-Dime, ¿Me veo sexy?.-Dijo el de gafas posando en la entrada del aula esperando a que su amado entrara.
-Uy si, demasiado sexy, tanto que casi me sangran los ojos.
-Lo siento si te guste Stanley, pero mi corazón ya le pertenece a un paranoico.
Stan solo se limitó a rodar los ojos
-Oh mira hay viene.-Ambos observaron al menor junto a su amiga la pelirroja.
-Dime, ¿Tengo algo en la cara?.
-Ah si, aquí.
-¿Dónde?.-Stan solo le dio un golpe en la frente algo fuerte, lo suficiente para dejarle un poco rojo.
-Hola chicos.-Saludo Berverly.
-Hola bocazas, hola ricitos.
-Hola Eddie Spaghetti, hola pelos de menstruación.
-Hola.-Saludo Stan.
Ambos chicos se sentaron en sus respectivos lugares.
-¡Dios mío, me saludo!¡No me odia, Stan!.
-Guau que genial, ya puedes cojertelo.