Neo Elements: Reborn

CAPITULO 3: SANGRE ÍGNEA

"¡Esto es increíble de ver! Un chico parece que ha decidido confrontar al asesino de la ciudad, pero eso no es todo, también parece que su brazo está incendiándose sin embargo no parece molestarle. ¡Parece que se está moviendo! ¡Ese chico no tiene miedo alguno!"

Comentaba un reportero con una gran emoción, transmitiendo en vivo a todas las televisiones de la ciudad y también a las pantallas gigantes en el centro de la ciudad donde justamente se reunieron cientos de personas, impresionados por el acontecimiento, muchos se encontraban tensos, otros intrigados, hablando entre ellos mientras seguían atentos a la situación.

Hasta el final de la enorme multitud, llegaba un conocido del poseedor del fuego, mirando detenidamente lo que ocurría mientras colocaba sus manos en los bolsillos de su suéter y suspirando dejando salir un ligero vaho gélido de su boca a pesar de que la noche no era fría en absoluto, de hecho, era la única persona usando un ropa bastante cálida.

- ¿Ese es Jaden? Supongo que la piedra roja se fue con él, ya encontré uno ¿Dónde estará la última? Aquella de tonalidad azul oscuro... Deberé seguir investigando. Te veré en casa, Jaden. – Comentaba en una voz profunda y baja mientras se retiraba del lugar colocando la capucha de su suéter en su cabeza y desaparecer entre las calles luminosas.

[Banco de la ciudad, 15 minutos después de la explosión.]

Se escuchaban las sirenas de los policías sonando a los alrededores del lugar pero sin la presencia de ninguno tan cerca como lo estaba el joven poseedor elemental ante tal amenaza; sin perder más tiempo, este se lanzó a correr con su brazo en llamas activado por lo que su rival no se quedaría quieto, ambos corrían hacia la misma dirección y al estar muy cerca uno del otro ejecutaron su primer movimiento; Jaden intentó acertarle un puñetazo rápido cerca de la zona del pecho pero su rival pudo retroceder unos segundos y luego contraatacar con una patada en su abdomen, haciendo que el joven de cabello castaño se arrodillara escupiendo algo de saliva al suelo.

- Anda, anda, levanta ese frágil cráneo. – Probaba que tanto podía hacerlo enojar llevando la punta de su bota a su barbilla para alzar un tanto su cabeza mientras soltaba una leve carcajada ahogada. – Supongo que es momento de ver tu sangre recorriendo ante mis pies y así aprenderás con quien no debes meterte, imbécil. – Tomando firmemente su catana la alzó con una gran velocidad para apuntar hacia su hombro, su objetivo era atravesarlo sin piedad.

Pudo escuchar ese viento que se deja oír cuando un objeto delgado se mueve rápidamente, una señal que le advertía el peligro que se avecinaba, empujó el pie de SoulKiller para apartarlo de su barbilla y rápidamente rodar hacia la dirección de su derecha, retrocediendo hasta una pared mientras veía el panorama, la gran figura del asesino se cubría entre humo y polvo pero seguía en el mismo lugar, nuevamente se preparó con su arma de gran tamaño para lanzarse contra el indefenso en aquel muro hecho pedazos, estaba paralizado, le era imposible pensar en un momento así no tuvo de otra más que cubrirse con su brazos.

- Mierda, mierda... ¡¿Qué hago?! ¡¿Qué hago?! – Entre el pánico y nervios, movió su brazo derecho en dirección a él apuntando con la palma de su mano abierta, intentando detener o amortiguar el daño. - ¡Detente! – Gritó asustado con una voz agitada.

Sin darse cuenta, su mano liberó una gran cantidad de humo negro para después desde la palma de su mano se disparó una ráfaga fuego como si se tratase de un lanzallamas, tal era el poder que Jaden comenzaba a sentir un ardor considerable en su brazo; para mala suerte del rival, no pudo protegerse o escapara tiempo dejando expuesta a su amada catana, fundiéndose por el gran calor que el fuego emanaba, pasando unos minutos el chico se detuvo y comenzó a exhalar forzosamente, sudando y con ligeros rasguños en su cuerpo.