El azabache y el hipocondríaco se dirigían a su próximo destino, los Barrens.
Ambos habían matado el tiempo en el arcade y dejando un poco a Eddie en vergüenza en cada juego que tocaba.
Richie manejaba su bici a toda velocidad, mientras que un paranoico se encontraba en la canasta tratando de hacer que el azabache no fuera tan rapido.
-¡Mierda!, ¡Richie, no vayas tan rápido!-
-¡¿Qué dijiste Eds?!, ¡¿Qué vaya más rapido?!, ¡Si tú lo dices!-
Richie como ya antes había anunciado, manejo con más rapidez la bicicleta haciendo que está derrapara y terminarán en el suelo.
-¡¿Eddie!?.-El de anteojos corrió para ver si su compañero se encontraba bien.
-...-El castaño no contestó al grito que había pegado el más alto.
-¡Oh Dios!, ¡Lo maté!-Grito el de lentes arrodillado a un lado del contrario.
-Dramas, callate y ayúdame a levantarme.-El castaño trato de levantarse pero le dio un dolor en la parte de su rodilla, tenía una raspadura.-Oh mierda, esto se puede infectar.
-Oh, mi bello durmiente despertó.-Richie fingió secarse una lágrima.
Eddie solo se resigno a reír mientras que tomaba de la mano a Richie para poder levantarse.
-¿Te duele?
-No idiota, siento cosquillas.
-Ah, con razón.
-Solo vámonos.
Richie repentinamente cargo a Eddie en sus brazos, a lo que el castaño respondió con una cara sorprendida.
-Es pará que no camines, de todos modos ya estamos cerca de los Barrens, te puedo cargar hasta llegar.
-Gr-gracias.
-¿Tartamudeaste?
-Es solo el dolor, idiota.
-Sí, yo también te quiero Eds.
Richie llevo cargando a su amado hipocondríaco hasta llegar a su destino, ¿Lo que pasó después? Es una historia que se puede contar luego.