visita

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Sophie


Habían pasado siete horas desde que llegamos a esta pequeña playa y unas  seis horas desde que hacemos contacto con el agua, acostados boca arriba uno a la par del otro y entrelazando los brazos se encontrába toda la tropa Bravo. Al principio solo nuestros pies eran humedecidos y ahora siendo las tres de la tarde según Lowell, el agua nos toca la cadera. El clima es agradable aunque solo el viento es el molesto factor.
Desde un primer momento una serie de preguntas al azar eran respondidas por cada integrante, desde tácticas aeroterrestre a historia y anatomía.
Ah medida que las horas iban pasando la incomidad nos acechaba, sentía mí trasero duro y acalambrado tenía ganas de orinar y además tenía hambre.
Las preguntas eran infinitas y cada vez más complicadas, distintas situaciones en campo enemigo parecían venirle a la mante al teniente y preguntaba que haríamos en cada situación. Algunas se acercaban y en otras cometiamos errores estúpidos.


El agua rosaba mí cuello cada vez que una nueva ola asomaba, estaba temblando mis labios morados y estaba muerta de hambre.
Infitas veces Lowell pregunto si alguien se encontraba mal y quería levantarse, pero a todos nos jugo en contra la moral de equipó. Si nadie se levantaba todos nos quedaríamos hasta valla a saber qué hora.
Mí uniforme de neopreno atajaba bastante las frías brisas pero aún así me estaba congelando.

-Maddox una facil. peso, cargador y alcance de la Beretta 92.

Mí mente ya no regulaba, no podía responder sabía la respuesta o creía saberla pero no podía mover mis labios.
Era la última de una larga fina pegada a mí pareja de combate.
El teniente se acerca a mí y de cuclillas me insta a abandonar.

-no es necesario que siga aquí Maddox no tiene que demostrarle nada a nadie. A aguantado más de lo que cualquier mujer pudo dentro de la fuerza.

- 900 gs, 10 municiones mínimo y 50 mts.

- bien. Queen expansión precisa de una granada.

El agua me tapaba la cara con cada ola  nadie podía contestar con claridad y peor aún cuando las olas eran cada vez más grande pasábamos casi un minuto y medio hasta poder tomar oxígeno. Mis fosas nasales ardían. Había tomado suficiente agua como para no querer volver jamás a una playa.

- eso es todo, felicidades son las dos de la mañana. Levanten su trasero de la arena y dirijansen al jodido micro.

No esperamos a que terminara de hablar salimos corriendo del agua y tomamos una toalla y todos gritaban de felicidad. Ningun hombre había abandonado y era la primera vez que pasaba en casi seis años.

Mí culo estaba lleno de arena y me picaba todo el cuerpo.

- bien echo colega, te has lucido. Cómo está tu nariz, la mía arde espantosamente.- Smith me preguntó mientras caminaba hasta el micro.
Habíamos creado un vínculo muy cercano y creería que era por nuestra carrera, compartir historias de paciente o experiencias durante el cursado eran nuestras charlas más seguidas. Sin mencionar la única vez que me preguntó sobre mí estado civil.

No quería confundir las cosas solo lo veía como un compañero.

- joder que me quiebre aquí mismo si no me arde. Mis pobres riñones trabajarán duro para eliminar tanta arena.

- ya sabes cualquier anomalía o dificultad debes decirlo, no es broma una nefropatía.

- lo tendré en cuenta Smith.

Al llegar al escuadrón todos insistían en que me bañara primero, pero debido a mí pelo era obvio que tardaría mucho más para quitarme la arena y cuánta suciedad habría ahí.

HONOR, DEBER Y AMORМесто, где живут истории. Откройте их для себя