Kara Zor-el, comandante de unas de las legiónes más temidas del imperio romano. Hábil en combate, feroz, poseedora de una Inteligencia y habilidad estratégica igualada a marco Antonio y Julio Cesar, ha conseguido un lugar privilegiado entre las fila...
Mi nombre es Lena Kirian Luthor, hija menor de Lionel Luthor cónsul romano y su esposa Lilian Luthor, aunque la última no es realmente la mujer que dio la vida, pues al dar a luz a mi hermano mayor Alexander, contrajo una enfermedad que la dejó estéril y casi al borde de la muerte.
Pero a pesar de ello, sus ganas de volver a ser madre no decayeron, por lo que al enterarse de que mi mi existencia y que mi padre tuvo una hija con una amante que falleció al dar a luz, decidió adoptarme y darme el apellido Luthor para tenerme bajo su cuidado, es una madre increíble y me ha hecho sentir como si de verdad me hubiera llevado dentro de su ser por nueve meses. Aunque a pesar de todos los cuidados y muestras de afecto, hay algo que siempre me ha faltado, es difícil de explicar el sentimiento, pero nunca me he sentido completamente una Luthor, es como si llevara una máscara permanentemente, una que a través de los años me ha consumido y asfixiando poco a poco.
El único que comprende y sabe de las aflicciones que habitan en mi corazón es mi hermano Lex, ya que ambos poseemos la misma angustia y obligación, aunque el peso que recae sobre sus hombros él por mucho mayor al mío, solo por ser el primogénito varón y heredero de la casa Luthor, una gran responsabilidad, en especial cuando debe mantener estatus que mi padre ha logrado formar a través de los años. Ahora, a mis 18 años, poseo una belleza envidiable, además de una inteligencia que constantemente es comparada a la de un comandante romano, palabras dichas por mi hermano, quien a su vez recalca que mi lengua podría cortar más que cualquier espada, tal vez sea por eso que aún no he contraído nupcias con nadie, ya que simplemente no encuentro alguien interesante que pueda llamar mi atención y devoción.
Tal vez pido mucho a los dioses y no exista nadie con la inteligencia y sabiduría de Minerva...y con una pasión que rivalice con la de la misma diosa Venus, tal vez solo tenga que resignarme a ser la esposa de un Patricio, cuyo único propósito en la vida sea saciarse con vino hasta caer en los brazos de morfeo y fornicar con cuantas mujeres se les cruce en el camino.
¿Será ese mi desafortunado destino? Ser infeliz? ¿Ser utilizada como trofeo y traer a este mundo descendencia? ¿Qué hay del amor y de la pasión que hace a los hombres perder la razón y entregarse al deseo sin miramientos? Elevo una oración a Venus y a Minerva con el fin de exponer mis aflicciones en este hermoso atardecer que cubre a toda la ciudad y de la cual mis ojos son testigos:
— ¿Acaso no está escrito en mi destino Venus hallar a esa persona que me quite el aliento y haga que mi corazón palpite como los tambores que anuncian el inicio de los festivales en tu honor? Desde esta hermosa vista, comparada con tu belleza, te imploro diosa del amor que todo lo ves, dame una señal para saber si este corazón que late con ferecodidad es merecedor de un amor verdadero.... Minerva, diosa de la sabiduría, ayúdame con tu deslumbrante mente a encontrar a esa persona quien al igual que yo busca un corazón merecedor de su amor. —cerré mis ojos y eleve mis pensamientos, así como mis plegarias al hermoso cielo que nos bendice con sus colores antes de la noche reclame su protagonismo—
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P.D: Espero que les haya gustado el cap., no se olviden de votar, comentar y si pueden, compartir, gracias.
