirla tal cual la recuerdo:

Buenas tardes señorita, espero no le moleste la compañía de un anciano como yo-dijo este señor con un acceso de tos-

Hola- le respondí- de ninguna manera, siéntese ¿va usted a Sorel también?

¿Sorel? No señorita yo me sigo derecho, Dios me libre de pasar un día en ese pueblo, ¿qué podría llevar a alguien como usted ahí?

Vengo a la firma de libros de Howard E. Barker - le respondí mostrándole el ejemplar de "Bajo el refugio de la noche" que llevaba conmigo- es mi autor favorito ¿sabe? Se sobre los asesinatos de hace 10 años, pero, no andaré por ahí en las noches buscando al peligro, sólo vengo a la firma.

-El peligro siempre está ahí señorita, no es cuestión de buscarlo o no, un lugar tan manchado de sangre como Sorel no es para usted, por favor, si es preciso regrésese en cuento llegue, hay algo oscuro en ese pueblo- me dijo. Tenía un brillo extraño en los ojos, he de confesar que me resultó sumamente inquietante, aunado al hecho de que el hombre poseía una voz rasposa y firme, casi siniestra, sobra decir que me ponía muy nerviosa.

No puedo cancelar este viaje señor, planeo ser escritora algún día y, otra de las razones por las que voy, es que quiero aprender sobre la historia de Sorel y los asesinatos ocurridos, creo que es un tema interesante para mi primer libro ¿no lo cree?- le dije- .

La juventud de hoy no tiene solución, corren directo a los brazos de la muerte sin pensar en los que dejan atrás, por lo menos, si ha de ir lleve esto consigo- dijo, a tiempo que se quitaba un crucifijo de madera que tenía en el cuello, en el centro de la cruz tenía incrustada la medalla de San Benito, labrada en plata.

Perdone señor, aprecio muchísimo el gesto pero no puedo aceptarlo- le dije asombrada y nerviosa.

Si no la acepta por usted, hágalo por su madre- me dijo al tiempo que la pasaba por mi cuello y se daba vuelta para dormir.

Es una cruz bonita, pero me incomoda un poco recibir cosas de extraños, sin embargo, he de decir que me siento algo segura con la crucecita, no se cual será la historia de este señor pero me dejado algo temerosa de Sorel.

Aún quedan unas cuantas horas de viaje más, así que creo que aprovecharé a terminar de leer el libro del señor Barker o intentaré dormir un poco.

Diario de Victoria Gray Septiembre 29

He llegado a Sorel, el clima aquí es muy frío y hay bastante niebla, es un pueblo muy pintoresco con casas de arquitectura barroca que le dan un aire de misterio; no he tenido oportunidad de recorrer la ciudad, espero poder hacerlo mañana para poder hacer una descripción mas detallada, apenas llegué me dirigí al hotel Bachmann, es bastante acogedor por dentro, aunque se vea impotente desde afuera. Me encontraba en la sala de recepción formada en la fila de registro, cuando me fijé que había un señor vestido de negro y con un sombrero de copa viéndome desde uno de los sillones de la sala, tenía un bigote muy fino y se encontraba dándole caladas a un puro mientras me miraba con unos perforantes ojos grises que me ponía nerviosa. Me volví hacia el recepcionista y mientras llenaba mi registro le pregunté si no tenían un área asignada para fumadores, ya que me incomodaba bastante el humo del puro; el joven me contestó que, de hecho, si lo había y que se encontraba dentro de la cafetería, pero que el no veía a nadie fumando en la recepción. Efectivamente, al voltear a ver al sujeto del sombrero, este había desaparecido sin ningún rastro, debe ser una coincidencia o tal vez el cansancio del viaje.

Me han asignado la habitación 14, en realidad es curioso, los cuartos se saltan del 12 al 14, tal vez tengan la impresión de que así evitarán la mala suerte. Intentaré dormir un poco y mañana recorrer un poco el pueblo.

VictoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora