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Roy Gardner tomó el lugar de Gilbert y miró a Anne por varios segundos en silencio. El amor en sus ojos se notaba demasiado, aunque nunca lo dijo siempre esperó en lo muy profundo que de su corazón que la chica le correspondiera.

-¿Te sientes bien?

-Si, gracias por preocuparte -sonrió.

Roy trataba de hablar, pero las palabras no salían de su boca gracias al temor que tenía encima después de lo que había pasado la tarde anterior. Respiraba rápidamente con dificultad, la chica levantó una ceja, él finalmente musitó algo que ninguno pudo entender.

-Lo lamento -repitió más fuerte.

-¿Por qué?

-Por ser tan insistente, sé que cuando se trata de un «No» es poco probable que exista algo que lo cambie, y aunque puede que mis sentimientos tarden un tiempo en volver a ser los mismos que tenía antes de conocerte no puedo evitar en pensar que no podía competir contra él.

-¿Contra...?

-Gilbert Blythe, claramente -levantó un poco la mirada-, cuando volví de mi casa al medio día después de haber buscado el remedio que tenía mi madre y lo vi tomando tu mano, a tu lado, dormido, supe inmediatamente que él te ama con toda su existencia y que en ningún momento dejó de hacerlo, Anne. Ayer, cuando fue a mi casa y habló sobre como pedirte disculpas por lo cometido noté en su voz todo, es algo que ni en un millón de años se me habría podido ocurrir... supongo que es un don que muy pocos tienen, la paciencia.

Anne lo observaba en silencio, el muchacho seguía hablando. Esta empezó a llorar.

-Hey, ven -le dió unas palmaditas con cariño-, ya, no hay que llorar por eso. Solo tú tienes el control de tu futuro, al igual que el buen poder sobre la persona que amas... es escaso que una persona sepa controlar ambos con inteligencia, pero eso te sobra.

Ella rió limpiandose las lágrimas, se levantó de su cama para salir de la habitación, Roy pasó la lengua por sus labios hasta que dijo finalmente su primera palabra con seguridad.

-¿Anne?

Ella retrocedió.

-¿Podemos seguir siendo amigos después de lo que pasó, no?

-Por supuesto, mi chico -besó su mejilla y le dió un abrazo muy fuerte para finalmente salir.

Roy se quedó solo, observó a su alrededor, suspiró con tristeza.

-¡Marilla!

-¿Qué ocurre, niña? -preguntó la mujer poniendo una mano en su pecho- Vamos, habla, me asustas.

-¿Has visto a Gilbert?

-Se fue hace unos minutos a su casa ¿Por qué?

-Tengo que ir.

-Es muy tarde, estás mal ¡puede ocurrirte algo!

-Iré con Belle, por favor, permíteme ir por unos minutos... volveré sana y salva ¿Puedo?

-¿Es esto tan importante?

-Es la decisión más importante que he tomado en mi corta vida, te lo diré todo cuando vuelva, por favor.

Volcó sus ojos riendo para sus adentros.

-Ve, pero que no se te escape ni un solo detalle al volver.

La pelirroja corrió y tan pronto como estuvo en el establo subió a su caballo, recorrió varios caminos, saludó a varias personas hasta que estuvo en casa del chico. Aspiró y exhaló repetidas veces, un vuelco en su estómago interrumpió todo, apoyó su cabeza en Belle susurrando: «¡Oh querida! Dichosa eres de que no tienes que pasar por estas situaciones, ¿cuando se hace más fácil todo?». Empuñó sus manos llena de valentía y corrió a la puerta tocando dos veces.

Gilbert la recibió. Ambos corazones se detuvieron por un milisegundo.

-¿Anne? ¿Que te ocurre? No es seguro que salgas así.

-Yo... yo vengo... a decirte...

El chico era lento para ese tipo de cosas, así que en un principio no todo fue comprendido.

-Lo que dije hace rato no fue cierto ¿bien? Yo nunca te dejé de amar, yo aún te amo -suspiró creyendo que caería al piso nuevamente-. Te amo, Gilbert, jamás lo dejé de hacer.

Anne dió dos pequeños pasos al frente, el muchacho también. Durante segundos se vieron a los ojos imaginando las posibilidades, las vidas posibles juntos y pensando en lo mucho que habían extrañado esa clase de momentos.

-Te amo el triple, de aquí hasta el fin del universo, Anne Shirley Cuthberth -la besó tiernamente por varios segundos.

Ambos se miraron a los ojos sonriendo nuevamente hasta reaccionar.

-¿Qui... quieres pasar? -preguntó él después de frotar su mano su barbilla- Mary me ha preguntado por ti, hizo tarta de chocolate esta tarde.

-Lo amaría, pero le prometí a Marilla que no tardaría mucho.

-Entonces te acompaño a casa, podemos caminar.

-Me parece perfecto.

Gilbert extendió su mano.

-¿Quieres intentarlo de nuevo y que nada ni nadie nos separe otra vez?

-Veamos que tan trágico será nuestro romance -sonrió Anne, el chico le dió un beso corto, caminó a su lado mientras el ocaso caía sobre el último extremo de la isla.

---------------------FIN----------------------

Lo prometido es deuda, mis niños. Llegamos al final, amé esta historia como no tienen idea. ¿Quieren un nuevo Fanfic? Todos me han dicho que si en los capítulos anteriores, le he puesto empeño a todo a pesar de mis trabajos universitarios y todo eso, pero bueno, el siguiente llevará por nombre *inserte música de suspenso* : «Wonderwall» e igualmente será del tipo Anne × Gilbert. Será publicado a los veinte minutos después de este, nuevamente mil millones de gracias por todo, jamás me cansaré de decirlo.

Demasiado amor y luz para todos y todas;
~Cassie🌻🌈

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「𝐖𝐡𝐞𝐫𝐞 𝐝𝐨 𝐛𝐫𝐨𝐤𝐞𝐧 𝐡𝐞𝐚𝐫𝐭𝐬 𝐠𝐨? ; 𝐀𝐧𝐧𝐞 × 𝐆𝐢𝐥𝐛𝐞𝐫𝐭」Where stories live. Discover now