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Un momento donde Kim podía disfrutar de su paz, la paz que le daban unos simples libros, unos libros los cuales ella amaba y disfrutaba leer

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Un momento donde Kim podía disfrutar de su paz, la paz que le daban unos simples libros, unos libros los cuales ella amaba y disfrutaba leer.

Se encontraba en su lugar preferido, el lugar el cual le otorgaba felicidad, paz e información de todo tipo.

Se encontraba en esa silla de madera, junto a la ventana, la cual daba vista a la gran ciudad, podía ver desde su asiento, sus calles hermosas con personas yendo de aquí para allá.

Dejo de ver la hermosa imagen que aparecía ante sus ojos y comenzó a leer otra vez su libro (La liada de Homero).

Sonrió al llegar a su página favorita; sonrió al ver otra vez esa frase hermosa la cual estaba marcada en su corazón, la frase la cual amaba con toda su alma.

"Canta, oh Diosa, la cólera de Aquiles de pléyade, cólera funesta que causó infinitos males a los aqueos y precipitó al Hades muchas almas valerosas de héroes, a quienes hizo de perros y pasto de aves."

Cómo con una simple frase podía representar tantas cosas, tantos momentos, cómo crueles y dominantes.

Sonrió otra vez y ya aprendiéndose de memoria por quinta vez en esa semana, se puso de pie y caminó hacia los estantes para dejar el libro en su lugar.

Miro a su alrededor y casi no había personas, solo estaba la anciana Jeon Yuri, la cual era la dueña de la biblioteca, también estaban dos alumnos de la preparatoria que quedaba a la vuelta de la esquina y ella sola.

Ya no había tantas personas como antes, ya casi nadie venía a la biblioteca a leer y sumergirse en esas frases, oraciones o renglones que te llevaban al cielo, con sus palabras buenas y puras.

Yr: Aún sigues aquí mi niña - vio como se acercaba a su escritorio-

___: Tengo que llegar temprano, si no papa se enojará... - habló despacio para que solo la anciana y ella fueran testigos de esa conversación-

Yr: ¿Cuánto tiempo estarás así mi niña?

___: Hasta que consiga en donde quedarme - se encogió de hombros-

Yr: Sabes que puedo darte un sitio en mi casa. -

___: No Yuri... Sabe que la adoro mucho, pero no puedo quedarme en su casa... Casi tengo el dinero suficiente para poder rentar una habitación...

Yr: Me llamas por las dudas, no quiero que pase lo mismo que dos días atrás...

De tan solamente pensar lo que había pasado dos días atrás, se le habían parado los pelos de punta, no quería pensar en esos golpes con el cinturón, no quería sentir otra vez las manos de su padre sobre su cuerpo.

___: T-tranquila

Yr: No puedo estar tranquila sabiendo que estás sola con ese hombre...

___: Vendré mañana ¿Okay?

Yr: Está bien mi niña...

___: Sin más agarró su mochila, esta estaba colgada en los pequeños casilleros que la biblioteca tenía, acomodó su chaqueta y sin más comenzó a caminar hacia su casa o bueno intento de casa.

___: Sin más agarró su mochila, esta estaba colgada en los pequeños casilleros que la biblioteca tenía, acomodó su chaqueta y sin más comenzó a caminar hacia su casa o bueno intento de casa

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S E C R E T O S | JK | T E R M I N A D AWhere stories live. Discover now