18: Frío extremadamente sexy

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Catherine

Maddie se encargó de traer a los chicos de sus cuevas y digo cuevas al recordar el cuarto de Ares y Dialan. En la gran mesa para doce personas, me siento entre Maddie y Cinthya, Chloe está sentada al lado de Mad, Dereck el frente de Cinthya, a su lado Dilan y Ares.

Fue el almuerzo más incómodo de mi vida, aunque Cinthya, Maddie, Chloe, Dilan y mi hermano conversaban haciendo comentarios graciosos, yo tenía la mente en la Luna y comía silenciosamente. Por un momento se me dio por mirar a Ares quien comía con la derecha y usaba su celular con la mano izquierda. Veo el dolor en su rostro.

Una sonrisa triste se forma en mi rostro y suelto un suspiro.— Se me fue el hambre.— digo empujando un poco mi plato.

Mi hermano posa sus ojos en mi.— No te preocupes, con la resaca de anoche y el desayuno creo es suficiente.

Sonrió falsamente, lavo en total silencio mi plato, lo dejo en el lavaplatos y subo a mi habitación.

Intento dejar de pensar en Ares pero se me hace imposible. Se me declaró y yo no fui capaz de decirle todo lo que me hizo sentir ese beso que nos dimos. Yo fui una completa cobarde.

Y lo recuerdo, diciendo que él era lo mismo cuando me contó sobre el divorcio de sus padres. Me siento tan inútil.

Me quito la camisa de Ares, me pongo una polera larga que me cubre hasta un poco más de donde empiezan mis muslos. Abrazo la playera, salgo de mi habitación con ella en mano, camino al cuarto de Ares y toco tres veces rogando que sea Dilan el que está adentro.— ¿Quién?— pregunta una voz que reconocería en cualquier lugar.

—Ares, soy Catherine.— digo. La puerta se abre y aparece él con el cabello alborotado.

—¿Qué quieres?

—Vine a devolverte tu playera.— digo. Él me la quita bruscamente de mis manos haciéndome enojar un poco.

—¿Algo más?— su tono frío es insoportable, me contengo de gritarle y suspiro.

—Quería pedirte perdón por lo de haya arriba.— digo.

—Listo. Ya lo hiciste, ahora vete.

—¿Es enserio?— me sorprendo.

—¿Qué cosa?— pregunta pasándose la mano por el cabello, se ve muy sexy.

Me muerdo el labio inferior.— Después de todo, me hablas así. Como si de verdad hubiera echo algo muy hiriente.

—¿Crees que no lo hiciste?— me altera su voz ronca.— Te dije que estaba enamorado de ti y tu ni especulaste ni una palabra. Tienes un don para arruinarme.

Su egoísmo es algo que lo caracteriza. Un Dios Griego arrogante, egoísta, extremadamente sexy y dolido. ¡Dios! No aguanto más, no tengo palabras.
Mis brazos entrelazan su cuello.— Cat ¿Qué mierda haces?

—Cállate.— le pido. Me pongo de puntitas para estar a su misma altura, lo atraigo hacia mi y lo beso.

No parece dudar en corresponderme el beso. No es un beso dulce ni calmado, es acelerado y sexy. Me muerde mi labio inferior haciendo que suelte un gemido. Besarlo así me acelera todo, es como que si sólo estuviéramos los dos, nadie más en el mundo. Una magia, una fricción... Mete su lengua a mi boca recorriendo cada centímetro de esta, yo hago lo mismo. Una guerra empieza.

Con pasos torpes y sin dejar de besarnos llegamos a la cama de Ares, me deja ahí, pone seguro a la puerta, y se sube encima mío para seguirnos besando. Los besos son llenos de deseo carnal. Sus manos empiezan a recorrer mis muslos hasta llegar a mis panties. Me separo bruscamente de él algo asustada y con la respiración agitada.— Perdón, sobrepasé los límites.— dice levantándose de mi.

—No, yo empecé a besarte así.

Se acerca a mi oído.— Estoy tan, pero tan duro que te haría gemir tan pero tan fuerte que todo el lugar te escucharía.— me susurra con una voz demasiado ronca.

Un intenso sonrojo cubre mi cara.— Bipolar.

La confusión invade su rostro.— Primero eres considerado y ahora sexy, Ares.

Una sonrisa pícara sale de sus labios.— ¿Qué te hago sentir?

Me sonrojo aún más.— Me gustas, Ares Smith.— digo.— ¿Y que soy para ti?

—Tu también me gustas, Catherine Morgan.

Empezó de nuevo una sesión de besos caliente, no quería que nada de esto termine quería que me haga suya.

Toc toc...

—Mierda.— susurra viendo su notoria erección.— ¿Quién es?

—Dilan.— responde la persona que está detrás de la puerta.— ¿Por qué está con seguro?

—Es que acabo de salir de la ducha.— miente Ares.— ¿Qué nescesitas?

—Mi celular.— responde Dilan.

—Ya te lo paso.

Empezamos a buscar el celular de Dilan por todo el cuarto, pero ni rastro de el.— No está.— avisa Ares.

—¡Perdón! Lo tengo en mi bolsillo.— dice.— Te veo abajo.

Se escucha a Dilan alejarse, Ares y yo suspiramos aliviados.— No piensas dejarme así ¿Cierto?— dice señalando su erección.

— Ares... Hoy no.

—¿Por qué?— parece hacer un puchero.

—Cinthya está en la casa y nos pueden descubrir.— respondo. Él suelta un quejido y mira a otro lado.— Hey...— me mira.— Hay que mantenerlo en secreto. Solamente hasta que sepa como decírselo a Dereck.— pido pasando mi mano por su desordenado cabello.— Hay que darnos una ducha.

—¿Justos?— sonríe picardiamente.

—No, idiota.— digo sonrojada.

—Bueno, bueno.— se ríe.

—Te veo abajo.— le doy un beso en la mejilla y salgo del cuarto.

Nota de la autora: *baila de emoción* ahora si Ares y Cat están oficialmente juntos. ¿Será fácil mantenerlo en secreto?

YouOnIce2

Eres mía, solo mía | Glacies (P #1) ✔️Où les histoires vivent. Découvrez maintenant