A pesar de todo estoy contigo

Teatro (4/7)

A la semana siguiente, va primera vez a clases de teatro, hacen algunos juegos de presentación, después relajación y los chicos que están allí por grupos van haciendo las escenas que ya tienen preparadas. Cuando las están haciendo, habla con dos chicas de su edad: Raquel y Esther que son mellizas. Tienen muy buena conexión, se intercambian los números y la meten en el grupo de WhatsApp. - Laura, -pregunta el profesor- ¿te atreves a hacer una improvisación? - ¿Cómo puedo hacerla, nunca he hecho ninguna? - No te preocupes, Raquel y Esther te ayudaran. Posteriormente le explica que es y lo que tiene que hacer. Cuando la chica se sube al escenario está muy nerviosa, aunque al empezar las chicas, le da más confianza, lo que hace que se tranquilice. - ¿Te habías subido alguna vez a un escenario? - No, bueno alguna vez alguna obra para navidad en el colegio, pero nada más. - Pues te ha salido realmente bien. Buscaré una escena para ti que se adapte lo máximo posible. Ella está motivada, se le olvida su idea inicial de que nunca haría teatro y empieza a ir todas las semanas de 6.30 a 8.30 los lunes a esas clases. A partir de ese momento, la vida de Laura empieza a cambiar, ve todo de forma más positiva. Tan bien le hacen las clases que Manu se termina apuntando con ella. - Estoy un poco nervioso- dice Manu en el metro camino al centro cultural- ¿y si no encajo en ningún personaje? Laura no se puede sentir más identificada en esa situación, el primer día se sintió así, es más pensaba que "eso no era para ella" que iba a ver un día y ya está. Laura lleva asistiendo un mes, que no son más de 4 sesiones, pero ha encontrado una pasión en esas clases. Ese mismo día Coral y Marta deciden ir a buscar a Laura del centro cultural ya que su amiga le había dicho dónde está. No saben que Manu está con ella. Cuando se acaba la clase, Manu y Laura se quedan hablando en los vestuarios. - Oye, ¿vas a clase de teatro? - pregunta desconcertada Coral a una chica que sale del salón de actos. - Sí- responde muy enérgica. ¿Por qué? - Es que- dice Marta extrañada- Hemos venido a buscar a nuestra amiga, Laura, y no sabemos si ha venido. - Claro que ha venido, debe estar en el vestuario cambiándose. Mientras Laura en el vestuario se ha quedado en sujetador, está hablado con Manu cómo si fuera lo más normal, aunque al chico le pone nervioso ver su cuerpo perfecto. - ¿Y te ha gustado? - Pregunta Laura muy contenta. Manu está embobado mirándola y no responde hasta que Laura le pasas las manos por delante de la cara. - ¿Me estabas escuchando? - dice Laura molesta. - Si...- responde aturdido- ¿Qué decías? - ¿Qué que tal te había parecido la clase de teatro?, pero que como hayas pasando toda la clase así de empanado, no sé si te habrás enterado de algo. Coral y Marta entran en el vestuario antes de que el chico llegue a responder Laura, que justo se acaba de cambiar corre hacia ellas. - Pero, ¿Qué hacéis aquí? - Les pregunta contenta. - Hemos venido a darte una sorpresa- responde Marta. Antes de dar más detalles preguntan porqués está en chico allí. Manu que hasta el momento no se había metido en la conversación interviene. - ¿Qué pasa? - responde riendo- ¿Qué no puedo ver a mi chica? - Aquí nadie celosos- responde Laura antes de que las chicas lo hagan. Todos están riendo y deciden ir a cenar a un bar de al lado. Laura llama a sus padres para comentárselo y les dice que luego sus amigas la acompañarán hasta el portal. Aunque no le hace gracia, terminan aceptándolo. Sabe que cuando llegue a casa le van a echar la bronca, pero decide olvidarse y pasarlo bien con sus amigas. Ahora lo ve todo mejor. A la semana siguiente tiene sesión con Juan, su psicólogo, la semana pasada con lo del teatro decidieron que no iba a ir a la sesión. - ¿Qué tal estos días en teatro? - dice Juan incluso antes de que Laura se siente en el sofá de la consulta. - Genial, la verdad- dice Laura moviendo mucho las manos. Durante esa sesión le contará que ha conocido a muchas chicas, que ya se han hecho amigas y que su novio está yendo con ella. También hablan de temas que a Laura no le gustan tanto, pero es hora de tratar, cómo la forma de afrontar problemas o de no ponerse nerviosa al defenderse o al hablar en público. - ¿Te puedo dar un abrazo? - Dice Laura de forma tímida. A Juan le sorprende mucho su pregunta, normalmente no tienen contacto, ni siquiera visual durante las sesiones. Él sí que la mira, anota lo que dice, sus movimientos, le da fichas con las que valora su nivel de estrés, pero ella siempre se mira las manos o se quita el reloj y juega con él. - Claro- termina respondiendo- aquí estoy para lo que estimes oportuno. Después le pide que para la semana que viene traiga en un papel todas las virtudes que crea que tiene. También le pide que escriba un relato dónde ella sea la protagonista, no hace falta que ponga su nombre ni el de las personas que incluya. Esto lo hace para ver cómo se ve Laura a ella misma, porque sabe que esta perspectiva está empezando a cambiar, sino ya ha cambiado por completo.