Ella dio un insulto en italiano y él rompió a reír.

—¿Bill te ha enseñado esa palabrota?

—Ella ha tenido mal lenguaje desde siempre —intervino Evan con una sonrisa triunfal, estaba ahora en la pared llena de libros, sosteniendo uno que parecía ser de paisajes silvestres —¿O no Audrey?

De repente me sentí confundida y un poco extraña de no entender ni conocer sus chistes privados, fingí que entendía pero la verdad preferí escuchar que tenían que decirse, no quería arruinarles el momento.

—No seas estúpido, Evan —le recriminó Audrey pero no de mala manera, ella sonreía pero fingía estar molesta por ser burla de Sebastian y Evan —Que bueno que no te llevaremos a la ópera mañana, serías un dolor de cabeza horrible.

Evan resopló.

—Sí, estoy tan resentido por eso —dijo, fingiendo que tenía una expresión de dolor. —Nosotros iremos a ver El fantasma de la ópera y no estás invitada.

—¿Qué? —exclamó ofendida, mirando a Sebastian y luego a Evan demasiado rápido, sus ojos pasaron de estar rasgados a redondos, sinceramente era divertido verla enfurecida, era pequeña de estatura y era como hacerle ver un berrinche —¡Sebastian! ¿Por qué no me invitaste?

Sebastian se encogió de hombros pero tampoco podía aguantarse la risa.

—En primera porque son boletos para el día en que te vas y en segunda, no te gusta esa obra en específico, siempre te duermes.

Torció el gesto.

—No es verdad, solo cuando es el principio, en fin, no me importa, no me harán sentir mal ustedes dos. —de repente se levantó, tomó su taza de café y se arregló la ropa que tenía unas cuantas arrugas —Debo llamar a Bill, quedamos que me enviaría fotos del huerto de naranjas y el invernadero que construía con su madre. Me dio un gusto enorme conocerte Amber, espero no te enojes conmigo por dejarte con estos dos locos.

Reí entre dientes y negué, ella sonrió de oreja a oreja.

—No te preocupes, estoy muy bien aquí, es agradable y entretenido ver a Sebastian pintar.

Sebastian despegó sus ojos del lienzo que tenia sobre las piernas y me dedicó una sonrisita leve, después volvió a su pintura con la misma sonrisa pegada al rostro.

—¡Me parece bien! Entonces me voy, tal vez regrese en un rato para ver si no han molestado tanto a Amber a como lo hacen conmigo.

—Audrey, ella no es molesta ni tampoco irritable como tú —declaró Evan, con seguridad, sonriendo a su vez.

—3 Strikes ¡Evan Ross! —le advirtió ella, señalándolo con un dedo —¡No esperes la invitación a mi boda!

—¡Iré con la de Sebastian! —le gritó él, justo antes de que ella cerrara la puerta.

Jamás había visto a Evan convivir de manera juguetona con ninguna otra persona, ni siquiera con Karen o sus amigos en Chicago, aquí era diferente, como si se sintiera cómodo y feliz, se le podía ver en todos los sentidos que este ambiente lo transformaba o tal vez solo era parte del nuevo Evan.

—Oye Amber, ahora que lo pienso —se dijo de repente Sebastian, dejando el lienzo para verme a mí —¿Tú tampoco has exhibido tus fotografías? Deben ser increíbles si tomaste de inspiración a Lisa Hill.

Contuve una risa.

—No he exhibido mis fotografías pero siempre ha sido un gran sueño llegar a hacerlo un día, la verdad es que mi sueño antes de trabajar en Chicago Journals era tener un estudio fotográfico y dedicarme a viajar por el mundo y así tomar miles de fotos, tener una carrera como Lisa Hill y vivir de la fotografía.

Mi Tormento Favorito©+18  [MCF#2]Where stories live. Discover now