Capítulo 14

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El reloj marcaba las 02:00 am, ya casi había fumado media cajetilla y no había señales de ella

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El reloj marcaba las 02:00 am, ya casi había fumado media cajetilla y no había señales de ella.

No avisé a Olivia porque no quería que se preocupase, pero mientras más pasaba las horas más me estaba preocupando.

Sola, en una ciudad que no conoce, con un tío extraño buscándola no podía traer nada bueno.

Me dirigí a la habitación a buscar mi móvil para poder marcarle quizás a los bares, porque no se me ocurría que podía estar caminando por la calle sola a esas horas.

Me fijé en como dejó su móvil sobre la mesa de luz y sobre este la alianza con el GPS, para demostrarme su rebeldía y lo cabreada que estaba conmigo.

Me quedaba clarísimo que odiaba que le pidieran explicaciones y odiaba que la buscaran cuando expresamente había pedido que no lo hicieran.

Pero era tarde y había salido a las 19:00 de ayer más o menos.

Le marqué a Esteban y me contestó con voz soñolienta.

—¿Si?

—Esteban necesito que ubiques a Nahir que salió a las 19 y no ha vuelto, urgente, no le comentes a Olivia. Ya llamé a todos los bares y no doy con ella.

—¿Se ha perdido?

—No se perdió, se cabreó conmigo y no sé a donde fue, no llevo el móvil ni el GPS.

—Ahora la busco ni bien la ubique le aviso.

—Vale, espero— respondí y prendí un nuevo cigarrillo.

Los nervios que me daba esa mujer era inimaginables, tenía que causar problemas justo ahora, justo en una ciudad desconocida.

Esperé más o menos una media hora cuando el pitido de celular me avisa que Esteban había encontrado algo.

—Señor le mande la ubicación del bar donde se encuentra, desde las 23:00 hs, creo que debe buscarla antes que decida marchase por si sola, o ese hombre misterioso la encuentre, nunca se sabe.

—Gracias Esteban, voy por ella.

Colgué y fui rápido al auto, lo que me dijo Esteban podría realmente suceder.

El bar se encontraba a unos 20 minutos de donde yo estaba, ya me parecía lejos para que haya venido andando, pero que más daba, solo esperaba encontrarla entera.

Bajé del coche y entré al bar, tranquilo en su apariencia.

Tenía una larga barra con luces tenues y música sonando baja y ligera.

No parecía ser un lugar malo, sino muy tranquilo.

La reconocí por la ropa con que salió, falda de jeans color blanco y una camisa de gasa negra.

Nahir | Completa |Where stories live. Discover now