Primera estaca

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-A la piscina nos vamos - dijo mi tutor un día.

Mi alrededor gritaba alegre a mi alrededor y yo nada sentía. Como siempre, la corriente me arrastró a ir hasta allí. Mi madre firmó la autorización que me dieron a mí.

-Tus dos euros. 

Y al día siguiente fui entre alegres canguros. Entramos en el vestuario de los chicos. Y me destrozaron en añicos para siempre.

Oye, tienes que hacer más deporte que tienes mucha barriga.

Primera estaca. La sangre empezó a brotar. ¿No os vale con hacerme el vacío? ¿No os vale con odiarme?

Desde entonces nunca me siento cómodo cuando me miro en un espejo.

ANSIEDAD Y CAOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora