—Listo, vamos a comer. —Los dos miraron hacia atrás cuando escucharon la voz de Link, viéndolo salir con esa sonrisa característica que traía normalmente.

—Te tomó bastante tiempo.

Link ignoró su comentario con una risa leve mientras se encaminaba a la casa de los otros tres, encontrando a Sareli colocando platos en la mesa mientras Teba y Tureli dejaban un arco en la alacena. Tureli notó de inmediato a Adla y salió corriendo hacia ella para empezar a hablar, Adla lucía un tanto tímida y Teba explicó que esto quizá se debía al trabajo que tenía su madre y sus viajes por el mundo; afortunadamente la personalidad amigable de Tureli terminó por calmarla y pronto estaban hablando animadamente mientras comían.

—¿Cómo está Adla? —Teba preguntó cuando ella y su hijo habían salido a jugar a la plaza—. ¿Dijo algo anoche?

—Lloró mucho y tardo en dormirse, pero no mencionó nada más, —Revali dijo con un suspiro mientras se tallaba la cabeza—. Es normal, es difícil asimilarlo al principio.

—No creo que entienda completamente lo que pasó, —Sareli suspiró mientras Link y Revali se tensaron a su lado—. Algo tan fuerte y doloroso no es fácil de entender, me temo que hoy será más revelador para ella.

—Tengan cuidado, no queremos que sea más doloroso para ella. —Teba dijo tristemente, agitando la cabeza.

—Sé cómo hacerlo, —Revali dijo antes de que pudieran decir algo más—. Yo... Yo soy huérfano también, entiendo la situación y no me comportare como el usual idiota de siempre.

Link tuvo que morderse el labio para no decir nada, el recuerdo de anoche volviéndole a la memoria y recordándole que necesitaba hablar con Revali acerca de ello.

—Lamento escuchar eso, —Sareli dijo, insegura sobre qué decir cuando todos los demás se mantenían en silencio y considerando que esto había pasado años, apretándole levemente el hombro.

—No importa, han pasado más de cien años desde eso, —Revali contestó, sacudiendo la cabeza y mirándola con una leve sonrisa, esperando no verse como un idiota.

Para su fortuna, ella le sonrió de vuelta, conforme con su expresión y con lo que había dicho, poniéndose de pie cuando los dos polluelos regresaron corriend para servir lo que había preparado para el postre, cortando tres rebanadas de pie para ellos y dos para ellos que salieron corriendo con ellos—. Es agradable que la Bestia Divina haya vuelto a su gloria original.

Revali agradeció que cambiaran de tema.

—Ayer tuve un recuerdo, —Link dijo cuando él y Revali se sentaron en la plaza a ver jugar a los dos polluelos que seguían entretenidos—. Me decías que eras huérfano y que el jefe te había criado.

—Pues acabo de confirmarte que lo soy, —Revali dijo mientras daba un leve suspiro—. Me ahorraste el tener que volvértelo a decir.

—Lamento eso, —dijo con una voz más apagada, aunque recordaba la contestación de su amigo hace unos momentos—. Sé que dices que es pasado, pero no sé si yo te lo dije hace tantos años.

—Lo hiciste. —Revali asintió. También lo había reconfortado mientras lloraba porque las cosas eran abrumadoras, pero no iba a mencionar eso, no podía—. Así que está bien.

Link solo alcanzó a asentir y regresar la atención a Adla que seguía jugando con Tureli. El día pasó después de eso, en algún punto dejó a Revali a cargo mientras él iba a comprar algo, Sareli los invitó a comer también y Link estaba seguro que ambos podía agradecer que se preocupara tanto por Adla, aunque sabía que el polluelo no estaría tan cómodo si ellos dos no estuvieran ahí.

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