𝟏𝟎 ; 𝐓𝐄𝐍

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La fiesta era divertida, había baile, música y mucha comida, incluyendo el pastel que habían cortado los recien casados. Sin embargo, Dongmin se sentía fuera de lugar a pesar de que hubiera gente que conocía desde que era un niño. Sanha dejó su conversación con los padres del mayor y caminó hacia él con dos trozos de pastel. Al día siguiente volvían a Seúl y Dongmin debía compartir más tiempo con sus familiares, pero una fiesta no era la mejor forma, no le agradaba que la gente bebiera más de una botella. Sanha se sentó a su lado y le entregó el trozo de pastel junto a una cuchara de plástico y el peli-negro lo tomó con una sonrisa.

— A veces creo que por esta razón casi no tengo amigos... De hecho si, es la razón por la cual casi nadie es mi amigo. — Rió, aunque realmente sonaba algo triste.

— Para ser sincero, jamás fui a una boda. Mi padrastro y mi madre asistían, pero me dejaban en casa siempre y en la suya no estuve presente debido a que no me agradaba la idea de ver a mi madre con un hombre que no fuera mi padre. — Dijo el peli-morado, enterrando la cuchara en su trozo de pastel para luego comer de el.

— No son la gran cosa; solo gente bebiendo, bailando, hablando y pasando el rato sabiendo que al final de todo, los novios se irán lejos de luna de miel o quizá se muden. — Dijo el mayor, comiendo de su pastel.

— Si fuera la tuya, ¿te sentirías más emocionado? — Preguntó Sanha, observando detenidamente su trozo de pastel.

— Yo... No creo que alguien quiera casarse conmigo, soy muy solitario, ¿no crees? — Rió.

— No, no lo creo. Yo pienso que muchos desearían casarse con alguien como tú, hyung. — Afirmó Sanha, volteando a ver a Dongmin.

El peli-negro soltó un soplido mientras sonreía. — Quiero mostrarte algo.

Dongmin le pidió las llaves de su camioneta a su padre y luego de una advertencia de no llegar tan tarde, se las entregó. Subieron al vehículo y se dirigieron al lugar que Dongmin ya había llevado a Sanha. Estaba bastante oscuro, por lo cual el peli-morado se aferró al brazo de Dongmin mientras este alumbraba con una linterna hasta llegar al pequeño estanque. Dongmin le pidió a Sanha que cerrara sus ojos hasta llegar, algo que puso un tanto nervioso al peli-morado, pero aún así obedeció a su pedido. Cuando los pasos del mayor cesaron, se detuvo y al oir al mayor decir que abriera sus ojos, por fin pudo ver lo bello que se veía el lugar. El estanque estaba repleto de luciérnagas que alumbraban el agua y las estrellas podían verse en mayor cantidad que en la ciudad.

— Es hermoso. — Dijo el peli-morado, repentinamente.

— Lo es, de noche se ve siempre muy bello. — Dijo el peli-negro, pero Sanha no hablaba precisamente del lugar. — Antes solía atrapar luciérnagas con los demás y Jinwoo hyung siempre terminaba tragando una por accidente. — Rió, acto que Sanha imitó.

— Esas cosas nunca las hice. A mi madre no le gustaba el campo, por ello no me dejaba ir. — Dijo, haciendo una mueca.

— Hum... A ver. — El mayor buscó entre las hojas secas, hasta hallar un frasco repleto de tierra bastante viejo, que Myungjoon enterró. — Toma, atraparemos una.

Sanha sostuvo el frasco y Dongmin lo ayudó a atrapar algunas. Aquella escena era mágica para Sanha, el hecho de que Dongmin le mostrara cosas que nunca pudo hacer era increible, otra razón para amar a Lee Dongmin con todo su corazón. Muchos quizá no entenderían que amara a alguien que conocía hacía poco, sin embargo no era importante la opinión del resto cuando estaba con Dongmin. El peli-negro sentía lo mismo, sin embargo ninguno estaba listo para dar un paso más y hablar de sus sentimientos con el otro, la timidez y el miedo eran impedimentos para ambos.

Bin tenía aquella guitarra entre sus manos, no pensaba devolverla, su plan era muy sencillo y no podía fallar para nada. Robar algo de valor para el menor estaba listo, ahora solo debía esperar a que llegaran Sanha y Dongmin y el mocoso haría el resto. El asunto era que como Jungkook cuidaba del departamento, Sanha probablemente lo culparía, por ello Dongmin seguro defendería a Jungkook y se desataría una pelea entre ambos. Aquello significaba su victoria, solo debería consolar a Dongmin y ¡boom! El peli-negro caería ante sus encantos. Jungkook solo pensaba en Bin, llevaba haciéndolo durante horas y no podía quitarlo de su cabeza. A pesar de lo malo que había hecho, él aún pensaba que Bin solo quería amor de alguien que no podía dárselo y la verdad a él le gustaría darle su amor. Aquello era bobo ya que le había dicho que le gustaba Lalisa, sin embargo ahora no estaba tan seguro de ello. Solo le quedaba una cosa por hacer.

— Yoongi, deja el perro y escúchame como nunca en tu vida lo has hecho. — Dijo el peli-rojo, sentándose en la cama del de rostro felino.

— Ya te dije que no me digas Yoongi. ¡Y bajate de mi cama, mocoso! — Bufó el mayor, dejando ir al pequeño algodón para amenazar a Jungkook.

— Bien, te cuento. ¿Si creías que te gustaba alguien pero ahora no puedes dejar de pensar en otra persona, es porque te gusta esa otra persona también? — Cuestionó el menor.

— No me gusta este tema. — Dijo el peli-azul, viendo hacia otra parte.

— ¿Es por Hobi, no? Jennie es tu novia, pero no la amas y no quieres admitirlo. — Dijo y antes de que el mayor pudiera protestar, lo abrazó. — Si amas a Hobi hyung, deberías decirselo. Te prometo que todo saldrá bien.

— ¿Te gusta mucho el contacto físico, no es cierto? — Rió, para luego palmear la espalda del menor. — Bueno Kookie, respondiendo a tu pregunta... Si, me gusta Hobi y ya tuve problemas con Jennie, solo que no se como decirle a él lo que siento. Y con respecto a tu problema... Esa persona, sea quien sea, si no ha salido de tu cabeza en todo el rato que llevas sentado como bobo en la sala, es porque obviamente te gusta. ¿No crees?

"Me gusta... ¿Bin?"

Continuará...

𝐔𝐓𝐎𝐏𝐈𝐀Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ