𝓢𝓸𝓻𝓹𝓻𝓮𝓼𝓪

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Cuando llegué a la escuela al siguiente día y encontré a Taehyun sentado en el lugar de siempre, salté alegre hacia él.

Obviamente Taehyun seguía enojado, pero yo no podía: no aguantaba "odiarlo" por más de dos horas -el cual fue mi récord.

— Te tengo una sorpresa —di unos tres saltos más antes de sentarme a su lado—. Y no te la diré.

— Claro que no lo puedes decir: es una sorpresa.

Me respondió obvio sin prestarme tanta atención, pero yo sabía que estaba curioso: se notaba con la forma en que enfurruñaba hablando solo en voz baja, dando pataditas y entrecerrando los ojos, mirando al vacío.

Yo me reía de él, recibiendo unos cuantos empujones por su parte porque "sigo enojado contigo, no me hables".

— ¿La pasaste bien con Jeon? —pregunté cuando caminábamos a mi casa luego de clases.

— Fue un poco aburrido, él quería "conocerme" y yo solo quería jugar.

— ¿Lo ves? Fue un mala idea que me cambiaras por él —dije orgulloso, sonriendo como bobo—. Yo soy más divertido.

— Lo sé, y no habría aceptado si tú no te hubieras comportado como un perro enojado cuando me propuso salir —me respondió, sin mirarme—. Te quise dar una lección.

Yo enarqué las cejas.

¿Una lección?

— ¿Una lección?

Él me miró con pereza, como si le hubiera hecho una pregunta demasiado tonta.

No me respondió y siguió caminando, pero a un paso un poco más acelerado, casi tachándome como un caso perdido.

•••

— Tu mamá me dijo que sacaste el primer puesto otra vez este bimestre, Taehyun, ¿eso es cierto?

Habló mi mamá mientras los tres comíamos en la mesa. Él la miró con una pequeña sonrisa.

— Sí lo es —Taehyun siempre parecía tener más edad de la que tenía, podía comunicarse con los mayores sin parecer un tonto ante sus ojos—. Aunque SooBin casi me alcanza por una milésima.

— Debes cuidar tu puesto, espero que este año salgas con más puntaje que el pasado —mi mamá sonrió cariñosa—. ¿Ves, BemGyu?

Yo volteé la mirada de Taehyun hacia mi madre, quien achicaba sus ojos echándome la culpa, como si yo la tuviera al nacer con tan pocas neuronas como papá.

— ¿Qué cosa?

— Deberías ser tan dedicado como Taehyun —ella tomó un poco de refresco y se limpió los labios con una servilleta—. Debes dejar de jugar esos videojuegos y agarrar un libro.

— ¿Sabías que leer mucho te vuelve loco?

— Tú ni siquiera sabes como leer sin quedarte dormido.

— Es porque papá también no lee.

— ¿Y eso qué tiene que ver?

— Genética.

— No es razonable lo que dices.

— Cualquier cosa que se le ocurra a BeomGyu no es razonable —habló por fin Taehyun, pero sin la intención de salir a mi favor.

Mamá soltó una suave risa, levantándose de la mesa y dejando un beso en mi frente como en la de Taehyun, avisando que volvería temprano.

Ambos nos levantamos, recogimos nuestros platos y los lavamos, dejándolos en la mesa de cristal para que la señora HyoWon los secara.

Corrimos a mi habitación.

Bueno, solo yo corrí.

Estaba emocionado.

Taehyun, en cambio, se mantuvo al margen, caminando en silencio hasta entrar y cerrar la puerta.

— Cierra los ojos.

Él frunció el ceño desconfiado de mi emoción, pero igual me hizo caso, y saqué rápidamente el libro del cajón en donde lo guardé por una semana.

Me acerqué lo suficiente como para que nuestros rostros quedaran a unos diez centímetros de distancia, y creo que se dio cuenta, porque vi sus hombros tensarse y sus labios apretarse en una línea, en el mismo instante donde las pálidas mejillas se volvían medio rosas.

Me entraron ganas de besar la punta de su nariz, pero lo evité: eso sería muy extraño.

— Ya los puedes abrir.

Lo primero qué pasó fue que chocamos miradas, como siempre, y eso se sintió aun más extraño que el pensamiento de besar la punta de su nariz.

Taehyun no desvió la mirada. Él parecía demasiado confiado en que la sorpresa estaba en mis ojos, buscándola ahí.

Pero antes de que la atmósfera me obligara a besarlo para quitar la tensión, puse el libro entre nuestros rostros rojos.

Sentí como Taehyun lo retiraba de ahí con rapidez, como si por fin reaccionara.

Sus ojos se agrandaron un poco más con sorpresa llenándolos, mirándome a mi y al a libro, a mi y al libro, así continuamente, y una sonrisa se escapó de sus labios.

No duró demasiado observando la pasta de esa cosa con hojas, porque sus ojos decidieron mirarme una vez más antes de abrazarme. Si vi como sus pies se pusieron en puntillas, y sí sentí su mejilla derecha caliente contra mi cuello, mientras sus brazos colgaban alrededor de este.

Estoy seguro que él también sintió mi cuello enrojecer, pero no usó eso como herramienta para burlarse, solo me soltó y volvió a enfocarse en el libro, con una sonrisa bonita.

Demasiado bonita que no pude dejar de verla, sus dientes perfectos mordiendo su labio inferior, entusiasmado.

Su rostro se levantó y me dio una sonrisa burlona, extendiéndome el libro.

— Deja de mirarme y lee.

— Tú no lo estás haciendo.

— Lo haremos juntos.

Puede que le regale más libros a Taehyun, porque fue muy agradable echarme con él en la cama mientras leíamos en silencio su nuevo libro de acción y ficción; algo que él amaba demasiado.

Y algo que yo comenzaría a amar, porque estar en silencio con su calor al lado, era más atractivo que mirar un computador con luces de colores.

Hoy los ojos de Taehyun mostraron sorpresa.

No sé si fue porque le regalé un libro que él quería demasiado, o si fue porque casi lo beso al entregárselo.

𝓞𝓳𝓸𝓼 (BeomHyun/TaeGyu)Where stories live. Discover now