8. Las coincidencias son sólo eso, coincidencias

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Fue una mala noche.

Primero se escuchó una risa, en un tono bajo y distante, pero fue tan clara que me despertó. Luego un tufo a azufre inundó la habitación, era tan fuerte que me quemaba la nariz, pero irónicamente, la temperatura del cuarto bajó radicalmente a un frío muerto, era como si estuviera en una morgue. Me quise levantar de la cama para averiguar qué era lo que sucedía, pero mi cuerpo se quedó en su lugar. No podía mover nada. Ni brazos, ni piernas, ni siquiera un mísero dedo. Sólo tenía libre los ojos, los cuales buscaron desesperadamente por la habitación algo que fuera a ayudarme, pero estaba sola, y mi cuerpo es esta condición era inútil.

Mi corazón se aceleró cuando mis ojos lo encontraron. Era una enorme sombra parada frente a mi cama, estaba quieta, y a pesar de que no tenía rostro, sabía que estaba mirándome.

Quise gritar, llamar, levantarme, ocultarme debajo de las sábanas, pero no pude. Mi cuerpo no me pertenecía, no tenía control sobre él.

Después de eso no recuerdo bien lo que sucedió, no sé si me volví a dormir o si ya lo estaba.

Debo reconocer que para ser un sueño se sentía muy real. ¿Y si no fue un sueño? ¿Y si esa sombra realmente estuvo frente a mi cama? ¡No, no, no!, porque haya sido una pesadilla digna de una película de terror, no tenía que dejarme envolver por las supersticiones, una pesadilla siempre seguirá siendo una pesadilla, sin importar lo aterradora y real que se sienta.

Todavía permanecía en la cama, me sentía muy cansada, como si no hubiera podido dormir en toda la noche, y suena extraño, pero no podía asegurarlo con certeza, si en verdad pude dormir o no, si lo que viví fue un sueño o la realidad, pero mi cuerpo me decía que había estado despierta toda la noche, me costaba mantener los ojos abiertos, y la mente me pesaba.

Giré el rostro, y me encontré con el anillo que descansaba sobre la mesita de noche. Era extraño, debía admitirlo. Desde ese día que me saqué el anillo, esa misma noche tuve pesadillas. ¿Podría ser una coincidencia? O ¿Puede qué...?

¡No! ¡Amanda, no!, no te dejes llevar. No tienen más lógica. Tal vez estaba predispuesta a tener pesadillas por la situación con mi madre y las deudas, estaba sumamente estresada y cansada, todo eso podría estar acarreando estas horribles pesadillas, era la forma que tenía mi cuerpo y mi mente para decirme: ¡No podemos más! Eso era, debía ser eso, mero y simple cansancio. ¡Nada fantástico ni paranormal!

Dejé el anillo donde estaba, ni siquiera lo tomé, no pensaba hacerlo. Le demostraría a Chris y a mí misma, que las pesadillas eran simples pesadillas, que pasarían con buenas noches de sueño.

Me levanté, me aseé en el baño, y caminé hasta mi placar, tomé la perilla para abrirlo y me detuve en el acto. Recordé todo lo que sucedió ayer. Mi mano soltó la perilla de manera veloz, como si hubiera estado prendida en fuego y me hubiera quemado.

Rebusqué con la mirada alrededor, y encontré una sudadera y un pantalón, si bien estaban usados, todavía estaban limpios. Me vestí con ellos y no tardé en prepararme un desayuno, el cual no pude probar. Sentía que tenía un nudo en el estómago, y que no podría hacer la digestión en un millón de años. Sólo tomé un té insípido, que me dejó mal sabor de boca.

Luego de ese mal desayuno, salí de mi departamento, cerré la puerta y mis ojos viajaron automáticamente a la vereda de enfrente. No sé porque, pero esperaba encontrarlo allí, como siempre. Pero no encontrarlo me causó un sentimiento de pesar. Era como si esperaba encontrarlo allí, y que no estuviera esperándome, fue una decepción a mi corazón.

¿Qué me estaba pasando? ¿Por qué deseaba encontrarme con ese acosador? ¡Qué para colmo era un delincuente! ¡Y ahora yo también lo era!, tenía una bolsa con dinero oculta en el fondo de mi placar. Debía estar volviéndome loca. Si tuviera dinero visitaría un psicólogo, pero para mi mala suerte, cada centavo contaba en mi reducido presupuesto.

DaemoniumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora