·CAPITULO 20·

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Muchas veces, podemos ya tener una decisión para lo que queremos hacer, pero se está un debate interno en si realmente debemos realizarlo o no. Y recibimos una especie de empujón que nos hace arriesgarnos, lanzarnos al vacio (en el buen sentido) y emprendemos el camino a empezar a actuar.

Puede ser la ayuda de una persona, lo que nos digamos diariamente a nosotros mismos, algún momento o algo significativo que llegue a nuestras manos, que nos haga tener la suficiente motivación para por fin tener la determinación de hacerlo. Y no solo se quede en pensamientos o palabras.

Porque las palabras tienen peso y son ciertas, si van acompañadas de hechos.

Y debo decir que quien haya escrito estas palabras, me termino de dar ese empujón para lanzarme a lo nuevo y emprender a lo desconocido.

Quien sea que lo haya escrito me conoce o me percibe a la perfección. Ha sabido ver más allá de mis paredes impuestas a la fuerza, que solo los que realmente han querido y los he dejado, han sabido entrar.

Palabras que me hacen temblar los huesos, sacudir mi alma y moverme el corazón. Para así revolucionar todo mi ser. No miento al decir que lo ha hecho, por en el preciso momento que mis ojos dejaron de visualizar esas líneas, mis ojos se empañaban de lagrimas mientras llevaba esas hojas a mi pecho.

Decía lo correcto, lo justo y necesario. Pero también era sorprende y abrumadora, brutalmente honesta, pero también tan hermosa y certera.

Me tomo toda una noche caer en cuenta, de que ya había muchas cosas que no eras las mismas en mi ya.

Muchas veces no sabemos cuánto nos hace falta leer cosas como estas, para darnos cuenta de ciertas verdades, que siempre han estado a nuestra vista y nuestra consciencia, pero no éramos capaces de verlo. Ya que nadie puede hacérnoslo ver más que nosotros mismos.

Primeramente que todo tiene un significado y peso en el momento especifico que estemos viviendo. Puede que antes, te encontraras en medio de noches en vela buscando respuestas y preguntando porque. Y ahora, comprendas que todo tenía que suceder de esa manera, y que gracias a eso, ves lo que no solías ver y eres más feliz de lo que recordabas.

Puedo decir que mi caso es ese, pero también es el de millones más, pero nadie vive las mismas experiencias ni se siente igual que tu. Podría sentarme toda una tarde a contar y lamentarme por hechos del pasado, pero en realidad los agradezco todos como pasaron sin cambiar nada.

Si les preguntan ¿volverías a vivir todo como fue? Y la respuesta es . Para unos sonaría algo masoquista, pero para mí no lo es. Y estoy segura que no soy la única al pensar esto, porque si no lo fueses vivido de esa forma todo lo que sabes y aprendiste; hoy no existiría. Serias algo completamente diferente y tal vez no te sientas de la manera en que te sientes ahora.

Es un camino largo, cuando caemos tan profundo que sentimos que, no saldremos de ahí nunca. Es curioso cómo puede impactar tanto en nosotros, pero puedes decidir cómo te influye, si de buena o mala manera. La luz siempre está ahí, solo está en nosotros si buscarla o no.

Esa luz somos nosotros mismos, somos nuestro propio impulso para salir adelante en medio de las adversidades. Desde el momento en que decidimos salir y enfrentar todo aquello que nos daña, y buscamos nuestra paz.

Todos los pasos, que damos desde el día uno tienen un peso enorme y cuentan, no hay que quitarle ningún merito ni crédito, puede que hoy lo consideres muy pequeño e insignificante pero mañana veras que es todo lo contrario. Hay días a lo largo del trayecto que son más fuertes que otros, que nuestras caídas son constantes y el cansancio agobiante, es cuando más fuerte debes pisar y la marcha debe continuar sin mirar atrás.

Believe ©Where stories live. Discover now