Thirty three

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Sebastian ni siquiera se había dado cuenta cuando comenzó a levantar la voz, cuando ella apartó su mano por la brusquedad de su agarre, cuando comenzó a recriminar cosas sin sentido, cuando Aiden entró al apartamento para calmar las cosas, ni mucho menos cuando ya estaba caminando hacia su casa.

— ¿Que pasó? — Aiden le pregunto a su amiga — ¿estás bien?

— no tenía que haberle dicho nada — se soltó a llorar aún más — ahora me odia

— ¿ya sabe? — se sentó junto a ella para rodearla con sus brazos — Farah, era lo mejor

— no, ahora no se si algún día voy a volver a verle ... se enojo muy feo

— está molesto porque no le dijiste antes pero deja que se le pase y verás que todo vuelve a la normalidad o en la medida de lo posible

— ¿en verdad? — se acurrucó más — ¿crees que él vaya a volver después de mentirle?

— no le mentiste ... bueno un poco pero es que tampoco son formas de reaccionar y menos si es tu novio

— Aiden, seamos honestos, era mejor seguir así

— ¿y después que? — la dejó de abrazar para verla — te mueres y le digo "ah si, ¿no sabías? Tenía cancer pero no te dijo para no hacerte enojar" Farah él tiene que entender que no sabías como decirle — comenzó a hilar la situación — ¿por que le dijiste?

— porque se estaba imaginando cosas, como problemas alimenticios y esas cosas — suspiró ya un poco más tranquila — ni siquiera se a donde fue

— esperemos que a su casa

— si le pasa algo por mi culpa... no me lo perdono lo poco de vida que me queda, te lo juro

— no digas esas cosas tonta, después le llamó para asegurarme ... ahora cariño duerme, necesitas descansar











La puerta se cerró detrás de él, lloraba, la frustración le invadía, quería aventar todo lo que estuviera a su paso hasta que escuchó ruidos en la cocina, su mamá había llegado ya y estaba sentada viendo a Sebastian detenidamente.

— ¿ya te dijo? — le cuestionó cuando noto los ojos tristes de su hijo

— ¿tú sabías? — sollozó en la puerta — sabias que estaba enferma y no me dijiste nada

— Cariño, no lo tomes de esa forma — jalo una silla para que se sentara — ven

Sebastian dudo unos segundos, no sabía bien como sentirse al respecto pero en estos momentos era la única persona con la que podía contar, siempre podía contar con su madre.

— ¿por qué? No entiendo nada mamá — se abrazo a ella — ¿por que nadie me dijo nada?

— ella aún no estaba lista, no te quería hacer daño y decírtelo de golpe tal vez volvería a traerte problemas, ahora estás más estable

— me engaño mamá, no me tuvo la confianza suficiente para hablar conmigo de eso

— Seb, imagínate lo difícil que es para ella saber que tiene meses, no saber si de verdad va a llegar a la fecha que le dieron, tener que decírtelo no es cosa de todos los días — la mujer acariciaba su cabello — en otro momento no hubieras venido aquí, estarías pensando en otras cosas ... no sólo te perdería a ti sino también a ella

— ¿meses? — es lo que logró recuperar de todo lo que su mamá le dijo — ¿se va a morir?

— creo que no se dijeron todo lo que tenían que decir — dejó un beso en la cabeza de Sebastian — habla con ella, hablen bien y no la juzgues ... compréndela

Sebastian lloro, no encontraba otra manera de sacar todo de su ser, tendría que seguir con la terapia mucho tiempo más después de esa noticia.











Los días pasaban y ninguno de los dos buscaba al otro, Sebastian no sabía cómo hacer ni que decir después de todo lo que había dicho la última vez y Farah no quería buscarlo por el simple hecho de no alargar la agonía.

El sábado de esa semana el grupo de apoyo se reuniría y si no fuera por Aiden que casi la saca de su cama a rastras, no dijo nada, se dedicó a ver hacia un punto fijo y sentir la mirada de Nancy que era bastante penetrante, la ausencia de uno de los integrantes del grupo hizo aún más tenso el ambiente.

— ¿estás bien? — se acercó Nancy cuando doblaban las sillas — hoy no estabas con esa sonrisa tan característica

— todo bien — le sonrió sin ganas — igual es difícil ya no ver a Alex ya no esté con nosotros

— ¿segura que no es nada respecto a tu novio?

— no, no — cerro rápido la silla — pero ya me tengo que ir, cuídate

— está bien, cuídate

Nancy le dio un abrazo que sabía que necesitaba, salió del salón para ver en la lejanía a Sebastian saliendo del consultorio de su terapeuta.

Camino rápido hacia el ascensor, presionó varias veces el botón que indicaba la flecha hacia abajo, como si eso fuera a hacer que la gran caja llegara más rápido, no le dio tiempo a abrirse con totalidad y entró, pulsaba de nuevo para que la puerta se cerrara pero una mano interrumpió la acción mecánica, esa mano que conocía a la perfección.

— Farah — su voz ronca sonó ante el espacio

— Hola — la voz de Farah apenas se escuchó

Sebastian se colocó de su lado derecho, por la forma en que respiraba denotaba que había llorado, por el rabillo del ojo Farah alcanzó a ver qué tenía los ojos un poco hinchados y enrojecidos, el corazón se le hizo pequeño.

El viaje del ascensor fue igual de lento que cuando intentaba entrar en el, cuando por fin llegaron al destino ella apresuró el paso pero la mano volvió interrumpir su huida.

— ¿podemos hablar? — pidió Seb en un intento de contener las lágrimas — Farah, por favor

— ¿seguro? — ella bajo la mirada — creo que la última vez quedó bastante claro que no querías hablar más conmigo

— quiero hacerlo, vamos a hablar y aclarará las cosas ¿si? — atrapó la mano de Farah con la suya — si después de eso no quieres verme otra vez lo entenderé

Farah trago saliva mientras asentía, tenía que dejar todo aclarado antes de que alguna otra pasara.

Fueron a una de las cafeterías cercanas al edificio, el olor del café invadió ambas fosas nasales.

— ¿por qué no me dijiste nada? — Sebastian fue el primero en hablar — me refiero a ... te pregunté muchas veces que pasaba y ya lo sabías

— lo supe el día que te conocí — noto la expresión de Seb— por eso te dije lo que te dije ... todos tenemos problemas pero hay formas más fáciles de afrontarlos

— ¿por qué no me dijiste? — repitió — quiero saberlo

— quería disfrutar de la relación que teníamos, se que es un engaño, se que te mentí y que al final del día ibas a sufrir igual ... pero créeme que no es fácil hablar de esas cosas y menos — la voz se le comenzó a entrecortar — menos con la persona que amas

— por eso mismo Farah, sabias que tenías — tomó aire y lo dejó salir — tienes la confianza suficiente para decirme lo que sea, Farah te amo y quiero seguir con esto, no sé cómo disculparme por la escena de ese día pero me volví loco con la idea de perderte

— Seb — interrumpió la chica — solo tengo una cosa clara en todo este lío ... quiero que los meses que me faltan sean a tu lado pero si tú no puedes o no quieres tampoco voy a obligarte a nada

— cada uno de los segundos que pase a tu lado habrán valido la pena,  cada uno Farah

Dejó la comodidad de su silla, fue hasta donde la chica para poder besarla, quería que todo a partir de ahora valiera la pena, cada beso, cada caricia, cada vez que la miraba a los ojos, no se iba a engañar, el día que ella se fuera lo iba a devastar pero quería que en estos momentos ella disfrutara de los últimos momentos.

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