[Rusmex] Prepare yourself for the apocalypse [Terminada]

¿¡Cierto!?

Mas tarde esa misma noche, el chileno decidió volver hacia la cabaña donde estaba su amigo Argentina. Debía de advertirle de todo lo que estaba pasando, así sus compañeros lo llamaran traidor...

— No. No pienso dejar que algo le pase a ese weon... — susurró para si mismo

Ya estaba cerca de llegar a su destino, pero nuevamente le llegó una duda; ¿como le iba a decir?
No podía simplemente hablarle ya que llegamos al mismo punto, debía volver con su grupo.

— Definitivamente soy un aweonado... — suspiró frustrado, para volver a levantar el rostro al parecer llegarle una idea — Le puedo dejar una nota —

Y así, decidió ingresar a la vivienda.

— ¡Ya lo tengo! —

— ¿¡De verdad!? —

— Si —

— Dejame ver —

— Cresta... No pensé que fueran tan rápidos... —

El chileno había logrado por fin entrar a la pequeña gran cabaña perteneciente a 4 asiáticos, pero no esperaba encontrarse a los 4 dueños despiertos y con la cura finalmente terminada.

— Biarda... Ahora con mas razón debo advertirles, antes de que sea tarde... — susurró para sí

Se iba a disponer a buscar a Argentina por la casa y poder dejarle la nota que con anterioridad había escrito, de no ser por que chocó contra alguien mucho mas alto que el.

El chileno contuvo su sorpresa ante ello y ahí se quedó, estático, sin poder moverse.
La otra figura solo se le quedó viendo por unos cuantos segundos, intentando descifrar quien era, hasta que finalmente habló.

— ¿Tarde para que? — interrogó

— Eh... Yo... Y-yo — empezó a tartamudear

— ¿Tarde para que, Chile? — volvió a interrogar con mas autoridad — Responde — ordenó

— Tarde para esto — se escuchó otra voz

Las dos personas presentes voltearon rápidamente, pero Chile con miedo, ya sabia de quien se trataba.

— ¡Ca-Canadá! — grito Chile con nerviosismo

— Bonjour... Traidor — saludó el canadiense mientras su mirada se oscurecía

Chile por inercia comenzó a retroceder, no sabía que le podría hacer el canadiense por haberlo traicionado, y eso le aterraba pues, parecía tener una jeringa con un liquido amarillento en su mano izquierda.

— Ca-Canada? —

— Hola hermanito — volvió a saludar, pero esta vez a su hermano, USA

El estadounidense se quedó viendo a su hermano supuestamente muerto, mientras sus ojos se cristalizaban.

— ¿Ca-Canadá? Pero tu... Tu estabas — empezó a tartamudear

Y rápidamente los recuerdos sobre cuando Canadá había "muerto" empezaron a llegar a el

— Corre. — habló el canadiense

Estados Unidos solo lo siguió

— No mires atrás. — volvió a hablar al ver que su hermano se detenía por segundos.