EL PRIMER VIAJE ☁

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Desde el ataque, que todos los seres sensibles a la magia habían experimentado, los elfos Frenn, Zanhar y Vanir no habían perdido de vista a los nuevos jinetes ni a los recién nacidos dragones. Katrina se había entristecido al saber que no se les permitiría visitar las tumbas de sus abuelos, Roran Martillazos y Katrina, antes de partir. Vanir, al parecer estaba impaciente por irse o, al menos, consideraba que no había tiempo que perder, era difícil saberlo tratándose de los elfo.

Todo estaba preparado para el viaje a Ellesméra. Katrina y Garrow habían tenido que decidir qué cosas llevarían con ellos, no podían llevar demasiado, lo que les hiciera falta y fuese indispensable lo conseguirían después, les había dicho Vanir. Ambos hermanos habían estado tristes, nunca pensaron que tendrían que renunciar a sus pertenencias, pero se animaron cuando su padre, con voz ronca, les recordó que podrían reemplazar las pertenencias perdidas con objetos elaborados por los elfos, los enanos, e incluso, de los úrgalos. Después de eso, habían encontrado sencillo elegir lo que quería conservar.

La otra parte difícil había sido despedirse de su padre, quien perdía a dos hijos el mismo día. Y así era, pues cuando un nuevo jinete surgía, su primer deber era con la hermandad y no con su familia. Lo más probable era que pasarían años antes de que volvieran a verse, según lo que les habían dicho los elfos, 

Partieron al alba. El hecho de que dos huevos prendieran para dos hermanos al mismo tiempo, ya era lo suficientemente llamativo, Vanir quería una partida discreta, todos eran vulnerables mientras los dragones aún fuesen jóvenes. Incluso si el reino había disfrutado de décadas de paz, ese periodo parecía estar llegando a su fin. Vanir no sería el primer elfo en arriesgar a dos jóvenes jinetes y dos aún más jóvenes dragones.

Los chicos tardaron un día en enterarse de que tendrían que pasar por Osilon en su camino a Ellesméra y que esa sería la primera visión de una ciudad elfo que tendrían. Tardarón aún más en enterarse de que dos enanos habían salido de Tronjheim, la ciudad enana de Farthen Dûr y que se encontrarían con ellos en Hedarth para viajar hacia el lejano Este, a la ciudad amurallada de los jinetes de dragón.

—Creí que íbamos a Ellesméra —dijo Garrow al enterarse.

—Así era.

—¿Por qué vamos directamente al Este? ¿No deberíamos permanecer en Ellesméra por algunos años? Creí que todos los jinetes jóvenes primero se educaban con los elfos.

—Y así suele ser, pero esta vez irán todos al este. Así lo ha decidido Eragon Shur’tugal.


Por fin habían llegado a Ellesméra. Habían atravesado Ceunon y Osilon pero no se habían quedado mucho tiempo en ninguna de las ciudades, tan solo lo suficiente para reponer provisiones y estirar las piernas. A Kat y Garrow les había encantado montar, atravesando los bosques y cuidando de sus dragones. Las pequeñas crías se habían mantenido en sus regazos la mayor parte del tiempo, trepando a sus hombros o a sus cabezas cuando se aburrían. El viaje había sido agotador, pero increíble.

Al llegar a Ellesméra, fue la primera vez que los elfos que los protegían se alejaron más de diez metros de ellos. En Ellesméra todos los elfos vestían de manera similar, pasaban cerca de ellos y los saludaban, mientras que a los dragones los miraban con admiración y respeto.

Mientras Vanir se encargaba de algunos “asuntos”, los hermanos se sentaron sobre un tronco y esperaron.

Después de una hora, se acercó un chico humano, seguido de un dragón de color amarillo suave, como la paja excepto que, de alguna manera, más llamativo. El chico miró a ambos hermanos.

—¿Carvahall?

—¿Cómo lo supiste? —exclamó Garrow un poco impresionado.

El chico sonrió.

—Volvieron demasiado rápido, si fuesen de un lugar más lejano habrían tardado más en venir.

—Ah, claro.

—Mi nombre es Denmar.

—Mi nombre es Garrow.

—Soy Kat.

—Así que, ¿son amigos? Parecen conocerse.

—Garrow es mi hermano menor.

—¡Hermanos! Vaya. ¿Al mismo tiempo? Eso es inusual.

Kat y Garrow se encogieron de hombros, ya habían escuchado esas palabras demasiadas veces durante ese viaje como para preocuparse.

—¿Qué es eso? —preguntó Garrow de manera impertinente, señalando la bolsa de Denmar.

A Denmar no pareció molestarle, en su lugar sonrió.

—Mis cosas.

Una sospecha chispeó en la mente de Kat. Lanzó una rápida mirada al dragón amarillo, se sentía intimidada cada vez que lo hacía.

—¿Vas a alguna parte?

—Me envían al Este un poco antes de tiempo. Supongo que al fin consideraron que soy un problemático —suspiró—. Ella es Serin —señaló a la dragona—, mi compañera.

Kat y Garrow se inclinaron ante la criatura.

Justo en ese momento las crías de dragón saltaron desde detrás del tronco en el que los hermanos habían permanecido sentados, donde habían estado durmiendo.

Cada hermano sujetó a su compañero.

—Ella es Nylsa —Kat presentó a su compañera.

—Él es Raem —presentó Garrow.

—¡Vaya! Son los primeros dragones así de jóvenes que he visto desde que Serin salió del huevo. Son hermosos.

—Serin es bellísima.

Kat nerviosamente sonrió en dirección a Serin e inclinó ligeramente la cabeza.

La dragona bufó. Kat decidió interpretarlo como un asentimiento.

—También vamos al Este —anunció Garrow.

Kat suspiró internamente ante la predisposición de su hermano por anunciar cada uno de sus pensamientos.

—¿Ustedes? —la incredulidad teñía su voz—. Pero si-

Una nueva voz los interrumpió con emoción filtrándose de cada palabra.

—Hey, Denmar, noticias del Este. ¡No vas a creerlo!

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⏰ Última actualización: Mar 19, 2020 ⏰

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Valdr Wyrda (An Eragon FanFiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora