10 Años.

14.5K 2.4K 781
                                    

SeokJin se suicidó.

Diez años después de haberse encontrado con el mismisimo Diablo entró en desesperación y su única opción para volver a verlo fue la muerte.
Sabía que estaba cometiendo pecado así que lo más probable era que se iría directo a uno de los tantos infiernos que existían.

Pero vaya fue su sorpresa que al despertar sus recuerdos fueron borrados, no sabía quién era y si algo se refugiaba en su mente era lo básico que aprendian en la tierra.
Dios, había conocido al mismisimo Dios, este le había dicho que habían nacido en el paraíso siendo una creación de él, no tenía padres ni hermanos, que su único creador era él.

Y así vivió, conoció a gente nueva, más bien ángeles,y se llevó bien con todos. Obviamente tenía que ser así, en el cielo no podía existir el odio y si así lo hacía Lucifer fue un claro ejemplo de las consecuencias que tendrían.

Aunque un día, realmente no importaba cuál,a SeokJin se le ocurrió visitar el mundo de los humanos,Dios le había dicho todas las condiciones que tenía como no hablar con ningún humano y no dejar que estos lo vieran porque sino expondría su mundo.
Y él aceptó, se escondía en un bosque alejado de al ciudad, donde podía escuchar a lo lejos una melodía que le subía el ánimo y por alguna extraña razón lo hacía feliz.

Duraba horas ahí, bialando a escondidas con la atenta vista de los animales.

Sus alas blancas revolotevaban al igual que su cabello y su sonrisa no se podía ver más grande cuando empezaba su danza.
Sabía que las costumbres que tenían los humanos no eran permitidas en el Cuelo así que se conformaba con verlos desde la oscuridad y estaba bien para él.

Realmente quería participar en alguna desas fiestas, celebrar junto a los demás pero le era imposible esconder sus enormes alas blancas así que simplemente descartaba la oportunidad de hacerlo.

Hasta que un día, común y corriente no haría algo especial, fue descubierto. No, no fue un humano para su buena suerte porque de serlo así sería castigado.Más bien fue un demonio, pero no cualquiera, este era el mismisimo Lucifer.
Él lo había estado observando por algún tiempo y gracias a que era el dios del engaño podía transformarse en cualquier cosa que el quisiese así que siempre tomaba a algún animal para verlo. Le causaba ternura así que un día, dispuesto a hacerlo agarró forma de un mundano (el cual ya había tomado hace tiempo) y se acercó hasta el contrario.

Cuando Namjoon caminaba hacia SeokJin este se asustó y de inmediato se puso en guardia, sus nervios aumentaton al ver al moreno sonreirle, cerca, lo bastante como para verlo de cuerpo completo.

-Eh estado viendote desde hace tiempo.-Confesó el demonio recorriendo con su vista el cuerpo delgado.-¿Qué buscas aquí?, por lo que sé eres un ángel y las reglas allá arriba son estrictas como para que te dejen venir.No como nosotros que podemos hacer lo que queramos, hacer y dedaser a nuestro gusto.

SeokJin trago duro y tímidamente contestó.
-Amo las fiestas que los pueblerinos hacen,pero al no poder participar en alguna me escondo aquí.

Namjoon sonrió ladino al escucharlo y fue en ese momento cuando una idea cruzo por su mente, vamos, no estaba de más arriesgarse.

-Yo puedo cambiar mi aspecto gracias a mi magia, ser animal o corregir aspectos, si te apetece puedo hacer lo mismo contigo.-Propuso.

-¿Por qué me ayudarías? ¿qué quieres o esperas a cambio?.-Desconfío, y como no hacerlo si era el rey del inframundo.

-Que bailes conmigo,¿acaso te es mucho pedir?

SeokJin dudo, siempre le habían dicho que no podía confiar en un demonio, que sería algo terrible si lo hacía y que mejor tenía que prevenir juntarse con esos ángeles.
Pero sus ganas de bailar y disfrutar eran más grandes que al final de todo terminó aceptando.

Namjoon puso en práctica su magia, quito la alas blancas del ángel y cambió su cabello de oro por uno castaño, finalmente hizo lo mismo con él escondiendo sus cuernos al igual que sus alas.

Sorprendido SeokJin retrocedió un paso, nunca había visto a alguien tan poderoso como él hacer algo tan genial.

Después de eso Namjoon tomó la mano de Jin y empezaron a dirigirse al lugar de donde la música se escuchaba,así que las ansias de Jin empezaban a aumentar haciéndoselo saber con el golpeteo en su pecho.

Tal vez era por el baile, tal vez no.

𝖤𝗅 𝖧𝗈𝗆𝖻𝗋𝖾 𝖰𝗎𝖾 𝖡𝖺𝗂𝗅𝗈́ 𝖢𝗈𝗇 𝖤𝗅 𝖣𝗂𝖺𝖻𝗅𝗈 -𝖭𝖺𝗆𝖩𝗂𝗇 Where stories live. Discover now