Comieron, hablaron y pasaron un buen rato en compañía de los otros dos Orni, viendo al sol ponerse lentamente y la sombra de Medoh cubrir varias partes de la aldea. Adla empezaba a verse menos animada con lo que pasaba a su alrededor, constantemente miraba como buscando a alguien, prestaba atención a lo que decían los cuatro adultos y lo que Tureli hiciera ya no le llamaba tanto la atención, en un punto parecía más una banda elástica a punto de quebrarse en lugar de otra cosa.

—Gracias por todo, estaba delicioso, —Link dijo cuando Adla ignoró por completo a Tureli y estaba empezando a caminar a la puerta, Revali siguiéndola—. Espero podamos repetirlo un día.

—Con gusto los aceptaremos siempre que quieran —Sareli dijo con una sonrisa, notando como se comportaba Adla también.

—A Tureli le gustaría jugar otro día contigo, Adla, —Teba agregó, viéndola asentir pero no contestar nada—. Así que te esperamos.

—Estamos aquí si nos necesitan. —Sareli susurró cuando Adla caminó más lejos y Revali tuvo que salir detrás de ella, apretándole el brazo a Link de manera reconfortante.

La ansiedad ya estaba comiéndoselo vivo mientras intentaba alcanzarlos. Aunque Revali había dicho que él se haría cargo de decirlo, tenía miedo, Adla era sensible y era tan joven que dolía de solo pensar que tenía que pasar por esto, tenía miedo no tener las palabras adecuadas para decirle en caso de que Revali buscara su apoyo.

—¿Dónde está mi mamá? —Finalmente se detuvo cuando escuchó la temblorosa voz de Adla preguntando las cosas directamente, viéndolos detenerse en la plaza mirando hacia la región de Tabanta—. Me dijo que me quedara ahí, ¡pero no ha vuelto!

Si Link sentía que le faltaba el aire, podía imaginarse que Revali se sentía a morir en ese momento.

El campeón suspiró, acuclillándose para quedar a la altura del polluelo y recargándole las alas sobre los hombros, haciendo que lo volteara a ver—. Adla, escucha, tu madre no volverá.

Hasta Link desde su posisión pudo ver como se le rompió el corazón, pánico y miedo llenándole los ojos mientras lo miraba—. ¿Por qué dices algo como eso?

—Algo pasó, un accidente, y ella ahora te cuida desde el cielo, —Revali dijo lentamente, recordando que a él le habían dicho algo similar cuando preguntó por sus padres—. Siempre estará contigo, pero no de manera presente.

Aquello pareció hacerla entender en definitiva lo que quería decir y las lágrimas no se hicieron esperar, empezó a llorar y se escondió en el pecho de Revali mientras que este le sobaba la espalda y miraba a Link quien, finalmente, encontró la fuerza suficiente para moverse y abrazarlos a ambos, sintiendo al polluelo temblar con cada sollozo.

—Estamos aquí para protegerte y tu madre te protegerá desde allá arriba, —Link susurró, estar tan cerca de Revali haciéndole sentir algo en el estómago—. No estas sola, nunca lo estarás.

—La quiero, —Adla sollozó, aferrándose a ambos aún más fuerte.

—Siempre estará contigo, y nosotros también.

A Revali le recordó el dolor propio de un polluelo al que le acaban de decir que sus padres murieron por un Centaleón, le recuerda la impotencia, furia y desasosiego que le dominó mientras intentaba visualizar una vida sin los dos que le habían dado todo.

A Link le recordó como hace más de cien años había tenido que pasar por algo similar con Zelda, el como la princesa no podía vivir a las expectativas que su padre ponía en ella, el como no podía lidiar con el peso del reino sobre sus hombros porque sentía que nadie la apoyaba y que nunca sería lo suficientemente buena. Él había hecho lo mejor que pudo para consolarla, aunque él mismo necesitaba ese consuelo.

Esta situación era muy diferente, él había tenido a sus padres y no los había perdido sino hasta mucho después, si, había crecido con la presión de ser un caballero casi perfecto, pero su modo de lidiar había sido aislarse, en este momento tenía que ser fuerte por ella y por Revali, los dos entendían el dolor y sentía que tenía que ser él quien los ayudará a seguir adelante.

Link se levantó cuando Revali levantó a Adla y se la pasó para que la acomodara en sus brazos, palmeandole levemente la cabeza—. Necesita tiempo.

—Lo sé, la apoyaremos.

Revali desearía que un nosotros no doliera tanto.

//Y bueno, pido perdón por tardarme tanto en subir el capítulo. Cuando no es una, es otra y pues así nos vamos, pero acá está y espero valga la espera.

Muchas gracias por leer, no olviden dejarme un comentario allá abajo y un voto, inspiran un montón.

Como anuncio, a los que les gusta Death Note, pasen a leer el one shot más reciente: How can I love the heartbreak?

Hope World [Revalink]Where stories live. Discover now