𝐔𝐓𝐎𝐏𝐈𝐀

𝟏𝟎 ; 𝐓𝐄𝐍

Sanha estaba sentado en la cocina, con sus brazos entrelazados sobre la mesa de madera. Todos corrían de un lado a otro, buscando cosas, preparándose y chillando, el pobre peli-morado estaba comenzando a volverse loco. Entendía que la boda de Myungjoon y Jinwoo era importante para todos, pero aquel jaleo ya estaba comenzando a estresarlo y el aburrimiento aún más. Dongmin sonrió al verlo tan serio, tirado sobre la mesa, Sanha era muy activo y el hecho de no hacer algo le molestaba y lo aburría. El peli-negro tomó las llaves de la camioneta de su padre y llamó al menor, seguro luego lo regañarían pero valía la pena si hacía sentir mejor a Sanha.

Condujo por la ruta hasta un lugar un tanto alejado, solía ir de niño junto a sus amigos y Myungjoon, a veces a acampar también. Se hizo paso entre los matorrales, Sanha chillaba como niña, al parecer no estaba acostumbrado al campo. Había un pequeño estanque, aunque era mucho mejor estar ahí de noche.

— Este lugar me trae muchos recuerdos, mis amigos y yo solíamos cantar junto a una fogata... Siempre pensé que sería un gran cantante. — Dijo, agachándose para tomar un palo y agitar el agua con el.

— Ese sueño no está muy lejos como crees, solo debes poner empeño en cumplirlo. — Habló el peli-morado, colocándose de cuclillas a su lado.

— No creo que mis sueños puedan hacerse realidad, este mundo está muy lejos de ser Utopía. — Suspiró, mirando como el agua se movía lentamente.

— Hyung, no debes rendirte. ¿Y si audicionaramos juntos? Seríamos un grandioso dúo. — Afirmó el menor. — Dijiste que te gusta tocar el piano, pues a mi la guitarra y no se me da tan mal cantar.

— ¿Harías eso por mi? — Cuestionó el peli-negro, observando algo incrédulo al menor.

— Claro que si. Además, me parece algo genial. — Sonrió.

— Quizá acepte tu oferta. — Rió y el peli-morado hizo lo mismo.

El teléfono de Dongmin sonó, su padre lo regañaba por haberse llevado la camioneta ya que si no volvía pronto, llegarían tarde a la boda. Condujo lo más rápido que pudo y al llegar a la casa de sus padres, ellos subieron delante, por lo que él y Sanha tuvieron que ir atrás sentados como podían para no ensuciar sus trajes. Entraron al gran salón y una mujer los guió hasta la habitación dónde se hallaba un estresado y nervioso Myungjoon. Dongmin y su madre trataban de tranquilizarlo, ya que parecía que su corazón se saldría de su pecho en cualquier momento; mientras que Sanha y el padre del peli-negro, comían chocolates a montones y solo asentían a todo lo que los otros dos decían.

Sanha recibió un cuestionario por parte del señor Lee, sin embargo no podía ser claro ya que temía decir "me enamoré de su hijo", cuando Dongmin aún no estaba enterado de ello. Por otro lado, Dongmin si le había contado a su madre de su amor hacia el peli-morado. La mujer no lo entendió al principio, pero luego comprendió que si el amor llegaba no se podía evitar ni negar. Myungjoon llevaba un traje negro, entre él y Jinwoo habían decidido que no usarían blanco debido a que siempre discutían sobre quién debía ser el portador de dicho traje. Jinwoo estaba igual de nervioso y aunque Minhyuk trataba de calmarlo, Lee y Kihyun no ayudaban a lograr eso, los casados eran realmente molestos y malos al hacer bromas de mal gusto.

La hora de salir llegó, por lo que Dongmin, Sanha y los padres del mayor, salieron para acomodarse en las primeras filas del salón. Myungjoon y Jinwoo reservaron asientos para ellos. Jinwoo se paró en el altar, en eso si estuvieron de acuerdo aunque Myungjoon solo lo estuvo porque quería lucirse. La música comenzó a oírse por los parlantes y las puertas se abrieron de par en par, dejando ver a Myungjoon junto a su padre, aunque el señor Kim no aceptó llevarlo del brazo. El peli-negro se paró frente a Jinwoo y procedieron a decir los votos matrimoniales y cuando por fin dieron final a ello colocándose los anillos, un beso cerró todo. Los invitados aplaudieron, Dongmin se sentía orgulloso de Myungjoon y Sanha estaba emocionado por el final feliz.